GINEBRA – África puede impulsar el comercio sostenible de biodiversidad para una recuperación ambientalmente amigable de la pandemia covid-19, de acuerdo con un nuevo estudio de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad).
El biocomercio “puede desempeñar un papel fundamental en el establecimiento de una vía de desarrollo ecológico para los países africanos y garantizar una recuperación de la pandemia covid-19 respetuosa con el ambiente”, según David Vivas, oficial jurídico de la Unctad en esta ciudad suiza.
África es una de las regiones con mayor biodiversidad del planeta. Sin embargo, los compromisos negociados hasta ahora en el marco del histórico acuerdo de la Zona de Libre Comercio Continental Africana (AfCFTA en inglés), establecido en 2018, apenas mencionan el ambiente.
Esto representa una oportunidad perdida para lograr el desarrollo sostenible a través de la integración comercial en ese continente, como se estipula en su Agenda África 2063, de acuerdo con el estudio de la Unctad sobre el vínculo entre comercio, biodiversidad y los compromisos de los 54 Estados socios de AfCFTA.
El estudio recomienda transformar el AfCFTA, en las nuevas fases de negociaciones que podrían terminar a finales de este año, en un facilitador del comercio sostenible de biodiversidad.
“El biocomercio puede desempeñar un papel fundamental en el establecimiento de una vía de desarrollo ecológico para los países africanos y garantizar una recuperación de la pandemia covid-19 respetuosa con el ambiente”: David Vivas.
El comercio de productos basados en la diversidad biológica constituye una parte importante de las exportaciones de los países africanos, y la ventaja comparativa que tienen muchos de ellos en recursos biológicos y productos derivados es una enorme oportunidad económica, según Vivas.
En 2017 los miembros de la Unión Africana exportaron casi 78 000 millones de dólares en bienes de origen biológico, 3,5 por ciento de su producto interno bruto, y el capital natural representa entre 30 y 50 por ciento de la riqueza total de la mayoría de los países africanos.
Además, África alberga ocho de los 36 puntos críticos de biodiversidad del mundo (regiones biogeográficas con niveles significativos de biodiversidad) y se estima que casi una quinta parte de todas las especies de mamíferos, aves y plantas viven allí.
El biocomercio comprende actividades de recolección, producción, transformación y comercialización de bienes y servicios derivados de la biodiversidad, bajo un conjunto de criterios de sostenibilidad ambiental, social y económica.
Un ejemplo de biocomercio es la mediana empresa Eco-Micaia, que produce miel a la vez que trabaja en la conservación de la Reserva Nacional Chimanimani en Mozambique. Consiguió aumentar la producción de 2,4 a 27 toneladas entre 2014 y 2018, con beneficios para los productores locales.
Otro es la Cooperativa de Mujeres Eudafano, en Namibia, que produce ingredientes derivados de semillas de melón para la industria cosmética nacional e internacional, con beneficios para 2500 mujeres, y sus familias, en 27 comunidades.
El proyecto BioInnovation Africa promueve asociaciones comerciales entre Europa y África para conservación de la biodiversidad. Funciona en Camerún, Madagascar, Namibia y Sudáfrica, y los 18 socios europeos animan 20 cadenas de valor con proyectos que dan empleo a 8000 personas en la gestión de 100 000 hectáreas.
El estudio señala la conveniencia de que en el marco de AfCFTA se destaquen incentivos económicos para el biocomercio, para contribuir a objetivos ambientales como conservación de ecosistemas y lucha contra el cambio climático.
Vivas dijo que otros temas importantes a abordar son “la cooperación en la conservación y el uso sostenible del comercio de vida silvestre, la mitigación y adaptación al cambio climático, así como las opciones para aprovechar el potencial de la economía de los océanos en los países costeros e insulares africanos”.
Entre las recomendaciones de la Unctad está agregar un protocolo al AfCFTA que vincule comercio y ambiente, favorecer el comercio transfronterizo con el derribo de barreras arancelarias y no arancelarias, y abordar una revisión de las normas legales y medidas financieras que deben cambiar para favorecer el biocomercio.
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