América Latina y el Caribe crecerá muy poco en 2023

Vista del Mercado Central de Buenos Aires. En toda América Latina y el Caribe la inflación mundial ha impactado el consumo y se desacelera el conjunto de la economía, bajo la "cascada de crisis" marcada por la guerra en Ucrania, el encarecimiento del dinero y la merma en las importaciones de los principales mercados de la región. Foto: MCBA

SANTIAGO – La economía de la región se desacelera y el crecimiento del año próximo, 1,3 por ciento, será apenas la tercera parte del 3,7 por ciento alcanzado en 2022, según el balance preliminar presentado este jueves 15 por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).

Esa situación refleja “el agotamiento del rebote en la recuperación de 2021 y los efectos de las políticas monetarias restrictivas, mayores limitaciones del gasto fiscal, menores niveles de consumo e inversión y el deterioro del contexto externo”, indicó el secretario ejecutivo del organismo, José Manuel Salazar-Xirinachs.

Ese contexto mundial corresponde a una “cascada de crisis”, que incluye los efectos de la pandemia covid-19, la guerra en Ucrania, la inflación, la reducción de las cadenas de valor y la desaceleración del crecimiento económico en los mercados para las exportaciones latinoamericanas y caribeñas, dijo Salazar-Xirinachs.

A ello se suman en la región los efectos de las políticas monetarias restrictivas, mayores limitaciones del gasto fiscal y menores niveles de consumo e inversión, según el documento “Balance Preliminar de las Economías de América Latina y el Caribe 2022”, presentado en la sede de la Cepal en esta capital.

La buena noticia dentro del panorama es que la inflación mundial llega a un punto de inflexión y se reduce, y que los mayores bancos centrales del planeta dan señales de contención en las alzas de las tasas de interés que venían ejecutando, lo que apunta a un menor encarecimiento del financiamiento, según se indicó.

Los países con mayor crecimiento de su producto interno bruto este año son Guyana (52 %), que experimenta un boom petrolero, Venezuela (12 %, como rebote al cabo de años de recesión) y Panamá, con 8,4 %.

Entre las economías más grandes, Brasil y México crecen 2,9 % cada uno, Argentina 4,9 %, Chile 2,3 %, Colombia ocho por ciento y Perú 2,7 %.

Para 2023 se prevé que los mayores crecimientos estarán en la zona del Caribe, con 30 % para la petrolera Guyana, y en pequeñas economías turísticas, como San Cristóbal-Nieves (10,4 %), Antigua y Barbuda (7,6 %) y Santa Lucía (5,9 %).

Belice y Venezuela crecerían cinco por ciento, República Dominicana 4,6 %, y Panamá 4,2 %. Entre las mayores economías, Brasil 0,9 %, México 1,1 %, Argentina uno por ciento y Colombia 1,5 %.

Haití y Chile tendrán recesión (-1,1 % en Chile y -0,7 % en Haití), pero por razones diferentes, pues en Chile se asocia a merma de la inversión, del consumo y de exportaciones a China, su principal mercado, mientras que Haití se resiente de su pobreza estructural y debilidad institucional, según Salazar-Xirinachs.

El informe destaca que la recuperación de los mercados laborales en la región ha sido lento y desigual, tras las caídas  experimentadas en 2020, y en 2022 se han observado tanto un aumento de la informalidad y como una caída en los salarios reales.

La tasa de desocupación total, 7,9 % en 2019 y 10,3 % en 2020, se sitúa en 7,4 % este año y se la estima en 7,3 % en 2023, pero con una brecha en desmedro de la mujer, cuya tasa de desocupación es entre 2,8 y 3,6 % más alta que la de los hombres en esos años considerados.

La tasa de participación (el porcentaje de adultos que efectivamente participan en la actividad económica) se ha recuperado de 59 a 62,6 % entre 2020 y 2022, pero con una gran brecha de género, 23,8 %, pues la participación de los hombres se situó este año en 74,8 % y la de las mujeres en apenas 51 %.

En al ámbito fiscal se observa una reducción del déficit primario, pero los niveles de endeudamiento continúan siendo altos, por lo que cabe esperar que el espacio fiscal siga condicionando la trayectoria del gasto público, indica el informe.

Según el análisis, el riesgo de aumento de las tasas de interés, de depreciaciones de las monedas, y el mayor riesgo soberano en operaciones de endeudamiento, dificultarían el financiamiento de la actividad de los gobiernos en 2023

Según Salazar-Xirinachs, América Latina y el Caribe “está en una trampa de bajo crecimiento desde hace 30 años, y en 2023 completaremos otra década perdida, de crecimiento bajo desde 2014”.

La Cepal sostiene que los países tienen el desafío de evitar ajustes prematuros al gasto y ampliar el espacio fiscal, a través de la reducción de la evasión y elusión, revisión de los gastos tributarios, y reformas que aumenten la recaudación y progresividad de la estructura tributaria.

Además, se requiere avanzar en mejoras en la eficiencia y eficacia del gasto público, y procurar el apoyo multilateral a través de la movilización de la liquidez global.

Se insiste en que es fundamental dinamizar la inversión y la productividad para atender las demandas sociales, la creación de empleo decente y reducir la informalidad, la desigualdad, la pobreza, y avanzar en la adaptación y mitigación del cambio climático.

A-E/HM

 

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