NACIONES UNIDAS – El abrumador apoyo político, económico y militar a una Ucrania devastada por la guerra parece no tener tope, incluso cuando la invasión rusa entró en su segundo año el 24 de febrero.
Estados Unidos y sus aliados occidentales han prometido ayudar a Ucrania «mientras sea necesario», sin reservas ni plazos.
Según una información publicada en The New York Times al cumplirse ese primer aniversario, el importe total de la ayuda humanitaria, financiera y militar estadounidense aprobada para Ucrania ha ascendido a la friolera de 113 000 millones de dólares.
Pero aun así, afirmó, nunca ha sido suficiente, ya que el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, sigue pidiendo «más, más, más… y más rápido, más rápido, más rápido».
A la pregunta de cuánto más se prolongará esta situación, ¿hasta alcanzar los 200 000 o 300 000 millones de dólares a lo largo de los años?, la representante permanente de Estados Unidos ante las Naciones, Linda Thomas-Greenfield, respondió: «Esto tendrá que durar lo que haga falta para que Ucrania se defienda y para que Rusia ponga fin a su agresión contra Ucrania».
«Y creo que lo hemos oído decir una y otra vez: la libertad no es gratis. Tenemos que pagar por la libertad. Tenemos que luchar por ella. Y eso es por lo que estamos luchando”, puntualizó la embajadora en una entrevista con Roland Martin en Black Star Network.
Añadió que “Ucrania es un país pequeño que ha sido atacado por un vecino más grande. Rusia es un matón, y si Rusia se sale con la suya intimidando a Ucrania, ¿quién será el siguiente? Y después, ¿quién será el siguiente? Y de repente todos estamos involucrados en esto».
El aumento de los costes de la guerra en Ucrania se produce en medio de las quejas de las Naciones Unidas por la enorme escasez de fondos, en su mayoría procedentes de países donantes ricos, para avanzar en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), incluido el cambio climático y la erradicación de la pobreza extrema y el hambre para 2030.
El secretario general de la ONU, António Guterres, ha advertido de que el mundo no está protegiendo a la población de los desastrosos efectos del cambio climático, especialmente en los países más pobres.
“Las necesidades de adaptación (a ese cambio) en el mundo en desarrollo se dispararán hasta 340 000 millones de dólares anuales en 2030. Sin embargo, el apoyo a la adaptación representa hoy menos de una décima parte de esa cantidad», alertó en noviembre.
Aseguró que “Las personas y comunidades más vulnerables están pagando el precio. Esto es inaceptable». Según un informe de la ONU publicado a fines del año pasado, los avances en la adaptación al cambio climático han sido «lentos e irregulares».
Desde la invasión rusa, Ucrania se ha convertido con diferencia en el principal receptor de ayuda exterior estadounidense.
“Es la primera vez que un país europeo ocupa el primer puesto desde que la administración de Harry S. Truman destinó grandes sumas a la reconstrucción del continente a través del Plan Marshall tras la Segunda Guerra Mundial», según el Consejo de Relaciones Exteriores.
El flujo ininterrumpido de armas estadounidenses y occidentales también ha desencadenado un debate entre académicos y organizaciones de la sociedad civil.
Pero los contratistas de defensa sostienen que ha impulsado la industria armamentística estadounidense y dará empleo a cientos y miles de personas.
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Natalie J. Goldring, profesora visitante en la Escuela Sanford de Política Pública de la Universidad de Duke, en el estado de Carolina del Norte, afirmó a IPS que existen enormes riesgos en un suministro continuo e interminable de material militar a Ucrania.
“Aunque la administración (de Joe) Biden afirma que el gobierno de Ucrania se ha comprometido a no transferir las armas que estamos suministrando a otros países o usuarios no autorizados, ese no es el único riesgo asociado con estas transferencias», dijo.
A su juicio, “existe un riesgo importante de que las armas sean robadas o capturadas. Cuantas más armas se transfieran, más difícil será garantizar que no caigan en las manos equivocadas.
Goldring recordó que la misma embajadora estadounidense Thomas-Greenfield dijo en la ONU hace poco que su gobierno no tiene claro cuándo terminará la guerra y a que costo.
“Esta declaración parece dar por sentado que Ucrania puede ganar este conflicto, pero no indica si los funcionarios estadounidenses creen que esto puede llevar semanas, meses o años”, dijo la académica.
