EL CAIRO – Egipto se propone vender acciones de 32 compañías estatales en el plazo de un año, entre ellas tres bancos, dos empresas militares y numerosas otras de los sectores de la energía y el transporte. La iniciativa forma parte de los esfuerzos del gobierno para reducir el papel del Estado en la economía y atraer capital extranjero.
También se produce después de que el gobierno alcanzara en diciembre un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para un crédito por 3000 millones de dólares destinado a reanudar las iniciativas de privatización.
El FMI aprobó ese préstamo para reforzar al sector privado, reducir la huella del Estado en la economía y obtener unos recursos de los que está muy urgido este país de 113 millones de personas y régimen autoritario.
Egipto tenía previsto vender 23 empresas estatales en 2018, pero el plan se pospuso debido a la crisis mundial generada primero por la pandemia de covid y luego por la invasión rusa a Ucrania.
El impacto de la guerra en Ucrania presiona sobre la economía y la moneda egipcias, lo que hace más urgente ahora el plan de privatización.
Según Rashad Abdo, director del Foro Egipcio de Estudios Económicos, este país del nororiente africano ya había recibido préstamos soberanos de muchos donantes, incluidas instituciones internacionales, como el mismo FMI y los países del Golfo, y estas partes o bien establecían duras condiciones para nuevos préstamos o bien evitarían otorgar nuevos por el aumento del riesgo egipcio.
El Plan de Política de Propiedad Estatal, adoptado por el presidente Abdel Fattah al Sisi en diciembre, detalla cómo participaría el gobierno en la economía y cómo aumentaría la participación del sector privado en las inversiones públicas.
Egipto quiere aumentar la contribución del sector privado a la actividad económica de 30 % a 65 % en los próximos tres años. Una cuarta parte de estas empresas pasarán a cotizarse en bolsa en un plazo de seis meses.
Egipto anunció la oferta de estas empresas con la intención de venderlas a inversores estratégicos, concretamente fondos soberanos del Golfo. Se espera que Egipto venda empresas por valor de 40 000 millones de dólares en un plazo de tres años, incluidas las que están en manos del Ejército.
“Atraer inversiones extranjeras requiere fortalecer el clima de inversión, reducir las tasas de inflación y ampliar los esfuerzos contra la corrupción”, dijo Abdo a IPS.
El documento sobre propiedad estatal establece que 32 empresas públicas egipcias cotizarán en la Bolsa de Egipto (EGX) o se venderán a inversores estratégicos en el plazo de un año, a partir del trimestre en curso y hasta el primer trimestre de 2024.
Las participaciones en tres importantes bancos, Banco du Caire, United Bank of Egypt y Arab African International Bank, figuran entre las transacciones previstas. También estarán en el mercado compañías de seguros, electricidad y energía, así como hoteles y empresas industriales y agrícolas.
El primer ministro, Moustafa Madbouly, anunció que una cuarta parte de la oferta de participación privada se debe concretar hasta fines de junio, y que podrían añadirse más empresas a lo largo de 2024.
Abdo señaló que el FMI afirmó que el gobierno se comprometió a aplicar su Plan de Propiedad Estatal, como requisito para la concesión del nuevo crédito. El gobierno, aseguró, lo vio como una oportunidad favorable para aplicar los términos del documento establecido por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
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Mohamed al Kilani, profesor de Economía y miembro de la Sociedad Egipcia de Economía Política, afirmó que el esfuerzo de privatización pretende eliminar la devaluación de la libra egipcia y proporcionar así una compensación indirecta en forma de la mejora de servicios.
El Estado también enviaría un mensaje a los inversores extranjeros de que reconoce el valor del sector privado y está dispuesto a retirarse de ciertos sectores para beneficiarlo.
«El Estado intenta aprovechar esta propuesta para estimular y revitalizar la Bolsa egipcia teniendo en cuenta la justa valoración de estas empresas en comparación con el mercado mundial”, dijo Al Kilani a IPS.
Pero puntualizó que “el Estado no aclaró los detalles de esta oferta y si se trata de una inversión a largo o corto plazo, y tampoco ha aclarado el tamaño del empleo o los porcentajes ofrecidos en términos de propiedad y gestión».
«El Estado está tratando de crear nuevos tipos de inversión extranjera para atraer divisas debido a la fluctuación de los tipos de cambio y las altas tasas de interés», añadió Al Kilani.
Según los datos de la deuda externa publicados por el Banco Central mediados de febrero, la deuda externa de Egipto se situó en septiembre de 2022 en 154 900 millones de dólares, tras una reducción de 728 millones de dólares.
Pero las reservas de divisas del país siguen siendo bajas y la guerra de Rusia y Ucrania presionan aún más la economía y la moneda local, lo que ha imbuido de mayor urgencia el plan de privatización.
Las reservas internacionales a principio de febrero se situaban en 34 200 millones de dólares, 20 % menos del nivel del mismo mes del año anterior.
El pasado mes de enero, el FMI sugirió que el déficit de financiación de Egipto alcanzaría unos 17 000 millones de dólares en los próximos 46 meses, habida cuenta de la disminución de sus recursos en divisas y del elevado coste de sus compras en el exterior, al ser uno de los países del mundo que más alimentos importa y el primer importador global de trigo.
T: MF / ED: EG