JOHANNESBURGO – El envejecimiento de la población no tiene por qué ser una carga, coincidieron expertos en una conferencia con parlamentarios copatrocinada por la Oficina Regional de Asia Pacífico del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) y la Asociación Asiática de Población y Desarrollo (APDA).
Dos expertos en la llamada Cuenta Nacional de Transferencias (NTA, en inglés) dijeron en la reunión telemática que con una buena planificación y política, era posible cambiar la trayectoria para que los jubilados no solo dependieran del Estado.
Las NTA proporcionan un marco contable coherente de los flujos económicos de un grupo de edad o generación a otro.
En un breve video, el UNFPA describió el impacto del envejecimiento de la población en Tailandia. Actualmente, los adultos cuidan a tres ancianos y dos niños, pero con el envejecimiento de la población en 2025, esto aumentará a cuatro ancianos y tres niños, mientras que para 2035, el número de dependientes aumentará a seis ancianos y tres niños.
El profesor Sang-Hyop Lee, del Centro Este Oeste y la Universidad de Hawái, explicó sucintamente su interés especial en “ver cómo una estructura de población cambiante afecta la sociedad y la economía, actual y futura”, y “qué políticas públicas podrían seguirse para influir en el resultado”.
Lee dijo que el uso de herramientas NTA con datos desglosados, incluido el consumo (tanto del sector público como del privado) y otras variables como ingresos y ahorros, podría ayudar con el desarrollo de políticas.
Para 2080, aseguró, toda la región de Asia Pacífico tendría una población que envejece, y la política pública podría cambiar los resultados al incluir políticas basadas en evidencia y conocimiento para influir en los patrones laborales de la fuerza laboral femenina, joven y de edad avanzada; aumentar la productividad a través de una educación eficaz, inversiones en salud, capacitación y, finalmente, mejorar la transición del trabajo a la jubilación.
Eduardo Klein, representante regional de HelpAge International, quien presidió la sesión, comentó que la conclusión clave fue que las NTA eran una herramienta crucial para desarrollar estrategias para adaptarse al envejecimiento de la población.
En su discurso de apertura, la ministra de Género, Familia y Servicios Sociales de Maldivas, Aishath Mohamed Didi, afirmó que su país, un pequeño Estado insular, enfrentaba “desafíos de desarrollo únicos y es vulnerable a las crisis económicas y al cambio climático”.
La población del país es de unas 500 000 personas, de las cuales 70 % son maldivos y el resto extranjeros. Del total, 64 % de los habitantes están en edad de trabajar y más de 37 % tiene menos de 25 años; los mayores de 65 años representan el 3,4% de la población.
“Las Maldivas entraron en la ventana de oportunidad en 2010 cuando la mayoría de la población estaba trabajando, y se estima que la transición demográfica se completará para 2030”, dijo Didi. “Debido a una rápida disminución de la fertilidad y una mayor esperanza de vida, se estima que se convertirá en una población que envejecerá para 2030”, añadió
Describió varios cambios de política en las Maldivas, incluido el abordaje de la inversión en los niños, que era más baja que en otras economías con niveles similares de fertilidad o desarrollo.
El país había incluido la educación básica gratuita desde los cuatro hasta los 16 años y también gastó 30 millones de dólares para ayudar a 15 000 estudiantes a obtener sus primeros títulos.
Esto se ha ampliado para incluir préstamos con tasa de interés cero. En los últimos dos o tres años, Maldivas ha gastado más de 64 millones de dólares para apoyar a unos 2000 estudiantes que estudian en el extranjero en 31 países.
Otros esfuerzos para mejorar la educación incluyeron invertir en educación técnica y vocacional y brindar oportunidades de desarrollo de habilidades para los jóvenes, incluidos programas de aprendizaje, particularmente en las regiones periféricas fuera de la capital o en las áreas centrales.
