MWENEZI, Zimbabue – Edious Murewa se ha jactado durante años de poseer un terreno de 10 hectáreas, pero ahora este hombre de 52 años está lleno de remordimientos. Se enfrenta a la pobreza años después de haber invadido parte de una granja que antes era propiedad de un agricultor comercial blanco.
Murewa tenía 30 años cuando abandonó su hogar ancestral en la zona de Mazetese, en el distrito de Mwenezi, en la provincia zimbabuense de Masvingo, y se dirigió al oeste para conseguir su propio pedazo de tierra en el momento más álgido de las caóticas confiscaciones de tierras de este país del sur de África a los propietarios blancos que producían con fines comerciales.
A pesar de que Murewa y otros agricultores reasentados en Mwenezi se benefician de los aportes de insumos agrícolas de este país, como fertilizantes y semillas de maíz, durante años no han tenido éxito en la agricultura en los terrenos confiscados, ya que obtienen un rendimiento casi nulo en cada estación de cosecha.
Para Murewa, junto con su familia -su mujer y sus cinco hijos, que nunca terminaron la escuela porque se les exigía trabajar en su terreno de 10 hectáreas-, la pobreza se ha convertido en su enemigo diario.
«Cuando todavía estaba en mi antigua casa, antes de abandonarla para venir aquí, la vida era mejor. Solía enviar a mis hijos a la escuela con los rendimientos de las cosechas que obtenía en cada temporada, pero eso ya no es así porque nuestras cosechas se pierden de vez en cuando», dijo Murewa a IPS.
Ahora, junto con otros agricultores reasentados en este distrito de Zimbabue, propenso a la sequía, Murewa se ha convertido en un caso habitual de dependencia de la solidaridad caritativa.
Él y su familia dependen de las asistencias de los donantes y de las donaciones de harina de maíz del gobierno de Zimbabue.
Murewa afirma que el partido gobernante del país, el Frente Patriótico de la Unión Nacional Africana de Zimbabue (Zanu-PF), ha intervenido durante muchos años para rescatarlos a él y a su familia cuando la sequía afecta a su terreno y su granja.
Por ello, ante el temor de perder su pedazo de tierra, Murewa tiene que retribuir al partido gobernante desde hace 42 años con su voto en cada elección.
«Voto al Zanu-PF en cada elección porque es el Zanu-PF el que me da de comer; es el Zanu-PF el que me ha dado la tierra», dijo Murewa.
Así pues, décadas después de arrebatar las tierras a los agricultores blancos, muchos de los reasentados en Zimbabue, como Murewa, tienen que enfrentarse a una pobreza agobiante, y algunos de ellos viven en barrios marginales en las granjas que invadieron.
Algunos, como Nyson Dewa, de 56 años, reasentado en una granja a las afueras de Bindura, en la provincia zimbabuense de Mashonaland Central, han abandonado la agricultura.
Mientras otros se benefician de los insumos agrícolas del gobierno, Dewa afirma que siempre se le ha dejado de lado, lo que le ha llevado a fracasar como agricultor reasentado.
Para él, al igual que para Murewa en Masvingo, la vida era mejor antes de que decidiera unirse a la oleada de invasiones de tierras en este lugar.
«Ahora soy más pobre que antes», dijo Dewa a IPS.
Dewa atribuyó la responsabilidad de sus fracasos agrícolas a su apoyo a la principal fuerza opositora en el país, la Coalición Ciudadana por el Cambio (CCC), lo que ha hecho que se le niegue el acceso a los insumos agrícolas del gobierno.
La pobreza no le ha perdonado, y su petición de ayuda ha caído a menudo en saco roto.
Puede leer aquí la versión en inglés de este artículo.
En el año 2000, el entonces presidente Robert Mugabe (1987-2017), puso patas arriba el sector agrícola del país con su polémico programa de reforma agraria por la vía rápida, en el que se repartieron tierras a agricultores como Dewa y Murewa.
Veinte años después de la independencia del país y cuando Mugabe avanzaba hacia un abierto autoritarismo, su gobierno lanzó el Programa de Reforma Agraria por Vía Rápida (Fast Track Land Reform Programme – FTLRP, en inglés).
Ello trató de responder a las críticas por la lenta redistribución de la tierra que se había prometido durante los primeros años de independencia. Supuso una forzosa ocupación de entre siete y 10 millones de hectáreas, en manos de propietarios mayoritariamente blancos.
El proceso cambió radicalmente tanto la tenencia de la tierra como la agricultura del país. Pero los graves errores de la reforma transformaron paulatinamente en pobres con terreno a los reasentados, como como Dewa y Murewa.
Para Mugabe, fallecido en 2019 tras ser forzado a dejar el poder dos años antes, el reparto de tierras a sus ciudadanos negros era una compensación por el colonialismo sufrido por este país sin salida al mar, conocido como Rodesia, hasta su independencia del Reino Unido y que cuenta actualmente con más de 15 millones de habitantes.
Unos 4500 agricultores blancos fueron despojados de sus tierras, a menudo de forma violenta, lo que dio lugar a que un millón de zimbabuenses negros fueran reasentados en las granjas de propiedad blanca incautadas.
Sin embargo, para muchos esto no ha mejorado sus vidas.
Expertos en cambio climático como Happison Chikova culpan a los crecientes impactos de la crisis climática del continuo fracaso de muchos de los agricultores reasentados en este país.
«Los patrones meteorológicos impredecibles debidos al cambio climático han empeorado la situación de pobreza de los agricultores reasentados, que tienen un conocimiento limitado del clima cambiante», dijo Chikova a IPS.
Parte de los agricultores reasentados, como Murewa, se han dedicado a consultar con desespero a los autodenominados profetas de las previsiones meteorológicas.
Pero estos no han servido de nada, engañando a los pobres agricultores en cada temporada agrícola.
Ni siquiera los curanderos tradicionales, como Kumbirai Chikwaka, de 88 años, que dicen celebrar ceremonias para hacer llover en los alrededores de Masvingo, han mejorado la situación de los reasentados.
«Estos curanderos tradicionales nos roban nuestros escasos recursos afirmando que realizan rituales para hacer llover, pero aun así rara vez tenemos lluvia. Es como si los agricultores blancos se hubieran llevado las lluvias con ellos», afirma Murewa.
Los expertos en agricultura culpan a la falta de conocimientos técnicos del fracaso de los reasentados en las tierras arrebatadas a los agricultores blancos.
«Los reasentados sufren porque se asignaron grandes fincas sin conocimientos técnicos en términos de agricultura seria, y por eso la mayoría de ellos son ahora muy pobres», dijo a IPS Denzel Makarudze, funcionario de extensión agrícola en Masvingo, la ciudad más antigua de Zimbabue.
T: MF / ED: EG