HRW denuncia ataques feroces y discriminación contra mujeres LBQ+

Una manifestación de mujeres LBQ+. Constiuyen un sector de la población muy vulnerable ante la discriminación, los abusos y los ataques, en muchos países del mundo, y necesitan de leyes, políticas y protocolos que protejan su integridad y derechos. Foto: Agrupación Rompiendo el Silencio

NUEVA YORK – En todo el mundo, mujeres lesbianas, bisexuales, queer (LBQ+) y personas no binarias son discriminadas en forma generalizada y blanco de violencia por agentes de las fuerzas de seguridad, familiares y otras personas, denunció la organización Human Rights Watch (HRW) en un informe divulgado este martes 14.

Las mujeres lesbianas, bisexuales y queer (cuya identidad sexual o de género no corresponde a las reglas establecidas) son reconocidas por liderar luchas de derechos humanos en todo el mundo”, manifestó Erin Kilbride, investigadora sobre derechos de las personas LGBT y de las mujeres en HRW, y autora del informe.

“Sin embargo, pocas veces se documenta la magnitud de la violencia brutal, la discriminación legal y el acoso sexual que estas comunidades enfrentan”, agregó Kilbride.

El informe “This Is Why We Became Activists: Violence Against Lesbian, Bisexual, and Queer Women and Non-binary People (Por esto nos hicimos activistas: Violencia contra mujeres lesbianas, bisexuales y queer y contra personas no binarias)”, presenta una investigación sobre violencia y discriminación en 26 países.

HRW analizó cómo institutos y ordenamientos jurídicos sexistas y patriarcales, como la tutela masculina, leyes sucesorias desiguales y la discriminación contra las solteras, violan los derechos de las personas LBQ+ y las colocan en una situación de gran desventaja en prácticamente todos los aspectos de su vida.

Además de la violencia física y sexual ejercida por familiares, fuerzas de seguridad y otras personas, las personas LBQ+ enfrentan discriminación en el trabajo, en los derechos a la tierra y de propiedad, en los servicios de fertilidad, en cuestiones de migración y reasentamiento, y en un acceso desigual a la justicia.

“Las mujeres lesbianas, bisexuales y queer son reconocidas por liderar luchas de derechos humanos en todo el mundo. Sin embargo, pocas veces se documenta la magnitud de la violencia brutal, la discriminación legal y el acoso sexual que estas comunidades enfrentan”: Erin Kilbride.

El informe surgió “como respuesta a la grave ausencia de investigaciones y políticas que se concentren específicamente en los derechos de las personas LBQ+ y en la necesidad imperiosa de apoyar la labor de las activistas”, indicó la oenegé.

HRW entrevistó a 66 personas LBQ+ para el informe, en su mayoría defensoras de derechos humanos que trabajan en el ámbito local o nacional, e identificó 10 áreas clave en las que se cometen violaciones de derechos y en las que “se precisan investigaciones, financiamiento y reformas de políticas de inmediato”.

Entre ellas se incluyen los matrimonios forzados o coaccionados con hombres; derechos laborales y violencia sexual en el trabajo; violencia ejercida por las fuerzas de seguridad contra mujeres con apariencia masculina, y desigualdad en los derechos de propiedad, sucesorios y sobre la tierra.

También las restricciones legales a la circulación de mujeres y ataques violentos contra parejas LBQ+ en público, a derechos parentales y acceso a tratamientos de fertilidad y a servicios de salud sexual, reproductiva y mental.

Se agregan la agresión sexual y las restricciones a la atención que debe seguir; obstáculos al asilo y al acceso a la justicia, y ataques contra quienes defienden los derechos humanos de las personas LBQ+.

Según datos del Banco Mundial, en 40 % de los países de todo el mundo las mujeres no pueden acceder de manera equitativa al derecho a ser propietarias de bienes o de arrendarlos, administrarlos o heredarlos, lo que representa un obstáculo económico y legal muchas veces insuperable para las parejas LBQ+.

Los ordenamientos jurídicos que exigen a las mujeres el permiso de un tutor masculino para arrendar un departamento, o dan prioridad a los hijos varones en la sucesión de tierras, suelen implicar que ninguna de las personas que conforman una pareja LBQ+ puede arrendar o heredar una vivienda, ni ser propietaria de ella.

Algunas violaciones comunes de los derechos patrimoniales de las mujeres son el matrimonio forzado, de mujeres LBQ+ con un hombre, para que puedan acceder a tierras y propiedades.

Eso impide a las personas LBQ+ que se divorcian de sus esposos, o que enviudan, iniciar luego nuevas relaciones LBQ+ de manera económicamente viable.

Muchas entrevistadas dijeron que las personas LBQ+ con aspecto masculino se enfrentan a marginación económica, discriminación y acoso laboral, abuso psicológico, violencia física y sexual, y a ser perseguidas por las fuerzas de seguridad.

Activistas en Argentina, El Salvador y Kirguistán aseveraron que, en general, las personas LBQ+ que presentan un aspecto masculino en sus comunidades debieron conseguir trabajos precarios donde las prácticas relativas a los derechos laborales eran deficientes, como trabajo agrícola, trabajo sexual o talleres mecánicos.

Una defensora de derechos en El Salvador narró a HRW que “muchas nos convertimos en trabajadoras sexuales (debido a la discriminación en la contratación que existía en otros ámbitos). Sin embargo, cuando la policía allanaba burdeles y hogares, las lesbianas de aspecto masculino eran tratadas ‘como hombres’”.

Es decir, “se las esposaba con más fuerza, se las hacía arrodillar y se las obligaba a quitarse las camisetas”

Los ataques en público contra personas y parejas LBQ+ con un aspecto más femenino también obligan a esas personas a limitar sus movimientos, y HRW reunió descripciones de parejas asesinadas, violadas o agredidas de forma brutal.

“La impunidad por delitos violentos contra personas LBQ+ es casi total. Las autoridades deberían adelantar investigaciones exhaustivas y transparentes de los señalamientos de violencia, y formular leyes, políticas y protocolos que protejan sus derechos”, postuló el informe de HRW.

Finalmente, los donantes “deberían financiar movimientos dirigidos por personas LBQ+ que promueven los derechos ambientales, a la tierra, de los pueblos indígenas, de migrantes y de las personas con discapacidad, así como a organizaciones y colectivos que trabajan específicamente por los derechos de las personas LBQ+”.

A-E/HM

 

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