Más de un millón de niños protegidos por vacuna antipalúdica

Una madre africana se protege de los mosquitos transmisores de malaria empleando un mosquitero. El paludismo causa centenares de miles de muertes al año en África y la nueva vacuna representa una esperanza, auspiciada por la Organización Mundial de la Salud. Foto: Benjamin Schilling/RBM

GINEBRA  – Más de un millón de niños de Ghana, Kenia y Malawi ya recibieron al menos una dosis de la vacuna contra la malaria, en un programa piloto lanzado hace tres años para contener los estragos del paludismo en África, informó este jueves 21 la Organización Mundial de la Salud (OMS).

“En  los inicios de mi carrera, como investigador de la malaria, soñaba con el día en que tendríamos una vacuna eficaz contra esta devastadora enfermedad”, dijo en esta ciudad suiza el director general de la OMS, el etíope Tedros Adhanom Ghebreyesus.

La vacuna RTS.S estrenada en Malawi en abril de 2019 “no es solo un avance científico, sino un cambio para la vida de las familias de toda África. Demuestra el poder de la ciencia y la innovación para la salud”, agregó en su declaración con motivo del Día Mundial del Paludismo, el 25 de abril.

“Aun así, se necesita desarrollar urgentemente más y mejores instrumentos para salvar vidas e impulsar el progreso hacia un mundo exento de paludismo”, subrayó.

Según la OMS, en 2020 hubo 241 millones de casos y 627 000 muertes por paludismo. África concentraba 95 % de los casos y 96 % de los decesos y, de éstos, 80 % correspondieron a niños menores de cinco años.

El paludismo o malaria es una enfermedad febril, curable pero que puede ser mortal, causada por parásitos del género plasmodium, que se transmiten al ser humano por la picadura de hembras infectadas del género de mosquito anófeles.

Contra la enfermedad han sido fundamentales las campañas que combaten los criaderos de mosquitos y protegen las viviendas y las personas con ropas, mosquiteros o insecticidas, a las que se ha sumado ahora la vacuna RTS.S, considerada “segura y fácil de administrar” por la OMS.

En octubre de 2021 la OMS recomendó que la vacuna se aplique ampliamente a niños que vivan en entornos con una transmisión entre moderada y alta de la malaria, pues “reduce sustancialmente la forma grave y mortal de la enfermedad”.

Si se suministra ampliamente, la OMS calcula que la vacuna podría salvar la vida de otros 40 000 a 80 000 niños africanos cada año.

Gavi, la alianza global para vacunas, ha garantizado más de 155 millones de dólares para apoyar la introducción, adquisición y entrega de la vacuna antipalúdica en países de África subsahariana.

La RTS.S llevada inicialmente a Ghana, Kenia y Malawi fue elaborada por la farmacéutica británica GSK, y otras firmas están desarrollando también vacunas antipalúdicas, lo que la OMS considera auspicioso para frenar la enfermedad.

En el control de vectores, la OMS evalúa nuevos instrumentos y tecnologías, como nuevos tipos de mosquiteros tratados con insecticida, repelentes espaciales de mosquitos, soluciones de genética dirigida y cebos de azúcar diseñados para atraer y matar a los anófeles.

También se preparan nuevos medicamentos, como la tafenoquina de dosis única, también desarrollada por GSK, y la ganaplacide-lumefantrine de la suiza Novartis.

La OMS sostiene que se necesita más inversión en investigación y desarrollo de productos contra el paludismo, la cual alcanzó a 619 millones de dólares en 2020, mientras que se requerirían unos 850 millones de dólares anuales hasta 2030.

En paralelo con los logros, las campañas contra el paludismo se resintieron de las interrupciones de los servicios de salud provocadas por la covid-19 en 2020 y 2021.

En el caso de América Latina y el Caribe se han registrado avances en las dos últimas décadas, pues los casos cayeron de 1,5 millones a 650 000, y las muertes bajaron de casi un millar a menos de 400 por año.

Un caso destacado ha sido el de Venezuela, donde había 35 500 pacientes con paludismo en el año 2000 y 467 000 en 2019, pero ese cuadro disminuyó con la pandemia, por las restricciones de movimiento y escasez de gasolina que afectaron la actividad minera, principal contribuyente al aumento de la malaria en ese país.

A-E/HM

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