GINEBRA – La alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, expresó este martes 23 su profunda preocupación por la violencia que antecede a las elecciones generales en Honduras del domingo 28, y que ha cobrado ya 29 vidas.
“Estoy profundamente preocupada por lo que estamos observando en Honduras. Las elecciones todavía no se han celebrado, pero la violencia política ya ha alcanzado niveles inquietantes”, dijo la responsable de derechos humanos de la ONU en una declaración difundida por su oficina en esta ciudad suiza.
La violencia “no es, y nunca debería ser, la respuesta. Condeno todos los actos de violencia y llamo a los actores involucrados a compartir sus opiniones y preocupaciones de manera pacífica”, agregó Bachelet, dos veces presidenta de Chile (2006-2010 y 2014-2018).
Los comicios en Honduras, país centroamericano de 112 492 kilómetros cuadrados y 9,5 millones de habitantes, elegirán presidente, tres vicepresidentes, 128 diputados al parlamento nacional, 20 al centroamericano y las autoridades de 298 municipios.
Hay 5,2 millones de votantes. En Honduras no hay segunda vuelta (balotaje), ganará la presidencia quien obtenga más votos el próximo domingo, y reemplazará al actual gobernante, Juan Orlando Hernández.
Se inscribieron 14 aspirantes, pero los sondeos señalan con mayor opción a Nasry Asfura, del gobernante Partido Nacional, Yany Rosenthal, del opositor Partido Liberal, y a Xiomara Castro, del Partido Libertad y Refundación, y esposa del expresidente Manuel Zelaya (2006-2009), depuesto por un golpe militar.
Desde la convocatoria a las elecciones primarias en septiembre de 2020 hasta la fecha, la oficina de Bachelet (Acnudh) ha registrado 63 casos de violencia política, incluyendo 29 asesinatos, 14 ataques, 12 agresiones, así como siete casos de amenazas, y un secuestro.
Acnudh también registró que actores políticos han utilizado ampliamente el discurso de odio como herramienta política, incluyendo dicterios contra personas que defienden los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, lo que conduce, en algunos casos, a la discriminación y la violencia.
“El discurso de odio no tiene lugar en una democracia”, sentenció Bachelet.
La alta comisionada llamó a la realización de investigaciones rápidas, exhaustivas, imparciales y efectivas de todos los actos de violencia política, con el fin de que rindan cuentas las personas responsables de esos hechos y conductas.
También mostró su preocupación por “la restricción del espacio cívico en el país, donde integrantes de la sociedad civil y defensores y defensoras de derechos humanos son regularmente acosados, perseguidos y atacados”.
Desde el comienzo del año hasta la fecha, la oficina de Acnudh en Honduras ha registrado 240 ataques en contra de personas defensoras de derechos humanos y periodistas.
Bachelet destacó “el rol crucial de los defensores y las defensoras de derechos humanos en una democracia” y subrayó sus preocupaciones sobre las recientes reformas legales que incrementan el riesgo de restringir el derecho a la protesta pacífica y podrían empeorar la situación.
Expuso la importancia de que todos los actores involucrados en el proceso electoral adopten medidas para evitar la repetición de los hechos de 2017, cuando su oficina documentó graves violaciones de derechos humanos en el contexto de las protestas post-electorales.
“Las personas en Honduras tienen derecho a votar en paz y a elegir a sus representantes sin sentirse inseguras, coaccionadas o con miedo. Cuento con que todos los actores involucrados se comprometan con ello”, concluyó Bachelet.
También el secretario de Estado adjunto para Asuntos del Hemisferio Occidental de Estados Unidos, Brian Nichols, se reunió el lunes 22 en Tegucigalpa con altos funcionarios hondureños, con quienes habló sobre mantener la paz, salvaguardar el proceso electoral y garantizar la transparencia en los comicios.
Las elecciones serán acompañadas por misiones de observación electoral, entre ellas una de la Organización de Estados Americanos y otra de la Unión Europea.
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