ROMA – El programa de la Muralla Verde de África para combatir la desertificación en la región del Sahel, crucial para la lucha contra el cambio climático, también presenta interés comercial para los inversores, apuntó un nuevo estudio de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
“Debemos cambiar la retórica sobre la región del Sahel. Los inversores pueden obtener un rendimiento viable de su inversión en los esfuerzos por restaurar la tierra”, expresó Moctar Sacande, coordinador de proyectos internacionales en la División de Actividad Forestal de la FAO, y coautor del estudio.
El análisis muestra que, por cada dólar invertido en la labor de detener la degradación de la tierra en el continente africano, desde Senegal en el oeste hasta Yibuti en el este, los inversores pueden esperar obtener rendimientos desde 1,1 hasta 4,4 dólares, con un promedio de 1,2 dólares.
El Sahel es una franja semiárida entre el desierto del Sahara y la zona de bosques y sabanas en el centro de África, de varios cientos de kilómetros de ancho y se alarga por más de 5400 kilómetros, cruzando, de oeste a este, Senegal, Mauritania, Malí, Burkina Faso, Níger, Nigeria, Chad, Sudán, Eritrea, Etiopía y Yibuti.
La Muralla Verde es un programa lanzado en 2007 por la Unión Africana para reforestar y restaurar en el Sahel, hacia el año 2030, unos 100 millones de hectáreas de tierras degradadas.
Ese programa tiene un costo estimado de 3600 millones de dólares anuales, puede llegar a crear 10 millones de empleos verdes y almacenar 250 millones de toneladas de dióxido de carbono, contribuyendo a mitigar el cambio climático y la pérdida de diversidad biológica, y mejorar las condiciones de vida de millones de personas.
El análisis de la FAO utilizó datos de campo y satelitales para evaluar la degradación de la tierra durante el período comprendido entre 2001 y 2018, y posteriormente comparó los costos y beneficios de restaurar la tierra con base en distintas hipótesis adaptadas a los contextos locales.
“Ya existen voluntad política y conocimientos técnicos, y los resultados deberían animar al sector privado, que está mostrando un mayor interés”, dijo Sacande.
El reporte admite que los conflictos armados que afectan a la región han conducido a que potenciales inversores se muestren cautelosos con respecto al potencial de Muralla Verde, y que alrededor de 50 por ciento de la superficie de tierra afectada no está accesible actualmente por motivos de seguridad.
“Pero incluso teniendo esto en cuenta, las intervenciones de restauración de la tierra siguen suponiendo una propuesta de negocio viable”, sostiene el estudio.
Las comunidades están plantando especies arbóreas resilientes y resistentes como la acacia del Senegal, que proporciona goma arábiga, muy utilizada como emulsionante en alimentos y bebidas, y la espina de invierno (Faidherbia albida), árbol perenne que ayuda a fertilizar el suelo para el cultivo del mijo, y produce forraje para animales.
El reporte de la FAO indica que más de 500 comunidades han visto mejorar su seguridad alimentaria y sus oportunidades de generación de ingresos, aunque solo se han restaurado unos cuatro millones de hectáreas hasta la fecha.
La Muralla Verde ha recogido promesas a escala internacional de unos 20 000 millones de dólares, incluidos 14 300 millones de dólares en la cumbre One Planet (Un Planeta) para la biodiversidad, celebrada en París en enero, y 1000 millones de dólares del magnate de Amazon, Jeff Bezos.
Sacande dijo que aún no se han establecido con claridad detalles concretos sobre cómo se puede acceder a estos fondos.
Muralla Verde aborda varios de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) fijados en la Agenda 2030 de las Naciones Unidas, entre ellos los ODS 1 (Fin de la pobreza), 2 (Hambre cero), 13 (Acción por el clima), 15 (Vida de ecosistemas terrestres) y 17 (Alianzas para lograr los objetivos).
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