SÍDNEY y KUALA LUMPUR – «El panorama para los países menos adelantos (PMA) del mundo es más que sombrío», sostiene la última evaluación de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre las perspectivas de ese grupo de 46 países, donde se muestran sus recientes reveses sin encontrar resquicios de esperanza en el horizonte.
Promesas incumplidas
Hace medio siglo, los PMA fueron reconocidos oficialmente por primera vez por una resolución de la Asamblea General de la ONU. Se basó en la investigación, el análisis y la promoción de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD).
La histórica declaración de 1971 llamaba la atención sobre los desafíos únicos de los PMA y prometía el apoyo de la comunidad internacional. Desde entonces, la ONU ha convocado cuatro conferencias sobre los PMA, y en cada una de ellas se ha adoptado un programa de acción de 10 años para los gobiernos nacionales y los socios de la ayuda al desarrollo.
Sin embargo, los avances reales han sido decepcionantes, ya que solo siete países incluidos en ese grupo se han graduado, al lograr salir del grupo. La lista de PMA ha crecido hasta 46, ya que hay más países que cumplen los requisitos para adherirse. Con la quinta conferencia, que se celebrará en Doha en enero de 2022, es urgente hacer un examen de conciencia para que los esfuerzos no vuelvan a ser decepcionantes.
El incumplimiento de los compromisos por parte de los socios de desarrollo es un problema importante desde hace tiempo. Solo seis de los 29 miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) han cumplido su promesa de destinar al menos 0,15 % de sus ingresos nacionales a la ayuda a los PMA.
Dado que la definición de ayuda oficial al desarrollo (AOD) de las Naciones Unidas de 1969 ha quedado en entredicho, el informe de la ONU lamenta, como es lógico, el descenso de la concesión de ayuda. Las nuevas normas de notificación de la ayuda de la OCDE hacen que sus cifras no midan de forma fiable la financiación adicional del desarrollo sostenible.
Incoherencia sistémica
La ONU utiliza tres criterios de ingresos, activos humanos y vulnerabilidad para clasificar a los PMA. Aunque nominalmente forman parte del sistema de la ONU, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI) no reconocen a los PMA.
En cambio, el Banco Mundial solo utiliza los ingresos para clasificar a los países, y solo los países de bajos ingresos pueden optar a préstamos en condiciones favorables tanto del Banco como del Fondo. Por lo tanto, los PMA de renta media así clasificados debido a sus escasos activos humanos y/o su alta vulnerabilidad quedan fuera.
Cuando se adoptó el Acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio (Adpic) en 1995, se concedió a los PMA más tiempo para cumplirlo: primero, hasta noviembre de 2005, ampliado a julio de 2013, luego a julio de 2021 y, más recientemente, a julio de 2034.
Pero estos aplazamientos ad hoc socavan la planificación a largo plazo de los PMA.
En lugar del actual enfoque caso por caso, los PMA necesitan más previsibilidad.
El periodo de gracia debería ser mientras el país siga siendo un PMA, por ejemplo, más otros 12 años después de la graduación, como propone Chad. El periodo de gracia de 12 años debería aplicarse también a otras medidas de apoyo internacional, incluidos todos los tipos de trato especial y diferenciado.
Acceso limitado al mercado
Los PMA solo representan 0,13 % del comercio mundial. Pero a pesar de pregonar la liberalización del comercio como necesaria para el desarrollo, los países de la OCDE no han dado a los PMA mucho acceso a sus propios mercados.
Por lo tanto, es crucial para los PMA que se les permita un acceso más significativo, libre de derechos y de cuotas (DFQF, en inglés).
En la reunión ministerial de la Organización Mundial del Comercio (OMC) celebrada en 2005 en Hong Kong se acordó un acceso libre de derechos y de contingentes de 97 % para los PMA a los mercados de los países desarrollados.
Pero la mayoría de las exportaciones de los PMA se concentran en unas pocas líneas arancelarias, como los productos agrícolas y los textiles, que siguen siendo objeto de una renegociación constante.
La reducción arancelaria por sí sola no es una panacea, ya que las medidas no arancelarias han supuesto más barreras para las exportaciones de los PMA. Las normas reglamentarias, por ejemplo, los requisitos sanitarios y fitosanitarios y las cláusulas de las normas de origen limitan la posibilidad de que los PMA obtengan preferencias.
Incluso cuando se cumplen los requisitos, los procedimientos onerosos pueden frustrar el acceso.
Además, los acuerdos preferenciales, como la iniciativa «Todo menos armas» de la Unión Europea (UE) y el Sistema Generalizado de Preferencias (SGP) de Estados Unidos, se han aplicado a menudo de forma arbitraria.
