Opinión

Cucos, camaleones y ciudadanía india

Este es un artículo de opinión de Farrah Ahmed, profesora de la Facultad de Derecho de la australiana Universidad de Melbourne y profesora visitante de la estadounidense Universidad de Stanford.

Un hombre es captado durante un mitin en Jaipur, en India. Imagen: iStock

MELBOURNE, Australia – Hay una sutileza y sofisticación sorprendentes en la forma en que muchos regímenes autoritarios y nacionalistas contemporáneos alcanzan sus fines. Aquí hay tres estrategias de subterfugio mediante las cuales estos gobiernos pueden apropiarse de derechos o valores constitucionales para disfrazar sus acciones nacionalistas autoritarias, ilustradas a través de la defensa por parte del gobierno indio de una controvertida ley de ciudadanía.

Ley de ciudadanía nacionalista india

En 2019, el partido nacionalista hindú Bharatiya Janata (Partido Popular Indio) volvió al poder en India. El nacionalismo hindú generalmente incluye el compromiso de corregir las injusticias históricas percibidas hacia los hindúes, poner fin a lo que los nacionalistas consideran el «apaciguamiento» hacia los musulmanes indios y convertir a India en un «Hindu Rashtra», o una patria para los hindúes.

El Partido Bharatiya Janata supervisó la promulgación de la Ley (Enmienda) de Ciudadanía de 2019 (CAA, en inglés), que otorgó a los inmigrantes hindúes, sijs, budistas, jainistas, parsi y cristianos –pero no musulmanes– procedentes de Afganistán, Bangladesh y Pakistán una vía rápida para obtener la ciudadanía india.

 Los críticos temen que la CAA forme parte de un plan para excluir de la ciudadanía a los ciudadanos, residentes e inmigrantes a los que el gobierno desfavorece, especialmente los musulmanes.

En este contexto, el gobierno de Nerenda Modi utilizó estrategias de subterfugio frente a la fuerte, concertada, tumultuosa y múltiple oposición a la CAA.

Parasitismo reproductivo y valores constitucionales

Los parásitos de cría, como el cuco, dejan sus huevos para que sean incubados, eclosionados y criados en los nidos de otras aves. Hacen pasar sus propios huevos por los de sus huéspedes. Este parasitismo puede provocar la disminución o la pérdida total de los propios huevos del hospedador, ya que los huevos del parásito de cría suelen eclosionar antes de tiempo y desalojan y matan a todos los huevos y crías del hospedador.

La autora, Farrah Ahmed

La primera estrategia de subterfugio —ilustrada por el compromiso de los nacionalistas hindúes con el laicismo— es similar. Los grupos nacionalistas hindúes no suelen denunciar el laicismo, sino que se presentan como sus verdaderos defensores y explicadores.

Al defender la CAA, el gobierno apeló al laicismo en repetidas ocasiones. Utilizaron el discurso público y los procedimientos judiciales para plantar una visión nacionalista hindú alternativa del laicismo en los lugares de incubación.

El resultado esperado era que, sin ningún esfuerzo directo de enmienda constitucional, la versión del laicismo favorable a los nacionalistas sería (como los huevos del cuco) incubada con éxito por otros actores constitucionales y, en última instancia, desplazaría al laicismo tal y como se entiende actualmente en la Constitución india.

Camuflaje constitucional

No todos los subterfugios animales tienen el objetivo complejo y a largo plazo del parásito de cría. El camuflaje de la lagartija se utiliza temporalmente para poder escapar a la detección, sobre todo de los depredadores que podrían suponer una amenaza. El gobierno indio utilizó la libertad religiosa de forma similar: como camuflaje para disfrazar la verdadera naturaleza de la CAA y evitar los desafíos de quienes (sin camuflaje) se opondrían a ella.

El gobierno afirma que la CAA reconoce «la persecución religiosa en los Estados vecinos concretos» y «representa una protección de los derechos [y] la libertad de religión, que es un derecho humano inestimable».

 No hay duda de que existe persecución religiosa en Afganistán, Pakistán y Bangladesh, pero otras declaraciones del gobierno delataron el intento de camuflaje. El ministro del Interior, Amit Shah, hizo múltiples declaraciones en las que dejaba claro que el principal objetivo de la CAA es ayudar a filtrar a los ciudadanos «indeseables», reteniendo al mismo tiempo a los ciudadanos y migrantes deseables.

Los críticos de la CAA temían precisamente que se utilizara para filtrar a los musulmanes y a otras personas que el gobierno considerara indeseables; el camuflaje de «libertad religiosa» no era muy convincente.

Precedentes pretendidos

Otra defensa gubernamental de la CAA fue que esta «refleja nuestro compromiso nacional de larga data con respecto a las cuestiones de derechos humanos derivadas de la tragedia de la Partición de India».

El gobierno trata de establecer una continuidad entre la CAA y los acuerdos internacionales históricos sobre minorías —en particular el Pacto Nehru-Liaquat– para reforzar su afirmación de que la CAA es coherente con las normas de derechos humanos, e incluso puede que lo exija.

Pero no hay forma plausible de entender la CAA como parte de estos acuerdos o como una continuación de los mismos, sino todo lo contrario. El Pacto Nehru-Liaquat y la CAA adoptan posturas contradictorias sobre la relevancia de la religión para la ciudadanía.

Como compromiso central del pacto, «los Gobiernos de India y Pakistán acuerdan solemnemente que cada uno de ellos garantizará, a las minorías de todo su territorio, la completa igualdad de ciudadanía, independientemente de su religión».

Es una perversión de este compromiso central describirlo como el precursor de la CAA, que explícitamente hace depender de la religión una vía rápida a la ciudadanía. El pacto es solo un pretendido precedente de la CAA.

Los violentos disturbios de Delhi y la pandemia de la covid-19 atenuaron considerablemente las protestas contra la CAA. Al momento de redactar este texto, la Corte Suprema aún no ha revisado las peticiones que impugnan la constitucionalidad de la CAA (podría decirse que en línea con su actual estrategia de evitar conflictos y controversias mediante el retraso).

Por tanto, es demasiado pronto para evaluar el efecto de las estrategias de subterfugio del gobierno o para valorar el éxito de los intentos jurídicos y políticos de responder a esas estrategias.

Se espera que este análisis de la estrategia de un gobierno nacionalista, basado en un artículo más largo de una revista académica, pueda ofrecer alguna idea sobre cómo pueden descubrirse y probarse las estrategias de subterfugio de otros gobiernos autoritarios y nacionalistas.

Farrah Ahmed es profesora de la Facultad de Derecho de la australiana Universidad de Melbourne y profesora visitante Laurance S. Rockefeller en el Centro Universitario de Valores Humanos de la estadounidense Universidad de Princeton.

Este artículo se publicó originalmente en OpenGlobalRights.

RV: EG

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