MÉXICO – Las diferencias ideológicas no evitaron una resolución pragmática: 31 gobiernos países de América Latina y el Caribe llegaron a un acuerdo de 44 puntos que incluye un plan para la autosuficiencia sanitaria y una postura común ante los países desarrollados causantes de la crisis climática. También incluye una declaración conjunta contra el bloqueo económico a Cuba y en favor de la soberanía argentina sobre las islas Malvinas.
Además, la VI Cumbre de jefes de Estado y de gobierno de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), concluyó con lo que implica la puesta en marcha de una agencia espacial, la creación de un fondo regional para desastres naturales, buscar mecanismos financieros equitativos, impulsar el comercio intrarregional, la seguridad alimentaria y el intercambio tecnológico y cultural, con la creación de un instituto iberoamericano de lenguas indígenas.
El plan es formar un bloque político y económico que pueda tener una interlocución distinta con los países poderosos (Estados Unidos y Canadá, la Unión Europea, o los gigantes asiáticos). Y es, en cierto modo, un plan de sobrevivencia frente al acaparamiento de vacunas de los países más ricos.
“Si algo nos ha llevado a unirnos y a hacer un lado las diferencias ha sido la pandemia”, explicó el secretario (ministro) de Asuntos Exteriores mexicano, Marcelo Ebrard, anfitrión de la Cumbre, que se realizó el sábado 18 en la capital mexicana en forma presencial y concluyó con una declaración final donde se plasmaron los acuerdos alcanzados.
«América Latina tiene más muertes que ninguna otra región del mundo. Ha sido trágico, para toda la región, ha sido muy difícil conseguir las vacunas. De hecho, hay países que todavía no tienen vacunas. Ha sido injusto, abusivo, que tantos países no tengan acceso”, dijo el canciller
La amenaza ambiental
Pero covid-19 no es la única amenaza que tiene la región. En todas las participaciones de los representantes de los Estados hubo una constante: la alerta sobre los devastadores efectos que ha tenido en la región la crisis climática que provoca la industrialización de los países desarrollados.
“Todos los años construimos los mismos puentes, todos los años reconstruimos las mismas carreteras, todos los años tenemos que sufrir el embate del cambio climático, siendo la región centroamericana una de las regiones que menos gases de efecto invernadero produce, pero sí produce una gran cantidad de oxígeno al mundo a través de la reserva de nuestros bosques”, dijo el presidente de Guatemala, Alejandro Giammattei.
Su reclamo hizo eco en prácticamente todos los países de Centroamérica y el Caribe, donde los desastres naturales se han triplicado en las últimas tres décadas.
La otra gran preocupación de los gobernantes de la región son los efectos económicos derivados de la pandemia y de la crisis ambiental. Quizá por eso, las discusiones políticas y los estridentes reclamos que animaron la reunión de cinco horas no se trasladaron al documento final, que fue aprobado con el consenso de todos los países participantes.
El presidente Andrés Manuel López Obrador, flanqueado por el canciller Marcelo Ebrard, y de la directora ejecutiva de la Cepal, Alicia Bárcenas, en la VI Cumbre de Celac. Foto: Presidencia
Producir lo que consumimos
La Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños es un organismo que reúne a 32 países de Latinoamérica y el Caribe, sin Estados Unidos ni Canadá. Fue creada en 2010 para promover el diálogo en la región, como alternativa a la OEA. En enero de 2020, el gobierno de Jair Bolsonaro anunció el retiro de Brasil de la Celac por considerar que «daba protagonismo a regímenes no democráticos».
En su mensaje de apertura de la reunión, el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador, reiteró el mensaje que había lanzado el 24 de julio, con motivo del aniversario del natalicio de Simón Bolívar: construir en el continente americano “algo parecido a lo que fue la comunidad económica que dio origen a la actual Unión Europea”.
Este ideal puede convertirse en realidad si pensamos y acordamos sobre tres cuestiones básicas: La no intervención y la autodeterminación de los pueblos, la cooperación para el desarrollo y la ayuda mutua para combatir la desigualdad y la discriminación”, insistió.
