ABIYÁN, Costa de Marfil – El Banco Africano de Desarrollo (AfDB en inglés) dio luz verde a una nueva inyección de recursos, por 176 millones de dólares, para proyectos de resiliencia alimentaria y climática en el Sahel, la franja de tierras semiáridas que cruza el continente de oeste a este.
Marie-Laure Akin-Olugbade, vicepresidenta de de Desarrollo Regional en el AfDB, dijo que “al adoptar un enfoque decididamente regional para fortalecer la seguridad alimentaria y nutricional en el Sahel”, el programa “ayudará a consolidar la paz y la seguridad en la región, esenciales para el desarrollo sostenible”.
El proyecto beneficiará programas de resiliencia climática, desarrollo agrícola y seguridad alimentaria en municipios fronterizos de seis países de África occidental: Burkina Faso, Guinea, Malí, Níger, Senegal y Togo.
Asimismo, se dirigirán recursos a la Comisión del Clima para la Región del Sahel, el Comité Interestatal para el Control de la Sequía en el Sahel y la Agencia Panafricana para la Gran Muralla Verde, un proyecto de largo aliento para recuperar esa franja que separa el desierto del Sahara de la zona de bosques en el centro del continente.
Se esperan recursos adicionales del Fondo Climático establecido por el AfDB y Canadá, por 21,8 millones de dólares, y del Banco de Desarrollo del Oeste Africano, por 31,6 millones de dólares.
El conjunto de programas busca aumentar la productividad y los ingresos en cadenas de valor agroalimentarias, pastoriles, de silvicultura y pesqueras, mejorar la nutrición, la capacidad de adaptación de las poblaciones a condiciones climáticas adversas, y contribuir a la atenuación de los efectos de los cambios climáticos.
Hay proyectos para promover, en 97 municipios fronterizos de los seis países, buenas prácticas agrícolas, la instrumentación y mejora de servicios climáticos, la gestión sostenible del territorio, y el fomento de la energía solar y los biodigestores.
También para la protección de la biodiversidad, mediante la construcción de infraestructuras para la cría, sanidad animal y agricultura, la recarga de las aguas subterráneas, la regeneración de la cubierta vegetal y la protección del medio ambiente y la fauna.
Se contempla que el desarrollo de las tierras bajas y los perímetros de regadío permitirá aumentar la producción local de arroz y, por tanto, contribuirá a reducir las salidas de divisas de los países afectados por los costos de las importaciones.
Algunos proyectos en esas zonas de frontera deben permitir aumentar la producción agrícola de 83 000 a 135 000 toneladas, la ganadera de 68 000 a 86 400 toneladas, y la pesca de 15 000 a 20 000 toneladas.
Se prevé la creación de 50 000 puestos de trabajo, y el AfDB ha pautado que 50 % de ellos sean para mujeres, y un aumento del volumen del comercio intrarregional de productos agrícolas, de 330 000 a 430 000 toneladas anuales.
Los programas se enfocaron en los hogares más vulnerables, como los de pequeños productores agrícolas, criadores, pastores y pescadores artesanales, y considerando especificidades de género, de edad y a las poblaciones desplazadas.
Cubrirán, en los 97 municipios con intervenciones, a 1,38 millones de personas en forma directa, y a 5,7 millones de manera indirecta.
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