MANILA – Las economías en desarrollo de Asia y el Pacífico crecerán en 2023 y 2024 a un ritmo mayor que el previsto el año pasado, con impulso al consumo, el turismo y la inversión tras la pandemia covid-19, indicó un informe del Banco Asiático de Desarrollo (BAD) divulgado este martes 4.
Albert Park, economista jefe del BAD, afirmó que “las perspectivas para las economías de Asia y el Pacífico son más brillantes y están preparadas para una fuerte recuperación, a medida que volvemos a la normalización después de la pandemia”.
“La gente está empezando a viajar de nuevo por ocio y trabajo, y las actividades económicas se están acelerando”, observó Park.
Se prevé que las economías de la región crezcan 4,8 % este año y el próximo, mejorando la tasa de crecimiento de 4,2 % en 2022, según el informe “Asian Development Outlook (Perspectivas de Desarrollo Asiático)” del BAD.
Excluyendo China, se calcula que los países en desarrollo de Asia y el Pacífico (la región, excluidos los ya industrializados Australia, Japón y Nueva Zelanda) crezcan 4,6 % este año y 5,1 % en 2024.
Con el levantamiento de la estrategia “cero covid” en diciembre del año pasado, se espera que la economía de China crezca cinco por ciento este año y 4,5 % en 2024, en comparación con un crecimiento de tres por ciento en 2022.
Mientras tanto, se prevé que India, otro gigante regional, crezca 6,4 % este año y 6,7 % el próximo, debido a la sana demanda interna.
El sólido desempeño del turismo y la robusta demanda interna están impulsando las economías del sudeste asiático como Indonesia, Filipinas y Vietnam, y se prevé que la subregión crezca 4,7 % este año y cinco por ciento en 2024.
Las economías del Cáucaso y Asia Central también pueden esperar un crecimiento estable, que se calcula en 4,4 % este año y 4,6 % en 2024.
En cuanto al Pacífico, la reapertura continua y la recuperación del turismo respaldan el crecimiento, con una expansión que probablemente alcance 3,3 % este año antes de moderarse a 2,8 % en 2024.
La inflación regional se desacelerará a 4,2 % en 2023 y 3,3 % en 2024, luego de alcanzar 4,4 % el año pasado.
Se espera que la disminución de las presiones de la cadena de suministro, las condiciones monetarias más estrictas y la disminución, aunque todavía elevada, de los precios de las materias primas, den forma a las perspectivas de inflación de los países en desarrollo de Asia.
El consumo y la inversión mejorados están impulsando la recuperación en muchas economías regionales, compensando los impactos de los precios elevados de los alimentos y la energía, causados por la invasión rusa de Ucrania y otros vientos en contra globales.
El turismo y las remesas tienen una tendencia al alza a medida que las restricciones pandémicas se reducen aún más. En muchas economías dependientes del turismo, las llegadas de visitantes están mejorando constantemente hacia los niveles previos a la pandemia.
Sin embargo, persisten los riesgos para las perspectivas. Una invasión rusa prolongada o intensificada de Ucrania podría avivar nuevos picos en los precios de las materias primas y la inflación mundial, e inducir un mayor endurecimiento monetario.
Las condiciones financieras globales más estrictas, combinadas con el aumento de la deuda durante la última década y durante la pandemia, han elevado los riesgos para la estabilidad financiera, como lo demuestra la reciente agitación del sector bancario en Estados Unidos y Europa.
El BAD ha propuesto a sus socios (68 Estados, de los cuales 49 son de la región) un monitoreo cuidadoso y un abordaje de manera proactiva de estos riesgos.
“Debido a que quedan muchos desafíos, los gobiernos de la región deben mantenerse enfocados en políticas que respalden una cooperación e integración más sólidas, para promover el comercio, la inversión, la productividad y la resiliencia”, dijo Park.
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