GINEBRA – La forma en que traten a las mujeres y a las niñas, y el respeto a sus derechos a la educación y al empleo, trazará una “línea roja” ante los talibanes que tomaron el poder en Afganistán, afirmó este martes 24 la alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet.
Ante el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas dijo que “una línea roja fundamental será el trato de los talibanes a las mujeres y las niñas y el respeto de sus derechos a la libertad, la libertad de movimiento, la educación, la autoexpresión y el empleo, guiados por las normas internacionales de derechos humanos”.
El Consejo, integrado por 47 Estados y con sede en esta ciudad suiza, celebró una sesión dedicada al tema afgano en la que se exigió detener los asesinatos de activistas de derechos humanos y se pidió que la oficina de la alta comisionada (Acnudh) desarrolle una investigación sobre violaciones a esos derechos.
Acnudh, en las últimas semanas, “ha recibido informes desgarradores y creíbles sobre el impacto en la población civil de las violaciones del derecho internacional humanitario, así como de las violaciones y abusos de los derechos humanos por las partes en el conflicto”, dijo Bachelet.
“Una línea roja fundamental será el trato de los talibanes a las mujeres y las niñas y el respeto de sus derechos a la libertad, la libertad de movimiento, la educación, la autoexpresión y el empleo, guiados por las normas internacionales de derechos humanos”: Michelle Bachelet.
El movimiento integrista talibán o Emirato Islámico de Afganistán completó el 15 de agosto la captura de la capital y la casi totalidad de las provincias afganas, mientras se desmoronaba la resistencia del ejército nacional y se aceleraba el retiro de las fuerzas de Estados Unidos y sus aliados que actuaron allí durante dos décadas.
Bachelet expuso que “la rápida toma de gran parte del país, incluida la capital, por los talibanes, ha suscitado serios temores de que se vuelva a pautas anteriores de violaciones de derechos humanos y avivado la desesperación entre muchos afganos”.
Los talibanes gobernaron el país entre 1996 y octubre de 2001 -cuando se produjo la invasión estadounidense tras los atentados terroristas en Nueva York y Washington el 11 de septiembre- e impusieron su interpretación de la sharía o ley islámica, con una supresión de libertades civiles en perjuicio sobre todo de mujeres y niñas.
Bachelet ha recibido “informes fidedignos de ejecuciones sumarias de civiles y miembros fuera de combate de las fuerzas de seguridad nacionales afganas, y restricciones a los derechos de las mujeres, incluido su derecho a moverse libremente y el derecho de las niñas a asistir a la escuela”.
“Hay graves temores por las mujeres, los periodistas y la nueva generación de líderes de la sociedad civil que han surgido en los últimos años. Las diversas minorías étnicas y religiosas de Afganistán también corren el riesgo de sufrir violencia y represión”, según la responsable de derechos humanos de la ONU.
En la sesión intervino, desde Kabul, la presidenta de la Comisión Independiente de Derechos Humanos de Afganistán, Shaharzad Akbar, quien sostuvo que “los derechos humanos de mujeres y niñas están siendo reprimidos en cada aldea, cada pueblo y cada ciudad en todo Afganistán”.
Akbar pidió que el Consejo establezca una comisión investigadora que reúna las evidencias de violaciones y abusos, rinda un informe, y promueva la rendición de cuentas ante la justicia.
Bachelet también aludió a informes de “la grave situación humanitaria” que afecta a 18 millones de afganos (el país tiene unos 38 millones de habitantes), aumentada por una fuerte sequía y la pandemia covid-19, lo que aunado a la violencia obligó a centenares de miles de personas a abandonar sus hogares este año,
Recordó que “portavoces de los talibanes se han comprometido a respetar y proteger los derechos humanos. Específicamente a respetar el derecho de las mujeres al trabajo y el de las niñas a asistir a la escuela”, y subrayó que esa milicia tiene “la responsabilidad de traducir esos compromisos en realidad”.
También que en las últimas décadas en Afganistán “las mujeres asumieron roles públicos y posiciones de liderazgo en toda la sociedad. En 2021, asistían a la escuela 3,5 millones de niñas y 27 por ciento de los miembros del parlamento y una quinta parte de los funcionarios públicos eran mujeres”.
Por todo ello “insto encarecidamente a los talibanes a que adopten normas de gobernanza receptiva y derechos humanos. Una línea roja fundamental será el trato a las mujeres y las niñas y el respeto de sus derechos a la libertad, la libertad de movimiento, la educación, la autoexpresión y el empleo”, insistió Bachelet.
El Consejo adoptó una resolución en la que pide que se respeten plenamente los derechos humanos de todas las personas en el país asiático, e insta a la comunidad internacional a seguir comprometida con un Afganistán inclusivo y representativo y con su pueblo mediante vías políticas, humanitarias, de derechos y de desarrollo.
A-E/HM