GINEBRA – El avance de la milicia talibán sobre las fuerzas gubernamentales en Afganistán causa un gran número de civiles muertos y heridos, y la situación empeorará si no se detiene ese conflicto, advirtió este martes 10 la alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet.
“Desde el 9 de julio, solo en cuatro ciudades (Lashkar Gah, Kandahar, Herat y Kunduz) se han registrado al menos 183 civiles muertos y 1181 heridos, incluidos niños. Estas son solo las bajas civiles que hemos logrado documentar, las cifras reales serán mucho más altas”, dijo Bachelet.
Como quiera que Doha es escenario de conversaciones entre las partes que pueden detener o canalizar el conflicto afgano, Bachelet llamó desde esta ciudad suiza a que todos los Estados utilicen sus influencias para detener las hostilidades.
Los Estados “tienen el deber de utilizar cualquier influencia que tengan para aliviar la situación y revitalizar los procesos de paz. Se debe poner fin a los combates”, dijo la también expresidenta de Chile en 2006-2010 y 2014-2018.
Insistió en que “las partes en el conflicto deben dejar de luchar para evitar más derramamiento de sangre. Los talibanes deben cesar sus operaciones militares en las ciudades. A menos que todas las partes regresen a la mesa de negociaciones y lleguen a un arreglo pacífico, la situación ya atroz para tantos afganos empeorará”.
El conflicto recrudeció después de que Estados Unidos y sus aliados en la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) comenzaron a retirar las fuerzas militares que apoyaban en el terreno al ejército afgano.
“Los Estados tienen el deber de utilizar cualquier influencia que tengan para aliviar la situación y revitalizar los procesos de paz. Se debe poner fin a los combates”: Michelle Bachelet.
Los estadounidenses, que intervinieron en Afganistán en octubre de 2001, tras los atentados terroristas en Nueva York y Washington el 11 de septiembre de ese año, completarán su retiro el 31 de este mes.
La milicia talibán o Emirato Islámico de Afganistán ya controla o disputa gran parte del territorio, incluidas áreas de frontera con Irán, Pakistán y China, y ha capturado las capitales de seis de las 34 provincias en ese país de 655 000 kilómetros cuadrados y 36 millones de habitantes.
También actúan otros grupos armados más pequeños, incluyendo milicias progubernamentales, y un resultado ha sido que en los seis primeros meses de 2021, agencias de la ONU documentaron 5183 víctimas civiles, de las cuales 1659 fueron muertes, 47 por ciento más que en el mismo período del año pasado.
En solo 13 días, en la ciudad sureña de Lashkar Gah, capital de la provincia de Helmand, desde el 28 de julio, cuando comenzaron los combates en la ciudad, la ONU recibió informes de al menos 139 civiles muertos y 481 heridos.
Los bombardeos aéreos también causan bajas civiles, y la oficina de Bachelet tiene denuncias de que tanto el talibán como unidades del ejército regular ejecutan a prisioneros capturados heridos o que se han rendido.
De Afganistán salieron como refugiados, hasta 2020, unos 2,6 millones de personas, principalmente a los vecinos Pakistán e Irán, y la arremetida del conflicto este año desplazó a otras 400 000, de ellas 241 000 desde mayo, según la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur).
Bachelet expresó preocupación especial por los indicios de que los talibanes están imponiendo severas restricciones a los derechos humanos en las zonas bajo su control, especialmente dirigidas a las mujeres.
“Hemos recibido informes de que las mujeres y las niñas de distritos bajo control de los talibanes tienen prohibido salir de sus hogares sin un mahram, un chaperón masculino. Estas restricciones tienen un impacto grave en los derechos de las mujeres, incluido el derecho a la salud”, dijo Bachelet, médica de formación.
“En medio de una guerra, la necesidad de acceder a atención médica urgente es una cuestión de vida o muerte. Obstaculizar la capacidad de una mujer para salir de casa sin un escolta masculino conduce a una cascada de otras violaciones de los derechos de la mujer y los de su familia”, observó.
Su oficina recibió informes de mujeres que han sido azotadas y golpeadas en público por infringir las normas prescritas. En la provincia de Balj, el 3 de agosto, una activista por los derechos de la mujer fue asesinada a tiros por infringir las normas.
Finalmente, Bachelet expuso que “las graves restricciones a la libertad de expresión y la capacidad de los periodistas para realizar su trabajo crucial por parte de ambas partes también son motivo de profunda preocupación durante este tiempo de incertidumbre y caos”.
A-E/HM