El hambre acosa a los dos países visitados por el papa

Odette, de cuatro años, posa con sus padres en un campamento de refugiados. Fue golpeada en la cabeza con un machete cuando grupos armados asaltaron su aldea en la República Democrática del Congo. Los conflictos y el hambre son graves problemas en ese país y en el vecino Sudán del Sur. Foto: Hélene Caux/Acnur

KINSASA – El hambre y los conflictos acosan a millones de personas en la República Democrática del Congo (RDC) y Sudán del Sur, los dos países que visita el papa Francisco entre el 31 de enero y el 5 de febrero, destacaron responsables del Programa Mundial de Alimentos (PMA) en la región.

La directora del PMA en Sudán del Sur, Mary-Ellen McGroarty, dijo “confiar en que la visita del Papa a partir de este viernes 3 dé el impulso necesario al proceso de paz” en ese país, pues “los conflictos y la inseguridad alimentaria están estrechamente relacionados”.

Por su parte Peter Musoko, director de esa agencia de las Naciones Unidas en la RDC, advirtió que las necesidades son enormes, pues el hambre severa afecta a 26 millones de personas en la RDC, más de la cuarta parte de su población total.

Por contraste, “he visto de primera mano que este país tiene mucho potencial para producir alimentos para su gente y dar trabajo a los jóvenes”.

La situación de hambre afecta sobre todo a la región del noreste congoleño, donde decenas de grupos armados chocan contra el ejército regular y efectúan cruentos ataques sobre aldeas de comunidades que perciben como rivales, forzando al éxodo a cientos de miles de civiles, muchos de ellos hacia la vecina Uganda.

En los últimos meses se han desarraigado de sus hogares más de medio millón de personas, según el PMA, y para atenderlas la agencia lanzó un pedido internacional de auxilio financiero para este año, por 627 millones de dólares.

El PMA informó que en 2022 pudo llegar a 5,4 millones de personas en situaciones vulnerables, con ayuda alimentaria y nutricional, centrándose en las mujeres y los niños afectados por el conflicto.

Musoko también expresó su “esperanza de que la visita del Papa ayude a resaltar la difícil situación de millones de personas hambrientas para quienes el PMA es a veces el único respaldo contra la inseguridad alimentaria catastrófica”.

Cerca de la mitad de los 95 millones de habitantes de este país –el más grande de África central, con 2 344 858 kilómetros cuadrados- son de confesión católica.

En Sudán del Sur -644 329 kilómetros cuadrados y 12 millones de habitantes- se calcula que hasta dos tercios de su población padecen inseguridad alimentaria y al menos 43 000 se enfrentan a condiciones similares a la hambruna.

El PMA reivindica haber atendido el año pasado a 5,5 millones de sursudaneses “trabajando con las comunidades locales, proporcionando ayuda humanitaria y mejorando la seguridad alimentaria”.

El país, separado de Sudán –mayoritariamente islámico- en 2005, y con más de un tercio de su población profesando la fe católica, aún mantiene una controversia con  limítrofe con la nación de la que fue parte y que alimenta choques violentos entre varias comunidades étnicas en la región fronteriza.

Pero además la violencia ha marcado la lucha entre la coalición de gobierno y la de oposición. Uno de los acuerdos previos a la visita del Papa consistió en la apertura de un nuevo diálogo entre las fuerzas políticas confrontadas.

A-E/HM

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