El hecho de necesitar la aprobación frecuente del Congreso hace que el SPG sea imprevisible y esté siempre sujeto a nuevas condiciones caprichosas.
Así, algunos legisladores estadounidenses exigen que la renovación del SPG, que expira el 31 de diciembre de 2020, esté sujeta a condiciones tales como prioridades concretas en materia de derechos humanos, Estado de Derecho, trabajo o normativa medioambiental.
¿Concesiones comerciales?
A pesar de la ambiciosa Declaración del Milenio de 2000, los países de la OCDE han cedido poco desde entonces.
Tras el abandono africano en la reunión ministerial de la OMC celebrada en 1999 en Seattle, la promesa de una Ronda de Desarrollo devolvió a los países en desarrollo a la mesa de negociaciones. Lanzada en Doha tras los atentados del 11 de Septiembre en Nueva York, con mucha retórica sobre la unidad mundial, hubo poco entusiasmo entre los países del Norte industrial.
Los países ricos, que seguían presionando a los países del Sur en desarrollo para que abrieran más sus mercados, les exigieron que redujeran los aranceles a casi cero en sectores que nunca habían sido objeto de acuerdos comerciales multilaterales, como la agricultura y los servicios.
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Al negarse a reconocer que los aranceles son un medio de los países pobres para proteger a sus agricultores y garantizar la seguridad alimentaria, las exigencias de la OCDE ignoran su propia fuerte subvención de su propia agricultura alimentaria.
Asimismo, se considera necesaria la protección de los PMA de sus servicios modernos, aún incipientes, para resistir la competencia transnacional.
Los países de la OCDE se volvieron más proteccionistas después de la crisis financiera mundial de 2008-2009, y posteriormente buscaron acuerdos de libre comercio bilaterales, regionales y plurilaterales.
En diciembre de 2015, el diario británico conservador Financial Times proclamó alegremente que la Ronda de Doha había tenido por fin una muerte misericordiosa después de estar mucho tiempo en coma.
¿Comercio preferencial?
A pesar del acceso al mercado mediante los DFQF, los llamados márgenes de preferencia (MoP, en inglés) para los productos de los PMA han sido reducidos por las exportaciones de otros países en desarrollo.
Los MoP se refieren a la diferencia entre los tipos preferenciales para los PMA y otros tipos. Pueden referirse a los tipos de nación más favorecida (NMF) que funcionan dentro de la OMC, disponibles para todos los países, o a los tipos preferenciales disponibles para algunos.
Mientras tanto, los aranceles han disminuido con la liberalización de la NMF, en algunos casos hasta llegar a cero. Los recortes arancelarios han privado a los PMA de importantes ingresos. La Ayuda para el Comercio (A4T, en el argot de la OMC)), supuestamente destinada a promover las exportaciones, nunca ha intentado compensar a los países en desarrollo por la pérdida de ingresos arancelarios.
Además, las condicionalidades de la A4T los hacen menos desarrollistas. La A4T se utiliza a menudo para el desarrollo de la capacidad de la política comercial, que suele centrarse en animar a los PMA a abrir más sus mercados, tal y como desean los países ricos, en lugar de mejorar las capacidades productivas de los PMA.
Aunque se reduzcan las barreras del mercado, la mayoría de los PMA siguen careciendo de la infraestructura y los servicios de apoyo necesarios para exportar mucho más. Los países de la OCDE exigen la liberalización comercial de los PMA incluso antes de que hayan desarrollado suficientes capacidades productivas. De ahí que incluso los PMA graduados no consigan ser competitivos a nivel internacional.
La solidaridad internacional es fundamental
Mientras la suerte de los PMA sigue siendo sombría, han surgido nuevos retos. Para muchos PMA, el calentamiento global supone una amenaza existencial. La pandemia también ha empeorado su suerte. El inadecuado apoyo fiscal internacional y los elevados costes de la contención de la pandemia hicieron que en 2020 se produjera el peor crecimiento de los PMA desde la llamada década perdida de los años 80.
El informe de la ONU reconoce que incluso los escasos avances logrados con esfuerzo en varias dimensiones del desarrollo, sobre todo en los frentes de la pobreza, el hambre, la educación y la salud, se han invertido. Además de los nuevos retos, la conferencia de los PMA debe abordar también las raíces de su condición.
Las trayectorias y opciones de desarrollo de los PMA están condicionadas por el entorno mundial. Además del comercio exterior, la financiación internacional en condiciones favorables es clave para el progreso de los PMA. El último informe de la ONU sobre los PMA propone nuevas medidas de apoyo internacional, pero las tendencias recientes sugieren que es poco probable que se materialicen.
T: MF / ED: EG