MÉXICO – El gobierno de México está dispuesto a llevar su cruzada contra el maíz transgénico a los tribunales internacionales. El martes 20, el presidente Andrés Manuel López Obrador reconoció que la “pequeña discrepancia” con Estados Unidos podría llegar a un panel de resolución conforme T-MEC, el Tratado de México, Estados Unidos y Canadá.
«Tenemos una pequeña discrepancia con el gobierno de Estados Unidos, hay una consulta en puerta, puede convertirse en un panel, pero es un tema que vamos a defender porque tenemos que cuidar la salud de los mexicanos”, dijo López Obrador.
Un día antes, el presidente anunció que en estos días firmará un acuerdo para que en las tortillerías mexicanas solo se use maíz blanco y no maíz modificado genéticamente. Las tortillerías son las fabricas donde se producen las tortillas, un pan redondo y plano hecho con maíz nixtamalizado, básicos en la alimentación del país.
”Esto va a ir acompañado del establecimiento de aranceles para que no se importe (maíz blanco) y se compre a los productores mexicanos”, afirmó.
La «pequeña» discrepancia
Estados Unidos es el principal productor y exportador de maíz transgénico en el mundo. Otros países que producen maíz genéticamente modificado son Canadá, Australia, España, Alemania, Rumania, Bulgaria, Argentina, China, Sudáfrica, Indonesia, Brasil, India, Uruguay, Colombia, Honduras y Filipinas.
En México está prohibida la siembra comercial de maíz transgénico; sin embargo, el país depende de las importaciones de maíz amarillo para el forraje de animales y esa dependencia ha ido en aumento.
De acuerdo con los datos de la Secretaria (ministerio) de Hacienda, las importaciones de maíz amarillo aumentaron de 31 a 39 % entre 2016 y 2022.
El maíz amarillo se usa, sobre todo, para la alimentación del ganado: Pero hay un porcentaje, los datos varían de 16 a 21 % de ese maíz amarillo importado por México que es consumido por humanos.
Por otro lado, la gran mayoría del maíz que compra México proviene de los graneros de Estados Unidos.
Solo en 2021, el gobierno mexicano importó del país vecino -con quien tiene un acuerdo trilateral de libre comercio desde 1994- 16,8 millones de toneladas de maíz amarillo por un valor de 4700 millones de dólares.
Y, de acuerdo con los datos del gobierno mexicano, 88 % de las 658 000 toneladas de maíz blanco que se importaron fue cultivado en campos estadunidenses.
Ese es el meollo del problema.
“Tomamos la decisión de no permitir el uso de maíz transgénico para consumo humano y también controlar la entrada de maíz blanco transgénico. Nosotros somos autosuficientes en maíz blanco, no transgénico, y para la maza y para la tortilla solo (se va a permitir) maíz blanco”, dijo López Obrador.
Las consultas
En diciembre del 2020, el gobierno mexicano emitió un decreto que establecía un plazo de cuatro años para el uso, producción, comercialización y distribución del maíz genéticamente modificado.
Ante las inquietudes de Estados Unidos, el 13 de febrero de 2021 se modificó el decreto para acotar la prohibición al grano transgénico para consumo humano. Pero eso tampoco fue suficiente para Estados Unidos.
Desde marzo de este año, el gobierno de ese país solicitó consultas comerciales formales por sus objeciones a los planes de México de limitar las importaciones de maíz transgénico para consumo humano y otros productos de biotecnología agrícola.
El T-MEC prevé que la parte consultante puede solicitar la creación de un panel de solución de diferencias (una especie de tribunal comercial) si no se logra resolver la controversia en un plazo de 75 días. El plazo se venció y, el 1 de junio, legisladores estadounidenses del Partido Republicano reclamaron ir a panel contra el gobierno mexicano.
Un día después, el 2 de junio, el gobierno estadounidense dio a conocer que al no tenerse soluciones, mediante consultas bajo el capítulo 9 Medidas Sanitarias y Fitosanitarias del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá, tomaba la vía de consultas del capítulo 31 de la Solución de Controversias.
Una semana después, gobierno de Canadá decidió sumarse a la solicitud de consultas como tercero en discordia.
Los argumentos
El argumento egcrimido por los dos socios comerciales de México es que la decisión del gobierno mexicano no tiene bases científicas.
“Estados Unidos ha transmitido en repetidas ocasiones sus preocupaciones sobre el hecho de que las políticas de México en materia de biotecnología no están basadas en ciencia y que amenazan con interrumpir las exportaciones de Estados Unidos a México en detrimento de los productores agrícolas”, dijo en un comunicado la representante del Comercio estadounidense, Katherine Tai.
“Canadá comparte las preocupaciones de Estados Unidos de que las medidas de México no están apoyadas científicamente y tienen el potencial de interrumpir innecesariamente el comercio con el mercado Norteamericano”, dijeron en una declaración conjunta las ministras canadienses de Agricultura y Agroalimentos, Marie-Claude Bibeau, y de Comercio Internacional, Promoción de Exportaciones, Pequeñas Empresas y Desarrollo Económico, Mary Ngen.
El gobierno mexicano insiste en que es un tema de salud pública. Y el martes 20 el presidente fue tajante: México irá al panel para defender su decisión de prohibir el consumo humano de maíz genéticamente modificado.
Este artículo se publicó originalmente en el medio digital mexicano Pie de Página.
RV: EG