Una posible solución para el cuidado infantil

Este es un artículo de opinión de Joseph Chamie, demógrafo, consultor independiente y exdirector de la División de Población de las Naciones Unidas.

Dos abuelas cuidan a sus nietas mientras sus madres trabajan, en una calle del centro histórico de La Habana Vieja, en Cuba. Foto: Jorge Luis Baños/ IPS

PORTLAND, Estados Unidos – Una posible solución a las necesidades de cuidado infantil es la poligamia. En el pasado, esta práctica de tener más de un cónyuge al mismo tiempo no iba en contra de las leyes de muchos países.

Por ejemplo, la poligamia se ilegalizó en China en 1950, en Francia a finales del siglo XX, en Estados Unidos a fines del siglo XIX y se convirtió en un delito grave en Reino Unido a principios del siglo XVII.

Hoy en día, casi cuatro docenas de países en todo el mundo, que representan aproximadamente una quinta parte de la población mundial, permiten la poligamia, incluidos Afganistán, Bangladesh, Egipto, Indonesia, Irán, Irak, Nigeria, Pakistán, Arabia Saudita y Tanzania. Además, algunos países, como Francia, Alemania, Suecia, Suiza y el Reino Unido, reconocen los matrimonios polígamos que se realizaron en un país que permite la poligamia.

Las religiones tienen diferentes puntos de vista sobre el matrimonio y la poligamia. Por ejemplo, el Islam permite que un hombre tenga hasta cuatro esposas, y el Hinduismo y la Comunión Anglicana permiten la poligamia en ciertas circunstancias y la Iglesia Luterana acepta algunos polígamos.

Dar a las personas el derecho a decidir tener cónyuges adicionales al mismo tiempo, en lugar de la monogamia secuencial o en serie, como es la práctica actual en la mayoría de los países, tiene numerosas ventajas para las personas, las familias y los países.

La poligamia no requerirá gastos gubernamentales adicionales ni creará nueva ayuda social, como los programas nacionales de pensiones, que benefician en gran medida a las personas mayores y jubiladas, pero no a las familias con niños pequeños.

Además, hará que las necesidades de cuidado infantil, como los servicios de guardería, la educación preprimaria universal, los créditos fiscales para niños y el cuidado después de la escuela, sean innecesarios.

Los conservadores fiscales estarán encantados de establecer la poligamia, ya que evita crear nueva ayuda social y gastos gubernamentales adicionales para los beneficios de cuidado infantil. Además, no contribuiría a los déficits nacionales ni afectaría negativamente a la economía de un país.

Algo importante también es que se puede esperar que al permitir que hombres y mujeres tengan cónyuges adicionales, tal vez con un límite de no más de siete cónyuges, se aumenten sustancialmente los ingresos familiares generales. Ese ingreso adicional de varios cónyuges empleados probablemente moverá a muchos hogares por encima del umbral de pobreza.

Además, la poligamia permitiría que uno de los cónyuges se quedara en casa para cuidar de los hijos y realizar las responsabilidades del hogar, y esta función podría rotar posiblemente entre los cónyuges. Los otros cónyuges podrían entonces participar en la fuerza laboral y seguir sus carreras y profesiones.

Muchas parejas trabajadoras casadas, especialmente aquellas con horarios exigentes, a menudo dicen: «Lo que realmente necesitamos es un cónyuge adicional en la casa».

Otro beneficio potencial de la poligamia es reducir la necesidad de divorcio. En lugar de que una pareja casada recurra a un divorcio costoso y perturbador, podrían optar por permanecer casados y simplemente agregar cónyuges adicionales a su hogar.

Además, se puede esperar que la poligamia reduzca la incidencia de infidelidad conyugal. Con varios cónyuges en el hogar, uno tiene un mayor número de parejas sexuales disponibles.

A pesar de las ventajas de la poligamia, es poco probable que los países opten por establecer el derecho a la poligamia en el corto plazo. La práctica es cada vez menos común, el 2 % de la población mundial vive en hogares polígamos y en la mayoría de los países esa proporción es inferior al 0,5 %.

Además, los estudios informan una prevalencia más significativa de problemas de salud mental, especialmente entre las mujeres, en las relaciones polígamas en comparación con las relaciones monógamas. La poligamia también crea una competencia dañina entre los hombres que contribuye a la inestabilidad e inseguridad de la sociedad.

Por otro lado, el Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas ha pedido la abolición de la poligamia porque viola la dignidad de la mujer. Algunos países que reconocen los matrimonios polígamos realizados en otro país están tomando medidas para detener el reconocimiento por completo.

Además, varios países musulmanes han prohibido la poligamia, como Turquía en 1926 y Túnez en 1956, en gran parte porque se llegó a la conclusión de que un marido no podía darles a sus cónyuges el mismo trato.

En consecuencia, es evidente que se necesitan otras opciones para abordar las necesidades de cuidado infantil.