Didi recordó que Maldivas depende en gran medida del turismo, pero los trabajadores extranjeros (principalmente varones) constituían 60 % de la fuerza laboral. Las mujeres solo tienen un rol limitado en la industria y son mayoría en el sector informal.
“Se requiere que los jóvenes se capaciten y estén equipados para competir con los trabajadores extranjeros en la economía nacional”, dijo Didi, y agregó que se esperaba que la transición del dividendo demográfico creara tanto oportunidades como desafíos.
“El gasto público agregado en atención médica y otras protecciones sociales debe crecer más de 2 % anual hasta 2050 para mantener el mismo nivel de servicio que disfrutará la población en 2022; incluso con beneficios per cápita, el presupuesto del gobierno debe crecer sustancialmente”, detalló.
Klein señaló que los elementos brindados por Didi mostraron cómo Maldivas se encontraba en el dividendo demográfico y estaba invirtiendo en el futuro y que la inversión tuvo un “retorno en una mejor salud y una población mejor educada, más productiva, más comprometida y más saludable que vive en una sociedad armoniosa”.
Puede leer aquí la versión en inglés de este artículo.
Rikiya Matsukura, profesor asociado de la Universidad de Nihon, señaló que surgieron oportunidades con la planificación y la formulación de políticas estratégicas. Si bien el envejecimiento de la población era “inevitable” y “no curable”, los formuladores de políticas desempeñaron un papel crucial en el cambio de la trayectoria.
El académico esbozó cuatro dividendos demográficos: El primero se logró a través de la expansión de la mano de obra. El segundo se obtiene mediante la inversión en capital humano, que genera una mayor productividad. El tercero, que denominó «dividendo de longevidad» o «dividendo de plata», se lograba invirtiendo en longevidad y en una vida laboral más larga. Por último, el cuarto e lograría invirtiendo en educación, especialmente en los campos de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (Stem, en inglés).
Aunque las personas de entre 55 y 70 años no trabajen, si gozan de buena salud, podrían hacerlo, consideró Matsukura, creando así una mano de obra adicional.
“En el caso de Japón, los ingresos adicionales generados por los trabajadores de edad avanzada podrían corresponder a entre 3,2 % y 6 % del producto interno bruto (PIB) real del país», señaló.
Esta mano de obra de edad avanzada podría contar con la ayuda de la tecnología, la inteligencia artificial (IA) y la robótica, y la economía podría crecer 35 % si la tecnología pudiera facilitar las tareas domésticas.
El profesor Lee señaló que no hay una respuesta fácil, pero que lo que se necesita es una planificación a corto y largo plazo que tenga en cuenta las crisis. El problema del envejecimiento de la población no desaparecerá.
También Klein reconoció que la planificación futura es compleja.
Por ejemplo, India (entre otros países) ha invertido en educación, pero a causa de la pandemia de covid-19, los niños no pudieron ir a la escuela durante dos años, lo que tendrá consecuencias en la futura mano de obra.
En Bangladesh, otro ejemplo, el cambio climático, además del envejecimiento, tendría que ser planificado.
Durante el debate, los legisladores de Asia Pacífico se mostraron preocupados por el impacto de la pandemia de covid-19 en materia poblacional.
Jetn Sirathranont, parlamentario de Tailandia, señaló que los responsables políticos debían utilizar las herramientas de la NTA, pero que, tras la pandemia, todos los países, incluido el suyo, estaban experimentando una situación en la que había «menos ingresos y menos rentas, pero altos gastos».
El legislador preguntó cómo se podían aplicar las herramientas de la NTA en estas circunstancias.
Mientras Klein bromeaba diciendo que se trataba de “una pregunta de un millón de dólares”, Lee dijo que lo que se necesitaba era una planificación a corto y largo plazo que tuviera en cuenta crisis como la pandemia. Sin embargo, señaló que «el problema del envejecimiento de la población no desaparecerá», así que hay que afrontarlo.
T: MF / ED: EG