SAINT DAVID’S, Reino Unido – Una reciente incautación en el aeropuerto internacional de Johannesburgo de un gran envío de cuernos de rinoceronte confirmó los peores temores: el tráfico ilegal de vida silvestre y el saqueo de especies valiosas ha regresado con fuerza después de una pausa durante el confinamiento por la covid-19.
Con destino a Kuala Lumpur, las 32 piezas de cuernos de rinoceronte que pesaban un total de 160 kilogramos fueron interceptadas por un perro rastreador el 17 de julio.
Los rinocerontes en Sudáfrica estaban siendo asesinados por cazadores furtivos a un ritmo de tres por día en 2019. Pero con las restricciones de viaje nacionales e internacionales impuestas debido a la pandemia de covid, el número de víctimas diarias en 2020 se redujo a alrededor de uno.
Sin embargo, una posterior flexibilización del bloqueo ha dado lugar a «números graves» de incidentes de caza furtiva de rinocerontes, según el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF).
Desafortunadamente, los cadáveres de rinocerontes que los cazadores furtivos dejaron desangrados son solo una de las imágenes más visibles del tráfico ilegal mundial de vida silvestre, una industria multimillonaria a menudo dirigida por sindicatos transnacionales, a veces junto con el tráfico de drogas, armas y personas.
Desde los mares hasta los cielos, la matanza de animales a escala industrial, la tala ilegal de madera y el saqueo de plantas inusuales están llevando a muchas especies a la extinción.
Los tigres, cuyos huesos y otras partes del cuerpo se utilizan en la medicina tradicional, se encuentran entre las víctimas más amenazadas, y se estima que 97 por ciento de la población de tigres salvajes ha desaparecido durante el siglo pasado. Los guepardos están desapareciendo debido a la demanda de mascotas.
Una cuarta parte de las especies de tiburones se enfrentan ahora a la extinción, principalmente debido a la pesca ilegal e insostenible. Las siete especies restantes de tortugas marinas están en riesgo. Nuevas especies de orquídeas (hay unas 28 000 conocidas por la ciencia) han desaparecido para los coleccionistas y, por lo tanto, se han extinguido en la naturaleza incluso antes de que se registren. Millones de aves se comercializan ilegalmente cada año. La lista continúa…
El mamífero más traficado en la tierra es el pangolín, una criatura escamosa que se alimenta de hormigas. Se estima que más de un millón han sido cazados furtivamente en la naturaleza en la última década por su carne, piel y escamas. Las ocho especies se consideran en riesgo de extinción.
La pandemia de covid ha recalcado lo que los científicos decían durante mucho tiempo: que el tráfico de vida silvestre también es una seria amenaza para la seguridad global.
Los murciélagos y los pangolines son el foco de la investigación sobre el camino evolutivo del SARS-CoV-2, el coronavirus que causa la enfermedad de covid. Un estudio reciente del Instituto Francis Crick demostró que el SARS-CoV-2 podría, en teoría, haberse trasladado a los humanos desde los pangolines, después de originarse en un coronavirus de murciélago actualmente desconocido.
Tres cuartas partes de todas las enfermedades infecciosas emergentes son zoonóticas, transferidas de animales a humanos, facilitadas por la destrucción ambiental y los delitos contra la vida silvestre.
Estos hallazgos solo subrayan aún más los esfuerzos de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) para dar forma a la respuesta de la humanidad a las crisis de conservación del planeta.
El Congreso Mundial de la Naturaleza de la UICN, inicialmente retrasado por la pandemia y que ahora se celebrará del 3 al 11 de septiembre en la ciudad francesa de Marsella, es la reunión sobre conservación más importante del mundo donde el gobierno, la sociedad civil y las organizaciones de los pueblos indígenas se unirán para discutir, debatir y votar las mociones que establecerán prioridades e impulsarán acciones de conservación y desarrollo sostenible.
Dos mociones clave abordan el tráfico ilegal de vida silvestre: la Moción 50 sobre la implementación de esfuerzos internacionales para abordar el papel del delito cibernético, Internet y las redes sociales en la habilitación de los traficantes, y la Moción 65 sobre la participación del sector privado para combatir el tráfico de vida silvestre.
Jose Louies, especialista en prevención de delitos contra la vida silvestre de Wildlife Trust of India (WTI), copatrocinador de la Moción 50, dice que los gobiernos deben hacer del comercio ilegal de vida silvestre una prioridad máxima y establecer pautas claras sobre el delito cibernético contra la vida silvestre.
Las empresas de tecnología de información, las TI, también deben establecer políticas para detener, controlar y monitorear a los traficantes que usan sus plataformas.
«La mayoría de estos clientes potenciales se obtuvieron de una única plataforma de redes sociales donde los compradores y vendedores publicaron comentarios con ID de correo electrónico/números de teléfono para conectarse», agregó.
«Tuvimos 114 compradores y 69 vendedores», dijo, y mencionó a los países de la muestra como Pakistán, Nepal, Irak, Indonesia, Bangladesh, Myanmar y 17 estados de la India.
