La infancia en el mundo está impactada por una policrisis

Una niña cruza un puente sobre un río seco. Las sequías, como otros fenómenos meteorológicos y climáticos extremos, contribuyen a la inseguridad alimentaria que tiene en los niños y niñas entre los grupos más vulnerables y es una de las ocho crisis que más les pueden afectar este año. Foto: Safidy Adrianantenain/Unicef

NACIONES UNIDAS – Los riesgos y posibles progresos de los niños en el mundo durante 2023 estarán bajo el impacto de una policrisis, ocho crisis interconectadas, según describe un informe del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) divulgado este martes 31.

En las tendencias que darán forma a la vida de niños y niñas este año destaca la guerra en Ucrania, con resultados de altos precios de los alimentos y la energía, hambre global e inflación, según Unicef.

El informe “Prospects for Children in the Polycrisis: A 2023 Global Outlook (Perspectivas para los niños en 2023: una perspectiva global)”, también analiza desde el impacto continuo de la pandemia covid-19 hasta la fragmentación de Internet y la emergencia climática.

Como primer punto de análisis, se afirma que la pandemia proyecta una larga sombra, pues aunque los niños no figuran como los más vulnerables al virus, sí lo son a sus muchos impactos, aunque se admite que la covid ha impulsado un progreso notable en el desarrollo de vacunas y en reformas a los sistemas de salud.

Un segundo tema es que los esfuerzos para controlar la inflación, vertiginosa el último año, tienen un impacto no deseado en la pobreza infantil, por consecuencias como la desaceleración del crecimiento económico y la reducción de las oportunidades laborales, especialmente para los jóvenes.

Se estima que la inseguridad alimentaria y nutricional continuará, como resultado de fenómenos meteorológicos extremos, cuellos de botella en cadenas de suministro y conflictos como la guerra en Ucrania. A medida que suben los precios, a las familias de todo el mundo les resulta más difícil alimentar a sus hijos.

En cuarto lugar, el aumento de los precios de la energía incrementa el costo de vida, aunque por otro lado esa perspectiva estimula un enfoque mayor en la transición a fuentes de energía limpias y sostenibles, con el potencial de crear nuevos empleos para los jóvenes.

Sin embargo, muchos de ellos no se sienten preparados para estas nuevas carreras, por lo que preparar a los jóvenes que buscan trabajo con oportunidades de capacitación debe ser fundamental en cualquier agenda de energía verde.

Como quinta cuestión Unicef señala que los países en desarrollo enfrentan múltiples desafíos mientras intentan recuperarse de la pandemia, abordar la crisis climática y lidiar con el estrés económico, pero el apoyo financiero para ellos no aumenta de modo que puedan atender sus crecientes necesidades.

Sin reformas para desbloquear financiación adicional para el desarrollo, los recursos se distribuirán cada vez más y las necesidades urgentes quedarán sin satisfacer, y eso es una mala noticia para los niños, apunta el estudio.

Otro tema refiere que la democracia se ha visto cada vez más amenazada en los últimos años y seguirá siendo desafiada en 2023. La inestabilidad política puede conducir a un cambio social positivo, pero también puede dejar la puerta abierta para líderes autoritarios, recuerda el informe.

En el lado positivo, se aprecia como probable que en 2023 los jóvenes desempeñen un papel aún más destacado en los movimientos sociales, ya sea en la acción climática, la salud mental, la educación o la igualdad de género, lo cual contribuirá al impulso para el cambio.

Como séptimo punto, otra dificultad: en una atmósfera de creciente faccionalismo, el multilateralismo se vuelve más difícil. El número de niños necesitados se encuentra actualmente en su nivel más alto desde la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), y es poco probable que un mundo antagónico conduzca a resultados positivos para ellos.

Unicef aboga por una mejor cooperación internacional para que las organizaciones multilaterales puedan abordar los desafíos que enfrentan la infancia, y considera que “todavía hay oportunidades para dejar de lado las tensiones, encontrar puntos en común y priorizar el bienestar de los niños”.

Como octavo impacto registró que los factores tecnológicos, comerciales y políticos están fragmentando el internet en “islas aisladas de conectividad y gobernanza”.

Los niños se ven particularmente afectados, ya que dependen en gran medida de Internet para su educación e interacciones sociales.

Unicef cree que en 2023 “es probable que veamos esfuerzos para promover una web gratuita, inclusiva y segura, y se deben aprovechar todas las oportunidades para crear un futuro digital que beneficie a los niños”.

A-E/HM

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