El mundo enfrenta una escasez de unas 900 000 parteras, un tercio de la mano de obra de partería necesaria para salvar más de cuatro millones de vidas cada año, destacó este miércoles 5 un informe del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) y la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La crisis generada por la covid-19 ha agravado el déficit, pues las necesidades de salud de la mujeres y los recién nacidos se han visto eclipsadas, la atención de partería se ha interrumpido y las parteras se han desplegado en otros servicios.
El informe del UNFPA y la OMS se realizó con base en datos recolectados en 194 países, y aun cuando algunos son parciales, muestran un panorama que amerita reconocimiento a las necesidades de las mujeres embarazadas y las habilidades de las parteras.
“Una partera capaz y bien capacitada puede tener un impacto enorme en las mujeres en edad fértil y sus familias, un impacto que a menudo se transmite de una generación a la siguiente”, destacó Natalia Kanem, directora general del UNFPA.[pullquote]3[/pullquote]
El informe cita un análisis de la revista científica británica The Lancet, según el cual si se cuenta con todos los servicios brindados por parteras para el año 2035, podrán evitarse 67 por ciento de las muertes maternas, 64 por ciento de las de recién nacidos y 65 por ciento de los mortinatos (bebés que nacen muertos).
En suma, podrían salvarse 4,3 millones de vidas cada año, y se ahorrarían millones de lesiones u otros problemas de salud que sufren las parturientas y los recién nacidos.
Datos de 160 países (ausente Asia del sur) dan cuenta de la existencia de 1 900 000 parteras, entre profesionales, asistentes y no especificadas: 588 000 en el sudeste asiático, 424 000 en Europa, 289 000 en el Pacífico occidental, 259 000 en África, 175 000 en Medio Oriente y 160 000 en América.
Con su actual composición y distribución, la fuerza laboral en salud sexual, reproductiva, materna, neonatal y adolescente podría cubrir 75 por ciento de los requerimientos de atención esencial en el mundo, pero solo 41 por ciento de esas necesidades en los países de bajos ingresos.
Kanem dijo que “en la actualidad el mundo necesita con urgencia 1,1 millones más de trabajadores sanitarios esenciales para brindar atención de salud sexual, reproductiva, materna, neonatal y adolescente, y más de 80 por ciento de estos trabajadores esenciales desaparecidos son parteras”.
La desigualdad de género está presente en este déficit, pues las mujeres representan 93 por ciento de las parteras y 89 por ciento de los trabajadores de enfermería.
El informe sostiene que “la continua falta de recursos de la fuerza laboral de partería es un síntoma de que los sistemas de salud no priorizan las necesidades de salud sexual y reproductiva de mujeres y niñas, y no reconocen el papel de las parteras”.
Ya en 2014 un primer informe sobre el estado mundial de la partería planteó una hoja de ruta para subsanar el déficit, “pero el progreso ha sido demasiado lento durante los últimos ocho años, y al ritmo actual la situación habrá mejorado solo ligeramente para 2030”.
En ese año, con metas de reducir significativamente la mortalidad materna y neonatal dentro de Salud y Bienestar, el ODS 3 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, al ritmo actual habrá un déficit de 900 000 parteras, y de al menos otros 100 000 trabajadores para tareas de salud conexas.
El texto de la OMS y el UNFPA recordó que las parteras no solo atienden los partos, pues también brindan atención pre y posnatal y servicios de salud sexual y reproductiva, como planificación familiar, detección y el tratamiento de infecciones de transmisión sexual y los servicios de salud sexual para adolescentes.
El informe concluye a que para que las parteras logren su potencial de salvar y cambiar vidas, se necesita de parte de los gobiernos una mayor inversión en su educación y capacitación, en la prestación de los servicios que dirigen y en su liderazgo.
A-E/HM