ROMA – Semillas de sorgo y berro, enviadas al espacio exterior como parte de un programa de investigación para cultivos resistentes, regresaron exitosamente a la Tierra en una nave de la firma estadounidense SpaceX, informó este lunes 17 la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Qu Dongyu, director general de la FAO, dijo que “ahora que las semillas están de vuelta en la Tierra, podremos ver los efectos de la radiación cósmica, la microgravedad y las temperaturas extremas, y compararlos con los inducidos en nuestros laboratorios conjuntos”.
“Este experimento innovador puede ayudar a desarrollar cultivos que puedan adaptarse al cambio climático e impulsar la seguridad alimentaria mundial”, añadió Qu, pues el programa busca desarrollar cultivos resistentes, que puedan proporcionar comida suficiente a la humanidad a medida que el planeta se calienta.
Junto con la FAO, el programa de investigación es desarrollado por el Organismo Internacional de Energía Atómica (Oiea) en el Centro Conjunto FAO/Oiea de Técnicas Nucleares en la Alimentación y la Agricultura, en Seibersdorf, Austria.
Las semillas fueron lanzadas al espacio desde la instalación de vuelo Wallops de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (Nasa) en el oriental estado de Virginia, en Estados Unidos, el 7 de noviembre de 2022.
Después pasar alrededor de cinco meses en la Estación Espacial Internacional (ISS), las semillas fueron devueltas en la nave de carga SpaceX CRS-27, que realizó un amarizaje asistido por paracaídas el 17 de abril frente a la costa de Florida, en el sureste estadounidense.
Las semillas de Arabidopsis y Sorghum fueron elegidas porque ya hay un gran banco de datos científicos disponibles para comparar.
El Arabidopsis es un tipo de berro que es fácil y económico de cultivar, produce muchas semillas y se determinará su tolerancia a la sequía, la sal y el calor.
El sorgo es un grano de cereal repleto de nutrientes que puede crecer en tierras áridas, y es resistente a los cambios climáticos, por lo que se probará para determinar los rasgos deseables para su resiliencia.
Ambas semillas se cultivarán hasta la próxima generación antes de la selección de rasgos, y con la Arabidopsis de crecimiento más rápido, dependiendo de cuándo lleguen a los laboratorios de Seibersdorf, los resultados iniciales podrían estar disponibles en octubre de 2023.
En ambos cultivos se extraerá y secuenciará el ADN -ácido desoxirribonucleico, que contiene instrucciones genéticas- para comparar los cambios entre las semillas que se irradiaron en laboratorio, las colocadas dentro de la ISS y las que se colocaron fuera y se expusieron a la radiación cósmica, microgravedad y temperaturas extremas.
Estas comparaciones, junto con el análisis comparativo de la biología de las plantas, ayudarán a comprender si las duras condiciones espaciales tienen un efecto valioso único para mejorar los cultivos y si podrían beneficiar potencialmente a las personas en la Tierra.
El reporte de la FAO precisó que las semillas se someterán a un proceso fitosanitario de importación, que es un requisito estándar para el transporte de material vegetal a través de las fronteras de los países, para minimizar el riesgo de introducción de nuevas plagas, antes de su llegada final a los laboratorios.
La radiación en los laboratorios generalmente ocurre en una máquina que usa rayos gamma y rayos X, lo que acelera el proceso de variación genética espontánea. Los científicos trabajan para identificar rasgos positivos en las semillas irradiadas e introducir ese rasgo en las generaciones futuras.
De esa manera, las plantas evolucionan más rápido con cualidades deseables, incluida la resistencia a las enfermedades y la tolerancia a la sequía.
El amplio rango y la radiación más pesada en el espacio, combinados con otros extremos, como la microgravedad y la temperatura, podrían desencadenar cambios genéticos que normalmente no se encuentran con las fuentes de radiación en la Tierra.
El director general del Oiea, Rafael Mariano Grossi, dijo que “el proyecto de cultivos cósmicos es muy especial. Esta es una ciencia que podría tener un impacto real en la vida de las personas en un futuro no muy lejano, al ayudarnos a producir cultivos más fuertes y alimentar a más personas”.
“Los científicos de Oiea y FAO pueden haber mutado semillas durante 60 años y creado miles de cultivos más fuertes para que los use el mundo, pero esta es la primera vez que experimentamos con un campo tan emocionante como la astrobiología”, agregó Grossi.
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