CARACAS – El gobierno de Colombia y la guerrilla Ejército de Liberación Nacional (ELN) acordaron trasladar de Venezuela a México sus negociaciones en busca de un acuerdo de paz, al concluir este lunes 12 tres semanas de diálogos en esta capital.
Sin abordar todavía un alto al fuego generalizado, las partes convinieron un “acuerdo parcial de atención a emergencias”, interpretado como un alivio en los combates, a partir de enero de 2023 en las áreas Bajo Calima y Medio San Juna, de los occidentales departamentos Valle del Cauca y Chocó, respectivamente.
Reconocieron “la grave situación humanitaria que se vive en las cárceles y acordaron la atención de emergencia humanitaria a un grupo de presos políticos del ELN”.
Otty Patiño, jefe negociador de la delegación del gobierno del presidente izquierdista Gustavo Petro, dijo que la idea con los alivios humanitarios acordados para el próximo año “es que generen procesos que reversen la tragedia humanitaria en términos concretos”.
Según Pablo Beltrán (alias de Israel Ramírez), jefe de la delegación del ELN, se trata de un prototipo para ver cómo funciona en Valle del Cauca y Chocó “y se quiere después poderlo replicar en otras partes. Esperamos que en el inicio de 2023 puedan darse los primeros pasos y desarrollar esta experiencia en otras regiones”.
El ELN destacó que desde el 7 de agosto, cuando Petro reemplazó al derechista Iván Duque en la presidencia –y quien cortó los diálogos con el ELN en 2018- ha liberado a 20 personas que tenía prisioneras, entre civiles e integrantes de la fuerza pública.
Para cuando se retomen las negociaciones en México el año próximo, la mesa de negociación “ratifica su decisión de construir sobre lo construido”, en las tratativas sostenidas entre 2016 y 2018, indicaron en el comunicado de cierre de la etapa venezolana del diálogo.
Las reuniones se verificaron en el hotel Humboldt, ubicado en la cima del Ávila o Waraira Repano, la montaña que domina a Caracas.
Sobre cómo conducir las negociaciones se efectuaron actualizaciones al documento que abrió el proceso de diálogo en 2016, indicaron los negociadores sin dar mayores detalles pues los ajustes aprobados “están en proceso de redacción”.
La participación de la sociedad colombiana en los diálogos será garantizada, según lo acordado, mediante “mecanismos de comunicación y pedagogía” que faciliten su actuación en el marco de las negociaciones, de acuerdo con el texto.
Los países que quedan ahora como garantes son Chile, Cuba, México, Noruega y Venezuela, y se espera que Brasil se incorpore el año próximo.
México “ha aceptado con todo gusto la solicitud –de acoger las negociaciones-, por lo que en estos momentos se están analizando las fechas propuestas”, confirmó el embajador mexicano en Caracas, Leopoldo de Gyves.
Por ello se analizan “los requerimientos necesarios y los aspectos logísticos para que pueda llevarse a cabo dicha ronda bajo las mejores condiciones y garantías”.
Las partes también expresaron que su compromiso negociador “se fortalece con la presencia en este ciclo de los acompañantes permanentes, Carlos Ruíz Massieu, representante especial del secretario general de Naciones Unidas, y de monseñor Héctor Fabio Henao, delegado de la Conferencia Episcopal de Colombia”.
El ELN es una guerrilla izquierdista fundada en 1964 y la principal que persiste en el país, ya que en 2016 la mayor, Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, se desmovilizó tras un acuerdo de paz con el gobierno.
Según el medio especializado InSight Crime, el ELN puede tener unos 3000 combatientes y presencia en 180 municipios, con siete frentes de batalla, incluidos los urbanos, y de los cuales dos incursionarían en el lado venezolano de la frontera.
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