Criminales de guerra y agresores militares integran el Consejo de Seguridad

La sede de la Corte Penal Internacional, en la Haya, en los Países Bajos. Foto: CPI

NACIONES UNIDAS – El 1 de abril, Rusia pasará a presidir por un mes el Consejo de Seguridad de la ONU, según una rotación alfabética que no tiene en cuenta que el país invadió a Ucrania en febrero del año pasado.

Rusia no será el primer país acusado de crímenes de guerra o acusado de violar la Carta de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) en ser miembro o presidir el órgano político más poderoso del organismo mundial.

Stephen Zunes, profesor de Política y coordinador de Estudios de Medio Oriente en la estadounidense Universidad de San Francisco, que ha escrito extensamente sobre la política del Consejo de Seguridad, recordó a IPS que Estados Unidos ha ocupado la presidencia del Consejo de Seguridad mientras cometía crímenes de guerra en Vietnam e Iraq.

Francia y Reino Unido, añadió, también ocuparon el cargo mientras cometían crímenes de guerra en sus guerras coloniales. Recientemente, China ha ocupado el cargo a pesar de los crímenes de guerra cometidos en Xinjiang.

Por tanto, que Rusia ocupe la presidencia del Consejo de Seguridad (CS) está lejos de ser algo sin precedentes.

“Es cierto que Rusia sería la primera en anexionarse ilegalmente un territorio tomado por la fuerza militar. Sin embargo, dado que Estados Unidos ha reconocido formalmente las anexiones ilegales por parte de Israel y Marruecos de territorios tomados por la fuerza militar, no es que Rusia sea el único miembro permanente que piense que eso está bien de alguna manera», declaró Zunes.

La Corte Penal Internacional (CPI) también ha acusado anteriormente de crímenes de guerra o genocidio a varios dirigentes políticos, como el sudanés Omar Hassan al Bahir, el yugoslavo Slobodan Milosevic y el libio Muammar Gadafi, antes que el viernes 17 emitiese una orden de arresto contra el presidente ruso, Vladimir Putin.

Sobre la presidencia de Rusia, el portavoz adjunto de la ONU, Farhan Haq, dijo a los periodistas: «Ustedes conocen bien las normas del Consejo de Seguridad, incluida la rotación alfabética de los Estados miembros del Consejo de Seguridad para la Presidencia del Consejo, que es una política que se mantiene durante toda la vida del Consejo de Seguridad».

“Y no tenemos nada más que decir al respecto», añadió, justo antes del anuncio de la CPI.

La CPI acusó a Putin de crímenes de guerra, al emitir la orden de detención contra él y otra contra la comisaria rusa para los Derechos de la Infancia, Maria Lvova-Belova.

Esas órdenes del tribunal de última instancia par crímenes internacionales graves obedecen específicamente al traslado ilegal de niños ucranianos fuera de su país,  devastado por la guerra a raíz de la invasión rusa, en lo que constituye una violación de la Carta de las Naciones Unidas.

Rusia, que no es signataria del Estatuto de Roma por el que se creó la CPI en 1998, rechazó las órdenes de detención.

En una declaración previa al dictamen,  el fiscal jefe de la CPI, Karim Khan, afirmó que «sobre la base de las pruebas recopiladas y analizadas por mi Oficina en el marco de sus investigaciones independientes, la Sala de Cuestiones Preliminares ha confirmado que existen motivos razonables para creer que el presidente Putin y la Sra. Lvova-Belova son penalmente responsables de la deportación y el traslado ilegales de niños ucranianos de las zonas ocupadas de Ucrania a la Federación de Rusia, en contravención del artículo 8.2 a) vii) y b) viii) del Estatuto de Roma».

Los incidentes identificados por la oficina de la CPI incluyen la deportación de al menos cientos de niños sacados de orfanatos y hogares de acogida.

“Muchos de estos niños, alegamos, han sido dados en adopción en la Federación Rusa. La ley fue modificada en la Federación Rusa, mediante decretos presidenciales emitidos por el Presidente Putin, para agilizar la concesión de la ciudadanía rusa, facilitando que fueran adoptados por familias rusas, dijo Khan.

Puede leer aquí la versión en inglés de este artículo.

Thomas G. Weiss, miembro distinguido del Consejo de Asuntos Globales de Chicago, consideró en un diálogo con IPS que la declaración del portavoz de la ONU es completamente exacta.

“No hay precedentes de que se impida una presidencia rotatoria en el Consejo de Seguridad, y solo es el más reciente indicio de la aberrante forma en que fue construido”, afirmó.

Dicho esto, el embajador ruso quizá se retuerza en su silla del CS tras la avergonzante  orden de detención de la CPI contra Putin, señaló.

“Aunque es muy poco probable que vaya a La Haya en breve, la presión internacional no hará más que aumentar, recordemos el itinerario de Slobodan Milosevic”, analizó Weis.

A su juicio, Moscú está muy descontento con la medida, como lo estuvo cuando la Asamblea General le expulsó sin contemplaciones del Consejo de Derechos Humanos el año pasado.

“Expulsar a Rusia (o a Libia en 2011) fue un precedente importante en el que basarse para otros órganos de la ONU (distintos del CS). Moscú detesta quedar aislado y luchó contra la decisión por ese motivo”, añadió.