“El uso de redes sociales y aplicaciones de mensajería para establecer conexiones entre sospechosos en varios niveles comerciales es un motivo de grave preocupación. Estos sistemas fluidos y orgánicos permitirán que una red se regenere más rápido que una red convencional», añadió.
WTI ve a la UICN como el organismo mundial líder para hacer recomendaciones e influir en las políticas, independientemente de las fronteras políticas, y para actuar como un facilitador de las políticas y prácticas de conservación global.
«La conservación no es un trabajo exclusivo de los conservacionistas, es el esfuerzo colectivo de todos», sostuvo Louies.
Entre los diversos elementos de la Moción 50, los miembros de la UICN solicitan a los gobiernos que fortalezcan la legislación para abordar el tráfico de vida silvestre cibernético; colaborar más en las investigaciones transfronterizas; alentar y proteger a los denunciantes; y promover que las empresas de tecnología intensifiquen sus esfuerzos para detener el tráfico en línea.
Louies dijo a IPS que los agentes encubiertos de WTI habían estado siguiendo a los comerciantes de pangolines en línea en los últimos meses, conectándose con proveedores y compradores de varios países.
La Coalición para poner fin al tráfico de vida silvestre en línea, lanzada en 2018, ahora reúne a más de 40 empresas de todo el mundo en asociación con expertos en vida silvestre en WWF, Traffic y la Fundación Africana para la Vida Silvestre (IFAW, en inglés), a fin de establecer un enfoque de toda la industria a fin de cerrar los mercados digitales para los traficantes de vida silvestre.
Las últimas empresas en unirse son las chinas Douyin, una popular plataforma de redes sociales de videos cortos, y Huya, una compañía de videojuegos.
Como admite la Coalición, los avances en tecnología y conectividad, combinados con el aumento del poder adquisitivo y la demanda de productos de vida silvestre ilegales, han aumentado la facilidad de intercambio de cazadores furtivos a consumidores.
“Un mercado en línea en gran parte no regulado permite a los delincuentes vender productos de vida silvestre obtenidos ilegalmente en todo el mundo. Comprar marfil de elefante, cachorros de tigre y escamas de pangolín es tan fácil como hacer clic, pagar y enviar», asegura.
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Pero a pesar de esos esfuerzos coordinados, incluido GLACY+ que involucra a Interpol, el tráfico es aún mayor.
«En África, el ciberdelito está aumentando en muchas plataformas a través de Internet», dice Philip Muruthi, vicepresidente dela AWF, también copatrocinador de Motion 50.
Y añade: «Solo se necesita hacer una búsqueda en Google para encontrar a alguien tratando de vender algún producto de vida silvestre o fauna salvaje…, pero la capacidad para lidiar con el delito cibernético de vida silvestre es muy baja en todos los ámbitos. Esto es algo que hemos notado en toda África, un problema silencioso cada vez mayor, para el que tenemos un conocimiento y una capacidad limitados para revertir”.
La AWF tiene un programa para capacitar y equipar a los agentes de policía para combatir el ciberdelito contra la vida silvestre, comenzando en Kenia, Uganda y la República Democrática del Congo, pero los gobiernos y otros actores podrían hacer mucho más, dijo Muruthi a IPS.
“Lo que se acuerda en estos Congresos Mundiales de la Naturaleza de la IUCN con frecuencia lleva a una acción colectiva mejorada. El tema del delito cibernético contra la vida silvestre puede ser difícil de alcanzar de un vistazo, pero análisis profundos revelan que merece atención local, regional y global”, agregó.
Al enfatizar la importancia de su estructura única que abarca gobiernos, organizaciones no gubernamentales (ONG), el sector privado, individuos y pueblos indígenas, la AWF también se beneficia de poder acceder a más colaboradores potenciales y abarcar disciplinas y temas.
Steven Galster, presidente de Freeland, que se describe a sí misma como una “ONG internacional de primera línea con un equipo de especialistas en aplicación de la ley, desarrollo y comunicaciones” que lucha contra el tráfico de vida silvestre y la esclavitud humana, dice que los traficantes están ganando una batalla desigual.
Los países más ricos no están respaldando sus promesas políticas con acciones, afirma.
“Soy un gran admirador de la UICN. Es un organismo importante”, dijo Galster a IPS, elogiando al equipo de la Unión en Asia. Pero insta a la UICN a cambiar las prioridades.
En términos más generales, Freeland, copatrocinador de la Moción 65, pide a la UICN que vaya más allá e impulse una suspensión mundial del comercio de animales salvajes con carácter urgente para salvar la biodiversidad y evitar otra pandemia, en lugar de simplemente intentar acabar con el comercio ilegal de vida silvestre según lo definido por las convenciones de la CITES (Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres).
“El comercio legal también conlleva riesgos de transmisión de virus. Sigue habiendo tanto desconocimiento sobre los muchos virus que existen y cómo pueden mutar, que no deberíamos limitar nuestra contención a solo algunas especies de familias de animales”, dice Galster.
Y concluye: «El principio de precaución debería presionarse más que nunca a raíz del Covid-19».
T: MLM / ED: EG