GINEBRA – Las actividades humanas son responsables del calentamiento del planeta en 1,1 grados centígrados respecto de la era preindustrial (1850-1900), a un ritmo sin precedentes en los últimos 2000 años, sostuvo un nuevo informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC en inglés).
Se trata de “un código rojo para la humanidad. Las señales de alarma son ensordecedoras y las pruebas son irrefutables. Corremos el riesgo inminente de alcanzar los 1,5 grados a corto plazo”, advirtió el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres.
Lograr que antes de 2050 la temperatura global no exceda de 1,5 grados sobre los niveles de la era preindustrial, ni de dos grados a finales de siglo, son metas del Acuerdo de París pactado por 196 países en 2015.
“Las señales de alarma son ensordecedoras y las pruebas son irrefutables. Corremos el riesgo inminente de alcanzar los 1,5 grados a corto plazo. La única manera de evitar que se sobrepase este umbral es redoblar urgentemente nuestros esfuerzos y perseguir la vía más ambiciosa”: António Guterres.
Pero el nuevo estudio del IPCC, en el que participaron 234 expertos de 66 países, con revisión de más de 14 000 artículos y referencias, advierte que el umbral de 1,5 grados se rebasará en los próximos 20 años y la meta de no más de dos grados puede resultar imposible de alcanzar.
Al recibir el informe este lunes 9, Guterres dijo que “la única manera de evitar que se sobrepase este umbral es redoblar urgentemente nuestros esfuerzos y perseguir la vía más ambiciosa. Debemos actuar con decisión ahora, para mantener vivo el umbral de los 1,5 grados”.
El informe, “Cambio Climático: la bases científicas”, divulgado por el IPCC en esta ciudad suiza, es la primera entrega de las seis que se publicarán hasta el año 2022.
En medio, se aspira a que en la 26 Conferencia de las Partes sobre el Cambio Climático (COP26), que se reunirá en Glasgow, Reino Unido, en noviembre, los Estados avancen en sus promesas de frenar y revertir el calentamiento global, causado principalmente por la emisión de gases de efecto invernadero.
Según el informe, la concentración en la atmósfera del dióxido de carbono (CO2) es la más alta a la que se ha llegado en dos millones de años, y las de metano y óxido nitroso son las mayores en los últimos 800 000 años. El planeta se calienta a un ritmo sin precedentes en los últimos dos milenios.
“El cambio climático está afectando cada rincón del planeta de múltiples formas. Los cambios que experimentamos aumentarán con el incremento del calentamiento”, dijo el climatólogo chino Panmao Zhai, copresidente del grupo de trabajo del IPCC.
Ese cambio no solo implica más calor, sino fenómenos meteorológicos asociados, como los vistos durante este verano boreal, con temperaturas récord y mortales en Canadá, grandes inundaciones en el centro de Europa y en China, y una ola de incendios en la cuenca del Mediterráneo.
A medida que el planeta se calienta, apuntó el informe, se intensifica el ciclo del agua, lo que conduce a lluvias más intensas, inundaciones y sequías pertinaces.
Las áreas costeras verán la subida del nivel del mar a lo largo del siglo, con mayores inundaciones en las zonas bajas y una mayor erosión. Los fenómenos extremos costeros que antes se producían cada 100 años, ahora serán anuales.
Un mayor calentamiento amplificará el deshielo de la capa de permafrost (suelo congelado) y la pérdida de la nieve de temporada, así como el derretimiento de los glaciares y la pérdida de la capa ártica durante el verano.
Los cambios en el océano conducirán a más olas de calor marinas, más acidificación del agua y la reducción de los niveles de oxígeno, afectando los ecosistemas marinos.
Con el informe “ahora tenemos una mejor imagen del pasado, el presente y el futuro del clima, esencial para entender hacia dónde nos dirigimos, qué se puede hacer y cómo prepararnos”, apuntó otra copresidenta del grupo, la climatóloga francesa Valérie Masson-Delmotte.
Los científicos del IPCC coinciden en que “una reducción enérgica y duradera de las emisiones de CO2 y otros gases de efecto invernadero pueden limitar la magnitud del cambio climático”.
Según sus cálculos, esas reducciones pueden tener beneficios rápidamente para la calidad del aire, aunque tomaría entre 20 y 30 años hasta que las temperaturas de la Tierra se estabilicen.
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