El mayor “y si”  retrotrae a diciembre de 1991, cuando la entonces Unión Soviética implosionó. Ese fue el momento en que se cuestionó que Rusia asumiera automáticamente el puesto de la Unión Soviética.

James Paul, exdirector ejecutivo del Foro de Política Global, dijo a IPS que la campaña militar rusa en Ucrania ha planteado muchas cuestiones sobre la paz y la seguridad internacionales.  Inevitablemente, el debate ha producido acaloradas discusiones en las Naciones Unidas.

Muchos gobiernos occidentales e “idealistas liberales” entre sus ciudadanos, dijo, querrían castigar a Rusia de diversas maneras mediante sanciones y aislamiento, con la esperanza de que esto haga que Moscú retire sus fuerzas militares y renuncie a sus objetivos estratégicos en Ucrania.

Dentro de los planteamientos de esos sectores se inscribe la propuesta de que Rusia no ocupe en abril la presidencia rotatoria del CS, del que es uno de sus cinco miembros permanentes y con poder de veto –China, Francia Estados Unidos, Reino Unido y Rusia- en un órgano de 15 países.

A su juicio, “se trata de una postura que demuestra una escasa familiaridad con los asuntos internacionales y el funcionamiento de los actores estatales más poderosos del mundo, incluida la ignorancia de la historia militar de las potencias occidentales, ahora tan preocupadas por las transgresiones rusas”.

Paul es autor de «Of Foxes and Chickens» (De zorros y gallinas) y «Oligarchy and Global Power in the UN Security Council» (Oligarquía y poder global en el Consejo de Seguridad de la ONU).

Si el Consejo de Seguridad, argumentó, hubiera denegado de forma imparcial su presidencia rotatoria a los miembros que infringen el derecho internacional, invaden otros países, cambian por la fuerza las fronteras de Estados soberanos o planean el derrocamiento de gobiernos electos, entonces todos los miembros permanentes del CS hubieran perdido su presidencia en algún momento.

Sobre la orden de detención contra Putín, el portavoz de la ONU, Stéphane Dujarric, recordó el mismo viernes 17: «Como ya hemos dicho muchas veces aquí, la Corte Penal Internacional es independiente de la Secretaría. No hacemos comentarios sobre sus acciones”.

Balkees Jarrah, director asociado de Justicia Internacional de Human Rights Watch, dijo que el anuncio de la CPI era un gran día para las muchas víctimas de los crímenes cometidos por las fuerzas rusas en Ucrania desde 2014, cuando se anexionó Crimea.

“Con estas órdenes de detención, la CPI ha convertido a Putin en un hombre buscado y ha dado su primer paso para poner fin a la impunidad que ha envalentonado a los autores de la guerra de Rusia contra Ucrania durante demasiado tiempo», afirmó.

Las medidas, señaló Jarrah, “envían un mensaje claro de que dar órdenes de cometer o tolerar graves crímenes contra civiles puede llevar a una celda en La Haya”.

“Las órdenes del tribunal son una llamada de atención a quienes cometen abusos o los encubren para que sepan que su día en los tribunales puede llegar, independientemente de su rango o posición”, remarcó.

En un mundo de Estados violentos y poderosos, Paul sostiene que la ONU es útil porque puede reunir a las partes enfrentadas y promover la diplomacia y la resolución de conflictos.

“Los que piden castigos para Rusia deberían darse cuenta de que Estados Unidos (si se aplicaran normas equitativas) estaría sujeto a sanciones regulares, ya que ha violado la soberanía de otros Estados con fuerzas militares en muchas ocasiones para perseguir sus propios intereses», señaló.

La guerra de Iraq, dijo, tipifica el desprecio de Estados Unidos por las normas de la ONU y las decisiones del Consejo de Seguridad. Las guerras de Washington en Vietnam y Afganistán son otras guerras destacadas de este tipo.  Hay docenas de casos, insistió.

“También Gran Bretaña (Reino Unido) y Francia han utilizado sus poderosos ejércitos, contraviniendo el derecho internacional, para llevar a cabo sangrientas guerras contra la descolonización, así como posteriores intervenciones poscoloniales para asegurarse el acceso a minas, recursos petrolíferos, etc”, añadió Paul.

La Guerra de Suez, lanzada contra Egipto conjuntamente con Israel, añadió el especialista en asuntos globales, fue un clásico de este género. Rusia y China también han participado en operaciones e intervenciones militares, como la intervención rusa en Afganistán y sus numerosas guerras en el Cáucaso.

China, famosa por promover la integridad territorial como principio, se anexionó el Tíbet y libró varias guerras con su vecino Vietnam.

“Así pues, los miembros permanentes del Consejo de Seguridad tienen un historial muy pobre a la hora de establecer las normas del derecho internacional. Incluso Estados más pequeños (con protectores entre los grandes) se han dedicado a la invasión. Israel, Turquía y Marruecos vienen rápidamente a la mente”, analizó Paul.

Sobre la posibilidad de que el presidente de la Asamblea General, el húngaro Csaba Kőrösi, estaría dispuesto a reunirse con el Presidente Putin, su portavoz, Pauline Kubia, dijo que como presidente representa a todos los Estados miembros de la ONU, incluida Rusia. Y en esa calidad, puntualizó “ha estado dispuesto y sigue estando dispuesto a reunirse con el presidente Putin”.

T: MF / ED: EG

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