“Tampoco aclara qué significa para Ucrania defenderse. ¿Significa eso recuperar todo el territorio perdido en el último año, todo el territorio perdido desde 2014, o algo más?», se preguntó Goldring, que también representa al Instituto Acrónimo en las Naciones Unidas en cuestiones de armas convencionales y comercio de armas.
Mientras tanto, el 23 de febrero, la Casa Blanca publicó su tan esperada política de transferencia de armas convencionales.
Uno de los aspectos más destacados de la política es el establecimiento de la norma de que Estados Unidos no autorizará transferencias de armas cuando el gobierno de Estados Unidos considere que «es más probable que no» que las armas transferidas se utilicen para cometer o facilitar la comisión de violaciones graves del derecho internacional humanitario o de los derechos humanos.
La nueva política de transferencia de armas convencionales de la administración Biden eleva el nivel de exigencia para las transferencias de armas estadounidenses. Esto contrasta con una hoja informativa del Departamento de Estado publicada solo tres días antes que trataba sobre el uso de la autoridad presidencial para liberar material de los arsenales del Departamento de Defensa.
Esa hoja informativa tenía un estándar significativamente más bajo: «el Departamento trabaja para asegurar que la ayuda no vaya a unidades implicadas de forma creíble en graves violaciones de los derechos humanos».
Goldring añadió que los contratistas militares estadounidenses siguen obteniendo grandes beneficios de la guerra. Sorprendentemente, incluso están dispuestos a admitir públicamente que la guerra se ajusta a sus objetivos comerciales.
En coincidencia con el aniversario de la invasión a Ucrania, en una exposición internacional de armamento en Abu Dabi, un contratista de defensa estadounidense declaró a una cadena de televisión que «desde nuestro punto de vista, (el presidente ruso Vladimir) Putin es el mejor vendedor de armas que existe».
Esta cínica afirmación, señaló la académica, trata la venta de armas simplemente como una mercancía más, como los ordenadores o las tostadoras. No tiene en cuenta el coste humano del uso de estas armas.
La nueva política de transferencia de armas convencionales de la administración Biden incluye un lenguaje positivo sobre la prioridad de los derechos humanos a la hora de decidir si se transfieren armas.
Pero la verdadera prueba será cómo se aplica esta política.” ¿Qué transferencias aprobadas anteriormente no se permitirán ahora? ¿Tendrá esta nueva política algún efecto sobre el suministro aparentemente ilimitado de armas a Ucrania?”, se preguntó Goldring.
Una comunicación del Departamento de Estado proporciona una larga lista de armas estadounidenses a Ucrania, entre las que se incluyen: 20 helicópteros Mi-17; 31 tanques Abrams; 45 tanques T-72B; 109 vehículos de combate de infantería Bradley; más de 1600 sistemas antiaéreos Stinger; más de 8500 sistemas antiblindaje Javelin, y más de 54000 otros sistemas antiblindaje y municiones.
Además de más de 700 sistemas aéreos tácticos no tripulados Switchblade; 160 obuses de 155 mm y más de 1 000 000 de cartuchos de artillería de 155 mm; más de 6000 cartuchos de artillería de 155 mm guiados con precisión; más de 13 000 lanzagranadas y armas pequeñas; más de 100 000 000 de cartuchos de armas pequeñas; más de 75 000 conjuntos de chalecos antibalas y cascos; y aproximadamente 1800 sistemas aéreos no tripulados tácticos Phoenix Ghost.
Los Estados de Europa Occidental han prometido colectivamente más de 50 000 millones de dólares en ayuda financiera y han acogido a más de ocho millones de refugiados procedentes de Ucrania.
Desde el 9 de septiembre de 2022, casi 50 países aliados y socios han proporcionado ayuda de seguridad a Ucrania.
Entre sus numerosas contribuciones a Ucrania se encuentran 10 sistemas de lanzamiento múltiple de cohetes de largo alcance (MLRS), 178 sistemas de artillería de largo alcance, casi 100 000 cartuchos de munición de artillería de largo alcance, casi 250 000 municiones antitanque, 359 tanques, 629 vehículos blindados de transporte de tropas y vehículos de combate de infantería (IFV), 8214 misiles de defensa antiaérea de corto alcance y 88 vehículos aéreos no tripulados letales.
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