GINEBRA – Agencias del sistema de Naciones Unidas buscan mantener sus operaciones en Afganistán y han planteado las necesidades de auxilio para unos 18 millones de personas, la mitad de la población de ese país, donde la milicia integrista talibana conquistó el poder mediante una fulminante campaña armada.
“Existe una necesidad inmediata de garantizar el acceso humanitario sostenido y la continuidad de los servicios de salud. Hay que enfocarse en garantizar que las mujeres y las niñas tengan acceso a la atención sanitaria”, expuso el director de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus.
También, en esta ciudad suiza de Ginebra, Mustapha Ben Messaoud, jefe de operaciones de campo de Unicef (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia) alertó sobre las necesidades perentorias de los niños y niñas en Afganistán.
En las últimas semanas “la situación ha empeorado. La predicción de Unicef es que, sin una acción urgente, un millón de niños menores de cinco años estarán gravemente desnutridos para fines de 2021, y otros tres millones sufrirán desnutrición aguda moderada”, dijo Ben Messaoud.
Rupert Colville, portavoz de la oficina de la alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Acnudh), observó que “el miedo infundido en una proporción significativa de la población es profundo y, dada la historia pasada, completamente comprensible”.
Los talibanes han reimplantado ya en muchos lugares su interpretación de la sharia o ley islámica, con castigos que violan los derechos humanos y eliminación o restricción de derechos de las mujeres a la libertad personal, la educación e incluso la salud.
“Aunque la situación es muy compleja, las agencias humanitarias están comprometidas a apoyar a las personas vulnerables de Afganistán que nos necesitan más que nunca”: Ramiz Alakbarov.
Colville dijo que “afortunadamente la capital (Kabul) y las demás ciudades importantes que fueron capturadas, como Jalalabad y Mazar-e-Sharif, no fueron objeto de combates prolongados, ni de derramamiento de sangre o destrucción».
La Acnudh se ha propuesto vigilar de cerca la conducta de los talibanes con relación a sus promesas de amnistía, inclusión y cierta flexibilidad en normas como permitir que al menos las niñas puedan acudir a las escuelas, y pidió a la comunidad internacional que ayude a quienes en ese país defienden los derechos humanos.
Según reportes de medios realizados en el terreno, este miércoles 18 los talibanes reprimieron manifestaciones de protesta en tres ciudades, Jalalabad, Kunar y Khost, con saldo de al menos tres muertes y un número indeterminado de heridos.
Por su parte, el azerí Ramiz Alakbarov, representante de la ONU en Afganistán, declaró que las Naciones Unidas reiteran su compromiso de permanecer y prestar ayuda a millones de personas necesitadas en el país.
Isabelle Moussard Carlsen, jefa de la Oficina de Coordinación Humanitaria de las Naciones Unidas (Ocha) en Afganistán, estimó que unos 18 millones de personas en ese país necesitan ayuda.
En la OMS, otro alto responsable, Mustapha Ben Messaoud, explicó que meses de violencia han afectado gravemente el ya frágil sistema de salud de Afganistán, con escasez de suministros esenciales en medio de la pandemia covid-19.
El mes pasado, 70 centros médicos apoyados por la OMS en el país trataron 14 000 casos relacionados con el conflicto, en comparación con 4057 en julio de 2020.
Por otra parte, Shabia Mantoo, portavoz de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), advirtió que los desplazados internos por el conflicto este año ya suman 550 000 y la mayoría, 80 por ciento, son mujeres y niños.
Hasta 2020, tres décadas de conflicto en este país de 38 millones de habitantes forzaron a desplazarse internamente a 2,6 millones de personas y otros 2,7 millones marcharon al extranjero.
Por ello Acnur “en vista de la emergencia humanitaria que se está produciendo” pidió fronteras abiertas para quienes deban desplazarse y, a los Estados receptores, “que detengan los posibles retornos de nacionales afganos”, dijo Mantoo.
Varios países, en particular los aliados de Estados Unidos que este año decidieron retirar sus fuerzas militares al cabo de dos décadas de conflicto en Afganistán, han ofrecido acoger a defensores de derechos humanos y otros activistas afganos cuya seguridad esté amenazada por el nuevo poder talibán.
“Aunque la situación es muy compleja, las agencias humanitarias están comprometidas a apoyar a las personas vulnerables de Afganistán que nos necesitan más que nunca”, resumió Alakbarov.
A-E/HM