WASHINGTON – Nicaragua expulsó y despojó de su ciudadanía a 222 opositores políticos que estaban encarcelados o bajo arresto domiciliario, tras un acuerdo con Estados Unidos, país que aceptó recibirles y al que arribaron este jueves 9.
Estados Unidos “da la bienvenida a 222 personas que estuvieron encarceladas por el gobierno (nicaragüense) como resultado de haber ejercido sus libertades, y han soportado detenciones injustas por extensos períodos”, dijo el jefe de la diplomacia estadounidense, Anthony Blinken, en una declaración.
“La liberación de estos individuos, uno de los cuales es ciudadano estadounidense, marca un paso constructivo para abordar los abusos contra los derechos humanos en ese país y abre la puerta a más diálogo entre Estados Unidos y Nicaragua sobre temas que preocupan”, agregó Blinken.
Estados Unidos les concederá una visa humanitaria que les autoriza a permanecer en este país durante dos años, precisaron fuentes del Departamento de Estado (cancillería).
Los opositores llegaron pasado el mediodía local al aeropuerto Dulles de esta capital, a donde acudieron muchos de sus familiares para recibirles en medio de cantos eufóricos y agitando las banderas azul y blanco de Nicaragua.
En Managua, el magistrado de la Sala 1 del Tribunal de Apelaciones de esa capital, Octavio Rothschuhh, leyó la decisión de expulsar a los opositores como medida para “proteger la paz, la seguridad, el orden público, y la moral pública”.
La mayoría de los detenidos lo fueron durante las manifestaciones contra el presidente Daniel Ortega (en el poder desde 2006) en el año 2018, y luego en el marco de las elecciones generales del 7 de noviembre de 2021, denunciadas como fraudulentas por la oposición y entidades internacionales.
Entre los liberados que llegaron a Washington figura Dora María Téllez, las famosa “Comandante Dos” durante el asalto por guerrilleros sandinistas al Palacio Nacional de Managua durante la dictadura de Anastasio Somoza (1967-1979), y el ex vice canciller sandinista Víctor Hugo Tinoco.
También Pedro Joaquín Chamorro y Cristiana Chamorro (cuya candidatura presidencial en 2021 fue vetada), hijos de la ex presidenta Violeta Barrios de Chamorro (1990-1997), cuya familia dirigió durante décadas el diario La Prensa, que confrontó reciamente tanto a Somoza como a Ortega.
Otro de los aspirantes que intentaron competir con Ortega en 2021 y en su lugar fue arrestado, Félix Maradiaga, también integró el grupo expulsado a bordo de un vuelo rentado a la aerolínea Omni Air International.
En cambio, permanece detenido, y al parecer fue llevado a una cárcel de seguridad, el obispo católico Rolando Álvarez, un vehemente opositor a Ortega.
Organizaciones internacionales de derechos humanos daban cuenta de al menos 245 presos políticos en Nicaragua a inicios de este febrero.
Los expulsados incurrieron en delitos como “menoscabar la independencia, la soberanía y la autodeterminación del pueblo, e incitar a la violencia, al terrorismo y a la desestabilización económica”, según el Tribunal de Apelaciones que ordenó su “deportación inmediata”.
En paralelo, la Asamblea Nacional legislativa sancionó una ley especial que regula la pérdida de la nacionalidad nicaragüense, y la cual se aplicará a los deportados.
Erika Guevara Rosas, responsable de la organización humanitaria Amnistía Internacional en el hemisferio, escribió en su cuenta de Twitter que “estas personas fueron presas por defender derechos humanos y levantar la voz contra un régimen despiadado. Que hoy puedan estar con sus familias es un abrazo”.
“La deportación de presos políticos de Nicaragua, incluido al menos un periodista (Juan Lorenzo Holmann Chamorro, editor de La Prensa) es motivo de alivio. Nicaragua debe dejar de perseguir y hostigar a los periodistas”, expresó Carlos Martínez de la Serna, del Comité para la Protección de Periodistas en Nueva York.
Al saludar la liberación de los detenidos, Tamara Taraciuk, directora en funciones de la oenegé Human Rights Watch en la región dijo que “es un día de felicidad para ellos y sus familias, que sufrieron la crueldad de la dictadura. Nunca debieron estar presos”.
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