CANBERRA – Romper la dependencia mundial de los combustibles fósiles y acelerar el consumo mundial de energía renovable tendrá un papel decisivo en la disminución de la amenaza del calentamiento global para la supervivencia de la vida en la tierra, según afirman los expertos.
Pero convertir la visión en realidad exigirá una voluntad política inquebrantable y, fundamentalmente, una inversión masiva, que ya no puede ser asumida únicamente por los socios de asistencia y desarrollo.
Es un desafío que ha asumido la Secretaría de la Mancomunidad de Naciones (Commonwealth), la organización intergubernamental que representa a 54 países con una historia común con Reino Unido.
Ahora está lanzando una iniciativa en la 26 Conferencia de las Partes (COP26) sobre Cambio Climático de las Naciones Unidas en Glasgow a fin de impulsar la capacidad de los Pequeños Estados Insulares en Desarrollo (PEID) para atraer a los principales inversores con casos comerciales sólidos y convincentes.
La cumbre, que se desarrollo los 12 primeros días de noviembre en la ciudad escocesa, es un escenario clave para aprovechar “el conjunto de herramientas en diferentes plataformas de trabajo de los socios», indican los especialistas.
Entre ellas destacan la Plataforma de Inversión Climática, el incremento de la colaboración entre socios y el impulso de acciones conjuntas con los PEID en la transición energética,
También hay otros hitos clave en 2022 y más allá, «incluido el Foro Energía Sostenible para Todos (SEforALL), que acogerá Ruanda, y la Reunión de Jefes de Gobierno de la Commonwealth en 2022 y COP27 en África”, dijo a IPS Alache Fisho, asesor legal de Recursos Naturales de la Secretaría de la Commonwealth, con sede en Londres.
El kit de herramientas para los PEID incluye una digital para los gobiernos, desarrollado por la Secretaría de la Commonwealth y la organización internacional de desarrollo, SEforALL, que se está probando actualmente en las Seychelles, un archipiélago de 99 000 habitantes, ubicado en el mar de Somali, en el océano Índico, al este del continente africano.
Convertir el sistema energético del país en energías renovables es imperativo para la estabilidad y la prosperidad futuras, ya que el cambio climático amenaza los avances en materia de desarrollo.
“El sustento de los isleños se ve amenazado aquí con el aumento del nivel del mar. Lo que estamos viendo es una mayor erosión costera, un aumento de la temperatura y la decoloración de los corales. También estamos recibiendo una frecuencia cada vez mayor de ciclones en la región”, dijo a IPS Tony Imaduwa, director general de la Comisión de Energía de Seychelles en la capital, Victoria.
En las naciones del Caribe y las islas del Pacífico de la Macomunidad, también, la temperatura del aire se está tornando más caliente, los patrones climáticos más impredecibles, mientras que el aumento del nivel del mar está erosionando tierras finitas, destruyendo cultivos y contaminando los recursos de agua dulce.
El año pasado, un abrumador 80 por ciento del suministro mundial de energía todavía se generaba con combustibles fósiles y solo el 12 por ciento con energías renovables. Esto pone al mundo en camino hacia un devastador aumento de temperatura de 2,6 grados centígrados para fines de siglo, afirma la Agencia Internacional de Energía (AIE).
Y la factura de la importación de petróleo, que comprende el 95 por ciento de la energía primaria en Seychelles, es una enorme carga fiscal para el gobierno y sus objetivos de desarrollo.
“Es una pérdida de nuestras reservas de divisas, nuestras ganancias, y se da toda la naturaleza volátil del precio. Cuando el precio sube, los costos aumentan, el costo de la comida aumenta, los servicios aumentan, el costo de la electricidad aumenta, el transporte aumenta. También existe el riesgo asociado con el suministro”, dijo Imaduwa a IPS.
Seychelles tiene un ranking de desarrollo humano de 67 de 189 países, el segundo más alto de la región africana, y todos los ciudadanos tienen acceso a la electricidad. Pero muchos otros PEID soportan niveles mucho más altos de pobreza energética. En las islas del Pacífico, aproximadamente el 70 por ciento de los hogares carecen de acceso a la energía.
