ROMA – Unos 45 millones de personas, en 19 puntos críticos del planeta, están en una situación de hambre aguda y necesitan asistencia urgente, señaló la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en un nuevo informe divulgado este miércoles 21.
El director general de la FAO, Qu Dongyu, advirtió que “la inseguridad alimentaria aguda está aumentando rápidamente y se está extendiendo por todo el mundo. Sin una respuesta humanitaria masivamente ampliada, es probable que la situación empeore en muchos países en los próximos meses”.
“Las personas de los países más pobres que aún no se han recuperado del impacto de la pandemia covid-19 están sufriendo los efectos de los conflictos en curso, en términos de precios, suministros de alimentos y fertilizantes, así como la emergencia climática”, añadió Qu.
El informe, elaborado por la FAO junto al Programa Mundial de Alimentos (PMA), indica que la situación puede empeorar entre octubre de 2022 y enero de 2023, y llamó la atención nuevamente sobre la zona del Cuerno de África, donde se padece la sequía más prolongada de que se tenga noticia en más de 40 años.
Se calcula que 970 000 personas se enfrenten al hambre catastrófica, lo que significa que pueden morir de hambre, en Afganistán, Etiopía, Somalia, Sudán del Sur y Yemen, si no se toman medidas mayores a las de hace seis años, cuando solo dos países tenían poblaciones en la llamada Fase 5.
La FAO y el PMA emplean la Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria en Fases (CIF), con una escala en la que F1 registra capacidad para satisfacer necesidades, F2 consumo mínimo, F3 crisis, F4 emergencia y F5 hambruna.
El informe “Puntos críticos de hambre: alertas tempranas de la FAO y el PMA sobre la inseguridad alimentaria aguda” pone el foco en 19 áreas que corresponden en Asia a zonas en Afganistán, Pakistán, Siria y Yemen, en el Caribe a Haití, y en África a países inmediatamente al sur del Sahara y en el centro del continente.
Ellos son Burkina Faso, Chad, Etiopía, Kenia, Malí, Mauritania, Níger, Nigeria, República Centroafricana, República Democrática del Congo, Somalia, Sudán y Sudán del Sur.
Pero otros países con focos preocupantes son Guatemala y Honduras en América Central: Madagascar, Malawi y Zimbabue en África, y Sri Lanka en Asia.
Se teme que hasta 26 millones de personas enfrenten niveles de crisis o peores (fase 3 de la CIF y superiores) en Somalia, el sur y este de Etiopía, y en el norte y el este de Kenia.
David Beasley, director ejecutivo del PMA, llamó la atención sobre Somalia –donde 300 000 personas están muy cerca de morir de hambre-, pues “estamos frente a una tormenta perfecta: una probable quinta temporada de lluvias fallida consecutiva que provocará una sequía que durará hasta bien entrado 2023”.
Sin una respuesta humanitaria adecuada, los analistas esperan que, para diciembre, hasta cuatro niños o dos adultos por cada 10 000 personas mueran cada día. Cientos de miles ya se enfrentan al hambre y se esperan “niveles asombrosos de desnutrición” entre los niños menores de cinco años.
En total, de los 828 millones de personas que se acuestan con hambre en el mundo, unos 222 millones están en situación de inseguridad alimentaria aguda en 53 países, y la situación más preocupante alcanza a 45 millones en 37 de esas naciones.
El conflicto violento sigue siendo el principal impulsor del hambre aguda y el análisis indica una continuación de esta tendencia en 2022, con especial preocupación por Etiopía, donde se espera que la intensificación del conflicto y la violencia interétnica en varias regiones se intensifique aún más.
Los fenómenos meteorológicos extremos, como inundaciones, tormentas tropicales y sequías, siguen siendo factores críticos en muchas partes del mundo, y se está volviendo evidente una “nueva normalidad” de fenómenos meteorológicos extremos consecutivos, especialmente en los puntos críticos.
Las inundaciones devastadoras han afectado a 33 millones de personas solo este año en Pakistán, y Sudán del Sur se enfrenta a un cuarto año consecutivo de inundaciones extremas, mientras se proyecta una tercera temporada consecutiva de lluvias por debajo del promedio en Siria.
En el frente económico, los precios globales persistentemente altos de alimentos, combustibles y fertilizantes continúan generando altos precios internos e inestabilidad económica, una situación agudizada por la guerra en Ucrania.
El informe insiste en que la asistencia humanitaria es crucial para salvar vidas y prevenir el hambre, la muerte y el colapso total de los medios de vida, y destaca las limitaciones, burocráticas y de movimiento, para que los socorristas lleguen con ayuda alimentaria a varios de los países más castigados por el hambre.
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