Es necesario, aclaró, “que ningún gobierno se arrogue la facultad de someter a otro país bajo ningún motivo, causa o pretexto, o mediante la utilización del dinero, la propaganda, las sanciones económicas y diplomáticas, o el uso de la fuerza”.
Y también, que las controversias sobre democracia y derechos humanos se diriman a petición de las partes “en instancias verdaderamente neutrales, creadas por los países de América”.
Planteó construir con Estados Unidos y Canadá un acuerdo para fortalecer el mercado interno en América, porque en la actualidad es deficitario en relación con Europa y Asia.
“La propuesta es sencilla: Se trata de reactivar pronto la economía en nuestro continente para producir en América lo que consumimos”, insistió.
“Terminar con el letargo”
López Obrador recordó que, en 1961, el presidente John F. Kennedy presentó la Alianza para el Progreso, en la cual el gobierno de Estados Unidos invirtió 10 mil millones de dólares (82 mil millones de dólares actuales) para apoyar el desarrollo de los pueblos de América Latina y el Caribe. Pero ese ha sido el único apoyo importante que se ha hecho en materia de cooperación para el desarrollo en el continente en más de medio siglo, aseguró.
“Es el momento de terminar con el letargo y plantear una nueva y vigorosa relación entre los pueblos de América. Me parece que es tiempo de sustituir la política de bloqueos y de malos tratos por la opción de respetarnos, caminar juntos y asociarnos por el bien de América sin vulnerar nuestras soberanías”, dijo López Obrador.
“¿Acaso no tendría el presidente Biden el apoyo del Congreso de Estados Unidos para destinar recursos en beneficio de los pueblos de nuestra América y reducir la desigualdad y la violencia en la región, causas principales de desasosiegos sociales y de flujos migratorios? Estoy seguro que el presidente Joe Biden y la vicepresidenta Kamala Harris, así como el Primer Ministro de Canadá, Justin Trudeau, estarán atentos a las propuestas de consenso que logremos establecer en este foro para actuar en bien de nuestros pueblos”, planteó.
Liberación de pantentes y soluciones en la naturaleza
El presidente de Bolivia, Luis Arce Catacora, abrió la sesión enfilando sus baterías contra la Organización de Estados Americanos (OEA) que encabeza Luis Almagro y que hace dos años avaló el golpe de Estado contra el expresidente Evo Morales.
«La OEA, en vez de actuar bajo los mandatos de la carta democrática, actúa en contra de los principios de la democracia. Su creciente injerencia en los asuntos de los estados no contribuye a la solución pacífica de controversias, sino que las, más bien, las genera. Es un organismo obsoleto e ineficaz que no responde a las necesidades de nuestros Estados ni a los principios del multilateralismo”, acusó.
Luego de destacar que por eso es importante fortalecer a la Celac, Arce puso el tema que estaría presente en todos los mensajes de las siguientes cinco horas: la vacunación para todos y la liberación de las patentes.
“Necesitamos el apoyo de ustedes para acelerar este proceso por el bien de nuestros pueblos y la humanidad. Si no se liberan las patentes, si no se comparte la tecnología, no llegaremos al objetivo de inmunización en el tiempo oportuno y la pandemia terminará por llevarse más vidas, de colapsar nuestras economías y trastocar nuestra sociedad y el ámbito político. El interés financiero no puede estar por encima del interés social y de la salud”, dijo Arce, antes de urgir a un acuerdo global para la condonación de la deuda externa de países de ingresos bajos.
En la misma línea habló el presidente de Costa Rica, Carlos Alvarado Quesada, quien puso la lupa en el principal reclamo de la cumbre: los países más afectados por la crisis ambiental no son los que generan el problema, y sí son, en cambio, los que pueden tener las soluciones.
«Nuestra región está en un grave peligro por la crisis climática. El Caribe y Centroamérica somos particularmente vulnerables a los climas extremos que lastiman a nuestras poblaciones en sus infraestructuras, en sus cosechas, en sus medios de subsistencia, catalizando pérdida económica, migración, entre otros», añadió.
Y añadió: «Nuestra región también se encuentran las principales soluciones. Particularmente entre los trópicos, las soluciones basadas en la naturaleza. Hay que garantizar a nuestros países un acceso a financiamiento justo que dé opciones para lograr una recuperación económica y socialmente inclusiva, que reconozca nuestra contribución a la lucha contra la crisis climática”.