En particular, esas necesidades están limitando seriamente el empleo de los padres, especialmente las familias monoparentales y las madres de bajos ingresos, influyendo en las decisiones sobre fertilidad y afectando negativamente los ingresos familiares y las economías nacionales.

De los 2400 millones de niños del mundo, 14 %, o alrededor de 330 millones, viven en hogares monoparentales, la mayoría de las veces encabezados por madres solteras. Esos niños y sus padres solteros enfrentan desafíos sociales y económicos.

Estados Unidos tiene uno de los niveles más altos de familias monoparentales con hijos. Aproximadamente 30 % de las familias estadounidenses con niños menores de 18 años, unos 10 millones de hogares, son hogares monoparentales. El porcentaje de familias estadounidenses con hijos que viven con un solo padre, generalmente una madre, se ha triplicado desde 1965.

Asimismo, las necesidades de cuidado infantil están afectando negativamente el desarrollo cognitivo, educativo y de salud de los niños, en particular los de hogares de bajos ingresos.

Nuevamente en Estados Unidos, se espera que los créditos fiscales ampliados para niños que se han propuesto reduzcan la pobreza infantil en aproximadamente un 40 por ciento, de aproximadamente 14 a 8 %.

En todo el mundo, se estima que más de 40 % de todos los niños menores de la edad de asistir a la escuela primaria, o casi 350 millones, necesitan servicios de cuidado infantil pero no tienen acceso. Con demasiada frecuencia, muchos de esos niños pequeños pasan gran parte de su tiempo en entornos vulnerables y poco estimulantes. Las excepciones notables se encuentran entre los países desarrollados ricos.

Los países de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) gastan un promedio del 0,7 por ciento del PIB anual en cuidado infantil y educación preprimaria, que van desde máximos del 1,8 % en Islandia y 1,6 % en Suecia hasta mínimos del 0,3 % en Estados Unidos y el 0,2 % en Turquía.

Entre los 33 países miembros de la OCDE, Estados Unidos ocupa el puesto 30 en gasto público en familias y niños, que incluye el apoyo para el cuidado de los niños (Imagen 1).

Imagen 1: Gasto público en cuidado infantil y educación preprimaria para países seleccionados de la OCDE: 2017 (porcentaje del PIB). Turquía/ Estados Unidos/ Italia/ Reino Unido/ Alemania/ Japón/ Promedio OCDE/ Francia/ Suecia/ Islandia. Fuente: OCDE

 En muchos países, la falta de servicios de cuidado infantil asequibles, disponibles y fiables impide que muchos padres, especialmente las madres, participen activamente en la población activa, reduciendo los ingresos del hogar.

Con demasiada frecuencia, los padres se enfrentan a decisiones de empleo basadas en las necesidades de cuidado de los niños más que en consideraciones económicas o profesionales.

Cuando el cuidado de los niños consume gran parte del tiempo y de los ingresos de los padres, algunos, por lo general las madres, deciden dejar la fuerza laboral.

La falta de cuidado infantil también está afectando los niveles de fertilidad. En China, por ejemplo, la falta de acceso a opciones de cuidado infantil asequibles y convenientes es una razón importante por la que las parejas no tienen más hijos. De los casi 50 millones de niños chinos menores de 3 años, aproximadamente 5 % de ellos utilizan servicios de guardería.

Sin embargo, entre la mayoría de los países desarrollados ricos, la matriculación de niños de 3 a 5 años en los servicios de educación infantil y cuidado infantil es relativamente alta, muy por encima de 80 %.

Puede leer aquí la versión en inglés de este artículo.

Nuevamente, una excepción notable es Estados Unidos, donde la inscripción en servicios de educación infantil y cuidado infantil es de 66 %, muy por debajo del promedio de la OCDE de 87 % (Imagen 2).

Imagen 2: Porcentaje de niños de 3 a 5 años en servicios de educación infantil y cuidado infantil en países seleccionados: 2018. Estados Unidos/ Rusia/ Australia/ Promedio OCDE/ Países Bajos/ Japón/ Italia/ Suecia/ Alemania/ Dinamarca/ Francia/ Reino Unido. Fuente: OCDE

Es cada vez más evidente que satisfacer las necesidades de cuidado de los niños y la participación de los padres en la fuerza laboral, especialmente las madres, están estrechamente vinculados al crecimiento económico general de una nación.

Algunos sostienen que un país no puede ser próspero con la mitad de su fuerza laboral al margen debido a la falta de servicios de guardería y educación preescolar asequibles.

La creación de programas y políticas para satisfacer las necesidades de cuidado infantil y educación preprimaria no solo contribuye al desarrollo y bienestar de los niños, sus familias y comunidades, sino que también es una inversión prudente que contribuye al desarrollo económico, social y humano de una nación.

T: MLM / RV: EG

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