KIGALI – Tras las graves inundaciones y corrimientos de tierra que afectaron a importantes zonas de Ruanda a principios de este mes de mayo, los expertos están convencidos de que invertir en la cartografía de las zonas de riesgo de erosión podría contribuir en gran medida a reducir el número de víctimas.
Cada año están siendo víctimas de la erosión fluvial y las inundaciones muchos pobladores que viven a lo largo de los principales ríos del oeste de Ruanda, un pequeño país de África oriental, sin salida al mar y situado en la región de los Grandes Lagos.
Felicita Mukamusoni, superviviente de la erosión fluvial en Nyundo, un pueblo montañoso del oeste de Ruanda, dijo a IPS que «partes de este pueblo han sido erosionadas hasta un punto que ni siquiera podíamos imaginar».
«Yo criaba vacas y cabras. Mi preciosa casa quedó destruida. El río se lo ha llevado todo», dijo.
Las últimas estimaciones del gobierno indican que al menos 135 personas murieron y una más sigue desaparecida tras las inundaciones y corrimientos de tierra provocados por las fuertes lluvias que azotaron las provincias del oeste, norte y sur a principios de mayo.
En una evaluación reciente, los expertos constataron que las tierras de las zonas de alto riesgo se utilizan principalmente para la agricultura, y que 61 % se destinaba a cultivos estacionales. La agricultura estacional expone el suelo a la erosión y a un mayor desprendimiento, ya que la tierra no está cubierta permanentemente.
El informe de 2022 sobre el estado del control de la erosión del suelo en Ruanda, indica que las técnicas de control de la erosión en las zonas de alto riesgo de Ruanda siguen siendo muy escasas.
La cartografía del control de la erosión muestra que de los 30 distritos de Ruanda, las tierras con alto riesgo de erosión son unas 1080,168 hectáreas (45 % del total). De esa cifra, 7 % están en riesgo extremadamente alto.
Según el mismo informe, 18 % está en riesgo muy alto, 28 % en riesgo alto, y 48 % en riesgo moderado, redondeado los porcentajes.
Charles Karangwa, experto en clima dijo a IPS en Kigali que es lamentable que vuelvan a producirse nuevos desastres a pesar de las grandes inversiones realizadas en los últimos años para contenerlas.
“Ruanda debe explorar otras soluciones complementarias, como infraestructuras de gestión del agua, captación de agua y, en la medida de lo posible, reubicar a quienes viven en zonas de alto riesgo para permitir que la naturaleza se regenere ayudará a estabilizar la situación tanto a largo como a medio plazo”, afirmó.
La elevada población es un factor coadyuvante, explicó Karangwa. Esas zonas, detalló, incrementan su vulnerabilidad geográfica debido al riesgo de erosión del suelo, que se ve agravado por la elevada población, y ese aumento de la presión sobre la tierra.
Davis Bugingo, director de la División de Gestión de Inundaciones y Desarrollo del Almacenamiento de Agua de la Junta de Recursos Hídricos de Ruanda (RWB, en inglés), apuntó a IPS que hay soluciones para hacer frente a los desastres recurrentes en el oeste ruandés.
La clave, argumentó, está en el establecimiento de infraestructuras de control de inundaciones para regular el flujo de agua y reducir los riesgos de inundación.
Entre ellas figuran la construcción de la vecina presa de retención de Sebeya y las obras de rehabilitación del barranco de Gisunyu, que se espera contribuyan significativamente a reducir el impacto de las inundaciones en la región.
Para una gestión eficaz de las inundaciones, dijo Bugingo, sigue siendo crucial disponer de datos precisos y actualizados sobre el caudal de los ríos, la topografía y la vulnerabilidad a las inundaciones.
Pero observó que la escasa disponibilidad y calidad de los datos podría plantear problemas a la hora de prever con precisión las inundaciones, evaluar los riesgos y planificar.
Aparte del uso del suelo, que contribuye a aumentar el riesgo de inundaciones, los expertos observaron que las construcciones en zonas propensas a inundaciones, las invasiones de las riberas de los ríos y las normas de zonificación inadecuadas han exacerbado el impacto de las inundaciones y obstaculizado los esfuerzos de gestión eficaz de las inundaciones en el occidente ruandés.
Más recientemente, la RWB ha desarrollado una aplicación específica para recopilar más información que sirva de base para futuros análisis, la reubicación de las personas que viven en zonas de riesgo y el ajuste de las herramientas utilizadas para diseñar infraestructuras de control de inundaciones.
Esa herramienta proporciona información sobre la exposición a las inundaciones y las zonas de riesgo que puede visualizarse en 3D y compartir la información con la ciudanía y diferentes organizaciones.
Puede leer aquí la versión en inglés de este artículo.
Sin embargo, los expertos están convencidos de que, a pesar de estas soluciones innovadoras, los limitados recursos financieros pueden obstaculizar la ejecución de estos proyectos de infraestructuras a gran escala, como presas, estructuras de control de inundaciones, recuperación de barrancos y sistemas de drenaje.
Ruanda es uno de los países más densamente poblados de África, con grandes concentraciones en las regiones centrales y a lo largo de la orilla del lago Kivu, en el oeste. La superficie total de este país de África oriental es de 26 338 kilómetros cuadrados, con una población de 13 246 394 habitantes, según proyecciones oficiales.
Bugingo señala que el uso inadecuado del suelo sigue contribuyendo a aumentar el riesgo de inundaciones.
“Las construcciones en zonas inundables, las invasiones de las riberas de los ríos y una zonificación inadecuada siguen exacerbando el impacto de las inundaciones y dificultando la gestión eficaz de las inundaciones”, remarcó.
T: MF / ED: EG