Los mensajes de los distintos representantes de los Estados giraron en torno a esos dos asuntos.
Algunos con más énfasis en las vacunas y otros con más énfasis en lo ambiental, como el subsecretario para América Latina de Argentina, Juan Valle Raleigh quien destacó la urgencia de una “justicia social ambiental”. Otros mencionaron el tema de la seguridad alimentaria, también incluido en los 44 puntos acordados, e incluso el de la violencia y el crimen organizado.
México y Cuba
Dos mensajes fueron recurrentes: el reconocimiento del liderazgo de México para lograr el acuerdo y un agradecimiento colectivo a los países que han sido solidarios con los que no tienen nada para donarles vacunas e insumos médicos.
Cuba destacó, después de México, en el número de menciones. Todos los países caribeños le agradecieron no sólo los insumos, sino los médicos especialistas que, como en el caso de México, el gobierno cubano envió a ayudarles a enfrentar la pandemia.
En su turno, el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel aprovechó para reconocer a su homólogo mexicano su apoyo frente a lo que considera una “campaña de descrédito” financiada desde Estados Unidos, sino sobre todo, por la solicitud que ha hecho López Orador a Estados Unidos de retirar el bloqueo económico a Cuba, y que fue incluida dentro de los 44 acuerdos aprobados por todos los países.
«Soportando el peso del acaso económico y las enormes limitaciones que nos imponen, Cuba ha logrado avanzar demostrando la solidez de su sistema de salud pública y la capacidad de continuar cooperando con otros países», afirmó.
«Nos enorgullece haber conseguido producir tres vacunas y dos candidatos vacunales en los últimos meses como resultado de la abnegación de nuestros científicos y del robusto sistema de ciencia e innovación tecnológica creado e impulsando por el comandante en jefe Fidel Castro Ruz. Consideren estos éxitos como los consideramos nosotros: una conquista latinoamericana y caribeña», añadió el presidente cubano.
Los reclamos
Sin embargo, la presencia del cubano y la del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, habían generado expectativas en contra en algunos asistentes.
El primero en reaccionar fue el presidente de Paraguay, Mario Abdo Benítez, quien de entrada declaró:
“Mi presencia en esta cumbre en ningún sentido ni circunstancia representa un reconocimiento al gobierno del señor Nicolás Maduro. No hay ningún cambio de postura de mi gobierno y creo que es de caballeros decirlo de frente”.
Más mesurado fue el presidente de Uruguay, el también derechista Luis Lacalle.
«Participar no significa ser complaciente (…) En determinados países no hay democracia plena, cuando no se respeta la separación de poderes, cuando desde el poder se usa el aparato represor para acallar las protestas, cuando se encarcelan a opositores, cuando no se respetan los derechos humanos, nosotros en esta voz tranquila, pero firme debemos decir con preocupación que vemos gravemente lo que ocurre en Cuba, en Nicaragua y en Venezuela”, afirmó.
Los dos gobernantes expresaron su apoyo a la OEA.
La respuesta de Maduro fue inmediata. Primero gritó que él tampoco reconoce al gobierno de Paraguay. En su turno, retó a ambos mandatarios a poner “fecha lugar y hora” para un debate sobre democracia.
Luego matizó: “Tendríamos suficientes piedras que tirar contra algunos de ustedes, pero no venimos a tirar piedras, venimos a tender la mano para el trabajo, para el diálogo y para la unión en los grandes aconteceres”.
El primer ministro de Dominica, Roosevelt Skerrit, les recordó que no estaban ahí para avanzar en ninguna posición ideológica, sino para resolver los problemas de sus pueblos. Pero nada evitó un posterior un intercambio de palabras entre el cubano y el uruguayo. Ni el reclamo del representante de Nicaragua a Argentina, por unas declaraciones que el argentino rechazó.
Al final, los reclamos se quedaron como anécdotas, porque el acuerdo aprobado por todos incluyó la declaración conjunta contra el bloqueo económico a Cuba y en favor de la soberanía argentina sobre las islas Malvinas.
