NACIONES UNIDAS – El siete veces campeón de automovilismo Fórmula 1, el británico Lewis Hamilton, apoya la nueva campaña en favor del acceso más amplio posible a la educación para los refugiados del mundo, anunció este martes 13 la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur).
La educación “amplía los horizontes de las personas y les presenta oportunidades a las que de otro modo no podrían soñar con acceder. Además, contrarresta los efectos perjudiciales de la injusticia sistémica”, escribió Hamilton en el epílogo del informe “Inclusión Educativa”, presentado por Acnur.
El informe, con datos recabados de más de 40 países, hace patente la brecha que existe entre los refugiados y sus iguales no refugiados en lo que hace a la matriculación en todos los niveles educativos.
El índice promedio de matriculación en la escuela primaria en el curso académico 2020-2021 se mantuvo relativamente estable, en 68 %, pero disminuye de manera pronunciada, a 37 %, en el nivel secundario, que históricamente ha sido de difícil acceso para las personas refugiadas.
En el nivel terciario la situación mejora, y aunque la matriculación de las personas refugiadas se sitúa en seis por ciento, la tendencia se ha mantenido al alza, pues empezó en apenas uno por ciento hace un par de años.
La meta de Acnur es que para el año 2030 la tasa de matriculación en el nivel terciario llegue al menos a 15 %.
El número de personas desplazadas por las guerras, la violencia, la persecución y las violaciones a los derechos humanos en el mundo asciende a 90 millones, y de los que están bajo mandato de Acnur al menos 10 millones están en edad escolar.
Acnur publicó su informe anual sobre educación días antes de que líderes del mundo debatan el futuro del aprendizaje en la Cumbre sobre la Transformación de la Educación, que tendrá lugar en la Asamblea General de la ONU, del 16 al 19 de septiembre.
El informe muestra a jóvenes refugiados de Sudán, Ucrania, Kenia y Myanmar que han aprovechado diversas oportunidades educativas, a pesar del desplazamiento forzado y de los desafíos que supone adaptarse a circunstancias nuevas o distintas.
Filippo Grandi, titular de Acnur, señaló que muchos países han logrado avances recientes en la inclusión del estudiantado refugiado en los sistemas nacionales de educación.
“Ahora tenemos que acompañar estas políticas con una financiación considerable y sostenida en el tiempo, además de exponer sus ventajas”, dijo Grandi.
Añadió Grandi que “la frase ‘El talento es universal; las oportunidades, no’ describe con precisión la realidad para millones de niños, niñas y jóvenes refugiados. Debemos cerrar el enorme abismo existente entre talento y oportunidad”.
Acnur sostiene que enfocar las inversiones en los países que han dado acogida a las poblaciones refugiadas de mayor tamaño redundaría en importantes beneficios.
Se estima que el costo anual para que todo el estudiantado refugiado tenga acceso a la educación en países de acogida de renta baja, media baja y media alta suma 4850 millones de dólares, o 63 000 millones de dólares en un periodo de 13 años, es decir, desde el primer año de la educación primaria hasta el último de la secundaria.
Los países de renta baja y media baja, que han dado acogida a la mitad de la población refugiada en edad escolar, necesitarían 20 % del total estimado, lo que significa que una quinta parte del costo total cubriría a más de 50 % de la niñez refugiada en edad escolar.
Hamilton, sumado a la campaña, afirmó que “no se trata solo de crear mejores oportunidades de vida para los jóvenes. Se trata de las reacciones en cadena que esto tiene: mayor diversidad en posiciones de liderazgo e influencia, en el mundo del trabajo, en el deporte, en la cultura y la política”.
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