El cambio climático nos afecta más de lo que se suponía

Imagen de una inundación en Texas, Estados Unidos. Debido al cambio climático, la afectación del planeta, de sus especies vegetales y animales, y de las poblaciones urbanas y rurales, no solo es una amenaza para el futuro sino que ya es parte del presente, señala un informe del IPCC. Foto: Departamento de Defensa de EEUU

BERLÍN – El cambio climático causado por el ser humano provoca una disrupción peligrosa y generalizada en la naturaleza y afecta la vida de miles de millones de personas en todo el mundo, alertó de nuevo este lunes 28 un informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC).

En el informe “se demuestra que el cambio climático constituye una amenaza cada vez más grave. Las medidas que se adopten en el presente determinarán la forma en que las personas se adaptarán, y cómo la naturaleza responderá a los crecientes riesgos climáticos”, señalo el presidente del IPCC, Hoesung Lee.

En las próximas dos décadas, el planeta afrontará diversos peligros climáticos inevitables con un calentamiento global de 1,5 grados centígrados  y “si se supera temporalmente este nivel de calentamiento, se generarán impactos graves adicionales, algunos de los cuales serán irreversibles”, apuntó el informe.

El Acuerdo de París, aprobado en 2015 por 195 países, estableció la meta de que para 2050 la temperatura media del planeta no exceda en 1,5 grados centígrados la existente en la era preindustrial (1850-1900), ni más de dos grados al final del siglo.

Pero el informe destaca que las consecuencias adversas del cambio climático no aguardarán por esa elevación de temperatura y ya están presentes, como el aumento de olas de calor, sequías e inundaciones que ya superaron los umbrales de tolerancia de plantas y animales, y provocado la mortandad en masa de diversas especies.

Los fenómenos meteorológicos extremos se producen de manera simultánea, lo cual genera impactos en cascada cada vez más difíciles de controlar, expuso el informe divulgado por el IPCC en esta capital.

“Debido a estos fenómenos, millones de personas han quedado expuestas a una situación de inseguridad alimentaria e hídrica aguda, especialmente en África, Asia, América Central y del Sur, así como en islas pequeñas y el Ártico”, dice el texto.

Por ejemplo, entre 3300 y 3600 millones de personas —cerca de la mitad de la población mundial— viven en contextos considerados “altamente vulnerables” al cambio climático, ya sea por su ubicación geográfica (por ejemplo, las pequeñas islas del Pacífico en riesgo de desaparecer) o por su mala situación socioeconómica.

Los avances en la adaptación al cambio climático son dispares, y las brechas entre las medidas adoptadas y lo que se necesita para hacer frente a los riesgos crecientes son

“cada vez más profundas, y mayores entre las poblaciones de menores ingresos”.

En las ciudades, donde vive más de la mitad de la población mundial, “la salud, la vida, los medios de subsistencia, los bienes y las infraestructuras esenciales, incluidos los sistemas de energía y de transporte, se ven cada vez más perjudicados por los peligros derivados de olas de calor, tormentas, sequías e inundaciones”.

“La creciente urbanización y el cambio climático, en conjunto, crean riesgos complejos, especialmente en aquellas ciudades que ya tienen un crecimiento urbano mal planificado, altos niveles de pobreza y desempleo, y una falta de servicios básicos”, expuso Debra Roberts, copresidenta del Grupo de Trabajo II del IPCC.

Sin embargo, “las ciudades también brindan oportunidades para la acción climática: los edificios verdes, el suministro fiable de agua limpia y energías renovables, así como los sistemas de transporte sostenibles que conectan las zonas urbanas y rurales pueden contribuir a una sociedad más inclusiva y justa”, apuntó Roberts.

El informe subraya que “a fin de evitar una mayor pérdida de vidas, biodiversidad e infraestructura, es preciso tomar urgentemente medidas ambiciosas de adaptación al cambio climático y, a la vez, lograr reducciones rápidas y pronunciadas de las emisiones de gases de efecto invernadero”.

Esos gases, notoriamente el dióxido de carbono, el metano, el óxido nitroso y aún el vapor de agua, calientan la atmósfera de un modo que acelera el cambio climático.

La restauración de ecosistemas también está entre las acciones climáticas requeridas, pues “los ecosistemas sanos son más resilientes al cambio climático y prestan servicios indispensables para la vida, como el suministro de alimentos y agua limpia”, recordó Hans-Otto Pörtner, también copresidente del Grupo de Trabajo II.

“Al restaurar los ecosistemas degradados y conservar, con eficacia y equidad, entre 30 y 50 % de los hábitats terrestres, marinos y de agua dulce, la sociedad puede beneficiarse de la capacidad de la naturaleza para absorber y almacenar carbono, y acelerar los avances en la consecución del desarrollo sostenible”, dijo Pörtner.

El Grupo de Trabajo II colectó el aporte de 270 autores científicos de 67 países, que examinaron 34 000 referencias y 62 400 observaciones de expertos y gobiernos. El IPCC fue establecido por las Naciones Unidas en 1988.

A-E/HM

 

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