Mujeres y migración, la agenda pendiente
Otro reclamo más sutil fue el de la ministra de Relaciones Exteriores de Panamá, Erika Mouynes, la única que habló claramente de dos temas ausentes en la discusión: migración irregular y equidad de género.
«La migración no es un fenómeno nuevo y tampoco va a desaparecer, pero mirar para el otro lado y pretender que no está ocurriendo no es una opción. Este fenómeno sólo lo podemos atender de una manera regional con justa corresponsabilidad entre todos, unidos. Somos responsables de lo que hacemos”, dijo.
En el tema de la equidad fue más directa.
“La pandemia ha causado estragos en los avances para lograr una justa equidad de género con igualdad de salario y acceso para el empoderamiento económico y educativo de las mujeres. Habemos tan sólo tres mujeres sentadas aquí en esta mesa, que he contado 36 puestos. Generemos compromisos regionales que aseguren la participación de mujeres en la toma de decisiones y cumplámoslo”, afirmó Mouynes.
Los acuerdos
“Lo que nos hemos propuesto es que Celac sea el principal mecanismo de cooperación de la región y ya lo es. Hagamos una relación distinta a la que hemos tenido, sobre la base de que la geopolítica está cambiando”, dijo el canciller Ebrard en la rueda de prensa al final del evento.
Destacó que hace muchos años no se realizaba una Cumbre de Jefas y Jefes de estado como esta, que los logros obtenidos “valen la pena y nos llenan de esperanza”
Entre otras “acciones inmediatas” aprobadas por unanimidad, se incluye la creación de un fondo para hacer frente al cambio climático, que ya en las primeras horas reunió más de 15 millones de dólares. “Dirán que es poquito, pero no hay ningún fondo de América Latina con esos recursos”, insistió Ebrard, sin perder el ánimo.
Además, la Celac llevará una posición común a la Conferencia de los Estados Parte sobre el Cambio Climático (COP26) de la ONU, que se realizará del 31 de octubre al 12 de noviembre la ciudad escocesa de Glasgow, en Reino Unido. Esa posición conjunta estará “sobre la base de la justicia que debe haber para hacerle frente al cambio climático”, dijo Ebrard.
Se aprobó además la constitución de la Agencia Latinoamericana y del Caribe del Espacio. Hasta ahora, explicó, en América Latina hay 9 agencias espaciales que trabajan aisladamente, lo que multiplica los costos. Lo que se aprobó es que se pongan a trabajar conjuntamente.
También se promoverá un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional “para decirle: es muy desigual el acceso a los recursos y las reglas del juego. Para nosotros es deuda y para los países desarrollados son otras facilidades”.
«¿Qué sigue? Las vacunas. Lo que se está planteando es que nunca más nos va a pasar lo mismo (depender de otros países para el acceso a las vacunas). No lo vamos a permitir. Lección aprendida”, se subrayó el las conclusiones finales.
«Hay que tomar decisiones rápidas»: Cepal
El plan de soberanía sanitaria, elaborado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) define líneas de acción para fortalecer las capacidades de producción y distribución de vacunas y medicamentos en la región.
Entre las acciones está la convergencia y reconocimiento de una agencia regulatoria, tener una plataforma común de ensayos clínicos, para tener acceso a las vacunas en condiciones mejores, realizar compras conjuntas para que no haya disparidades (no solo con las vacunas sino con todos los insumos médicos), potenciar consorcios productivos regionales (como el de México y Argentina con Astra Zéneca).
Alicia Bárcena, directora ejecutiva de Cepal, destacó que al ritmo que vamos, la región no va a alcanzar a vacunar al 80 por ciento de la población mayor de 18 años. Incluso hay países que no llegan ni al 10 por ciento.
Destacó que en la región tenemos capacidades para producir las propias vacunas y para que los países con mayor estructura y capacidad de compra puedan ayudar a los que van más rezagados.
«Sí se puede, tenemos las capacidades, pero hay que tomar acciones rápidas, conjuntas, y creo que la Celac nos ha dado un potente mensaje”, dijo.
Este artículo se publicó originalmente en Pie de Página, de la red mexicana de Periodistas de A Pie.
RV: EG