Cuatro peligrosos indicadores del clima alcanzan niveles récord

Los parques eólicos pueden ser parte de la solución ante la emisión de gases de efecto invernadero por los combustibles fósiles, porque generan electricidad y reducen la dependencia de la energía del carbón. Foto: Cameron Venti/Unsplash

GINEBRA – Cuatro indicadores de la difícil situación del clima: las concentraciones de gases de efecto invernadero, el nivel del mar, la temperatura de los océanos y su acidificación, volvieron a batir récords en 2021, según el Informe sobre el Estado del Clima de la Organización Meteorológica Mundial (OMM).

El documento, preparado en consulta con decenas de científicos de los países miembros, dice que esas nuevas marcas “son una clara señal de que las actividades humanas están causando cambios a escala planetaria en la tierra, los océanos y la atmósfera, y dañando a largo plazo los ecosistemas y el desarrollo sostenible”.

Además de los efectos de largo plazo en el ambiente, los fenómenos meteorológicos extremos, que son la cara cotidiana del cambio climático, se cobraron la vida de muchas personas y costaron cientos de miles de millones de dólares a la economía.

También pusieron en riesgo el acceso a los alimentos y el agua, llevando a un desplazamiento de personas que se ha acentuado en lo que va de 2022.

“El clima está cambiando ante nuestros ojos. El calor atrapado por los gases de efecto invernadero inducidos por el hombre calentará el planeta durante muchas generaciones”, advirtió el secretario general de la OMM, Petteri Taalas.

Agregó que “el aumento del nivel del mar, el calor de los océanos y la acidificación continuarán durante cientos de años, a menos que se inventen medios para eliminar el carbono de la atmósfera”.

Como ejemplo citó que “algunos glaciares han alcanzado el punto de no retorno, y eso tendrá repercusiones a largo plazo en un mundo en el que más de 2000 millones de personas ya sufren estrés hídrico (agua insuficiente para sus necesidades)”.

“El clima está cambiando ante nuestros ojos. El calor atrapado por los gases de efecto invernadero inducidos por el hombre calentará el planeta durante muchas generaciones”: Petteri Taalas.

El primer indicador en el informe, las concentraciones de gases de efecto invernadero, alcanzó un nuevo máximo en 2020, pues la concentración de dióxido de carbono (CO2) llegó a 413,2 partes por millón a nivel global, o 149 % del nivel en la era preindustrial, que considera el medio siglo que va de 1850 a 1900.

El estudio confirmó que los últimos siete años han sido los más cálidos de los que se tiene constancia.

Si bien 2021 no batió el récord de temperatura, debido al fenómeno de La Niña (vientos que enfrían el aire sobre el océano Pacífico), sí estuvo entre esos siete más cálidos, manteniendo así la tendencia general de aumento de los termómetros.

La temperatura media mundial en 2021 fue de aproximadamente 1,11 grados C sobre el nivel preindustrial, que se calcula en 13,7 grados, habiéndose comprometido la casi totalidad de los países, en el Acuerdo de París de 2015, a limitar ese incremento a 1,5 grados C para el año 2050.

Varias olas de calor excepcionales batieron récords de temperatura en el oeste de América del Norte –en el Valle de la Muerte en California y en la provincia canadiense de Columbia Británica- y en el Mediterráneo, en la isla italiana de Sicilia.

En Columbia Británica la temperatura alcanzó 49,6 grados centígrados el 29 de junio, lo que contribuyó a que se registraran más de 500 muertes relacionadas con el calor y alimentó devastadores incendios forestales que, a su vez, agravaron los efectos de las inundaciones de noviembre.

La temperatura del océano marcó un récord, el aumento del calor penetra a niveles cada vez más profundos.

Los océanos absorben 23 % de las emisiones anuales de CO2 antropogénico que va a la atmósfera, el cual reacciona con el agua de mar y provoca la acidificación, lo que supone una amenaza para los organismos y los servicios de los ecosistemas y, por tanto, para la seguridad alimentaria, el turismo y la protección de las costas.

El nivel medio del mar a nivel mundial alcanzó un récord en 2021, tras aumentar una media de 4,5 milímetros al año durante el periodo 2013 -2021, más del doble de la tasa registrada entre 1993 y 2002, y se debe principalmente a la pérdida acelerada de masas de agua en las capas de hielo.

Los glaciares de referencia del mundo se han reducido en 33,5 metros (en espesor equivalente de hielo) desde 1950, y 76%  de este adelgazamiento se ha producido desde 1980. Esto tiene importantes implicaciones para cientos de millones de habitantes de la costa y aumenta la vulnerabilidad a los ciclones tropicales.

El informe muestra que las inundaciones, además de cobrar vidas humanas provocaron pérdidas económicas por valor de 17 700 millones de dólares en la provincia china de Henan, y más de 20 000 millones de dólares en Alemania.

Por contraste, las sequías afectaron a muchas partes de mundo, como el Cuerno de África, Canadá, el oeste de Estados Unidos, Irán, Afganistán, Pakistán y Turquía, y en la América del Sur subtropical causaron grandes pérdidas agrícolas y perturbaron la producción de energía y el transporte fluvial.

El informe reporta también los huracanes, de los cuales el más importante en el Atlántico norte fue Ida, que tocó tierra en Luisana el 29 de agosto, con pérdidas económicas en Estados Unidos estimadas en 75 000 millones de dólares.

El agujero de ozono sobre la Antártida fue inusualmente grande y profundo, alcanzando su superficie máxima de 24,8 millones de kilómetros cuadrados (el tamaño de África) como resultado de un vórtice polar fuerte y estable y unas condiciones más frías que la media en la estratosfera inferior.

Los efectos combinados de los conflictos, los fenómenos meteorológicos extremos y las crisis económicas, agravados por la pandemia covid-19, socavaron décadas de progreso hacia la mejora de la seguridad alimentaria en todo el mundo.

El secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, dijo al conocer el informe que se trata de “una sombría confirmación del fracaso de la humanidad para afrontar los trastornos climáticos”.

Sin embargo, matizó agregando que los resultados “son una llamada a la acción para recoger la fruta madura que es la transformación de los sistemas energéticos y sacarlos así del callejón sin salida que son los combustibles fósiles”.

“Las energías renovables son el único camino hacia una verdadera seguridad energética, hacia precios estables de la electricidad y hacia oportunidades de empleo sostenibles. Si actuamos unidos, la transformación de las energías renovables puede ser el proyecto de paz del siglo XXI”, concluyó Guterres.

A-E/HM

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