Por lo tanto, no es de extrañar que la energía limpia, que será más asequible para los isleños, sea una prioridad nacional. La mayoría de los PEID están comprometidos a lograr un 100 % de energía renovable para 2030.
Las energías renovables, ideales para sistemas autónomos, son una buena opción para las naciones insulares donde las poblaciones a menudo se encuentran dispersas en numerosas islas separadas por vastas áreas del océano.
Y las condiciones climáticas son una gran ventaja, especialmente para la energía eólica y solar.
A pesar de que la energía limpia solo comprende 5 % de la combinación energética en las Seychelles, el impulso ha comenzado. El primer parque eólico se instaló cerca de la capital de la nación, Victoria, en 2013, y cada vez más hogares y empresas están instalando paneles solares en la azotea.
Pero existen desafíos para asegurar la gran inversión de capital necesaria para la conversión completa. En muchos casos, la falta de instituciones sólidas, marcos regulatorios propicios y mercados energéticos pequeños limitan el atractivo del sector energético en los PEID para el sector privado y los financistas internacionales.
“Seychelles ya no se considera un país menos desarrollado; ahora es una economía emergente. Por lo tanto, existe una leve preocupación por parte del gobierno de que ya no podrá acceder a préstamos en condiciones favorables de los bancos multilaterales de desarrollo y también de que habrá menos países que brinden asistencia para el desarrollo en el extranjero al país”, dijo a IPS Kai Kim Chiang, asesor nacional de Financiamiento Climático de la Secretaría de la Commonwealth en Seychelles.
«Seychelles es un país pequeño, por lo que tiene desafíos para atraer inversores ya que es un mercado realmente reducido, con un potencial de retorno de la inversión bastante bajo», explicó.
Sin embargo, habrá que inyectar aproximadamente cuatro billones (millones de millones) de dólares en el crecimiento de la energía limpia para 2030, si el aumento de la temperatura global se limita a 1,5 grados Celsius por encima de los niveles preindustriales, informa la AIE. Y 70 % de esto deberá gastarse en países emergentes y en desarrollo.
Con este fin, el kit de herramientas de los PEID faculta a los gobiernos a elaborar casos comerciales de grado de inversión. Primero, los datos clave sobre el estado económico y energético de Seychelles, por ejemplo, sobre el empleo, el producto interno bruto (PIB), el costo de la electricidad de los servicios públicos y las emisiones de carbono, se ingresan en la aplicación digital.
Luego, el conjunto de herramientas evalúa los datos para proporcionar un análisis detallado de costo-beneficio de los escenarios de desarrollo y transición e identifica las fortalezas clave de inversión del estado. También señala dónde se necesitan reformas para impulsar la confianza de los inversores, como las deficiencias en la capacidad legal e institucional.
“Ayudará en términos de formular estrategias para desbloquear la inversión en el sector energético en las Seychelles, y eso es algo que nos falta. Nos estamos enfocando en muchos planes, políticas e implementación, pero a veces nos cuesta integrarlos y crear una plataforma que nos permita decir, OK, tenemos un plan, sí, queremos invertir en esta área, pero cómo lo hacemos”, sostuvo Imaduwa.
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El kit de herramientas para los PEID está diseñado teniendo en cuenta una amplia gama de posibles inversores, incluidas las instituciones financieras multilaterales y del sector privado.
Sin embargo, Fisho enfatizó que la participación del sector privado es «muy importante», especialmente porque muchas tecnologías de energía renovable implican un gran gasto de capital. “Además, las tecnologías de energía renovable están evolucionando rápidamente. El sector privado puede aportar la financiación y la experiencia necesarias en el despliegue de tecnologías modernas”, señaló.
A pesar del impacto económico perjudicial de la pandemia en todo el mundo durante los últimos dos años, Fisho defiende la prioridad del gasto en la transición energética.
“La pandemia ha puesto de relieve la necesidad de realizar una transición hacia la energía limpia en los PEID para aumentar la seguridad energética y la resiliencia económica. La inversión en energías renovables es coherente con el apoyo a la recuperación de un desarrollo económico mejor y más resiliente, creando así empleos verdes más sostenibles y oportunidades de ingresos dignos para las generaciones presentes y futuras”, declaró.
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