NAIROBI – La comunidad de naciones incrementó notablemente la cobertura de áreas protegidas y conservadas, tanto terrestres como marinas, pero se ha quedado corta en sus compromisos sobre la calidad de esos espacios, asentó este miércoles 19 un informe del Pnuma y la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN).
“Se han logrado grandes avances en el fortalecimiento de la red global de áreas protegidas y conservadas. Sin embargo, designarlas y contabilizarlas no es suficiente”, advirtió Neville Ash, del Centro de Monitoreo de la Conservación en el Pnuma (Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente).
Recordó que esas áreas, cruciales para abordar la pérdida de biodiversidad, “es necesario que se administren y gestionen de manera eficaz y equitativa para que sus múltiples beneficios se aprovechen a escala local y global, y para asegurar un futuro mejor para las personas y el planeta”.
Según el Pnuma y la IUCN, desde 2010 hasta 2020 se sumaron 42 por ciento de los más de 22 millones de kilómetros cuadrados de tierra y 28 millones de kilómetros cuadrados de océano protegidos o conservados, lo que su informe “Planeta Protegido” considera “un progreso notable”.[pullquote]3[/pullquote]
El mundo se acercó a la Meta 11 de Aichi, que previó proteger en 2020 al menos 17 por ciento de la tierra y las aguas continentales, y 10 por ciento del medio marino.
Esas metas, 20 en total, son un conjunto de compromisos sobre la biodiversidad adoptados por 196 países firmantes del Convenio sobre la Diversidad Biológica, durante una conferencia realizada en la provincia japonesa de Aichi, en 2010.
La contabilidad del Pnuma y la UICN indica que hay 22,5 millones de kilómetros cuadrados (16,64 por ciento) de ecosistemas terrestres y aguas continentales, y 28,1 millones de kilómetros cuadrados (7,74 por ciento) de aguas costeras y oceánicas dentro de áreas protegidas y conservadas ya documentadas.
Como hay áreas aún no registradas, probablemente la cobertura terrestre superará el objetivo de 17 por ciento, cuando todos los datos estén disponibles.
Pero “Planeta Protegido” destaca que ahora el desafío es mejorar la calidad tanto de las áreas nuevas como de las existentes, para lograr un cambio positivo para las personas y la naturaleza, ya que la biodiversidad continúa disminuyendo, incluso dentro de muchas áreas protegidas.
Se requiere que lugares importantes para la biodiversidad sean protegidos y conservados, y un tercio de las áreas clave en materia de biodiversidad, en tierra, aguas continentales o el océano, aún carecen de protección alguna, según el informe.
Las áreas protegidas y conservadas también deben estar mejor conectadas entre sí, para permitir que las especies se muevan y los procesos ecológicos funcionen.
Aunque hubo mejoras en tiempos recientes “menos de ocho por ciento de la tierra está protegida y conectada a la vez, una cifra muy por debajo de la proporción de 17 por ciento de la superficie terrestre que está bajo protección”, apuntó el texto.
El informe llama a que, además de designar nuevas áreas, se identifiquen y reconozcan las protegidas y conservadas que ya existen, mediante la contabilización de los esfuerzos de los pueblos indígenas, las comunidades locales y las entidades privadas, y el reconocimiento de sus derechos y responsabilidades.
“Los esfuerzos de conservación de estos custodios siguen siendo infravalorados y subestimados, no obstante la importancia de sus contribuciones para asegurar un futuro para la biodiversidad”, se indicó.
También propone como necesario hacer más para administrar las áreas protegidas y conservadas de manera equitativa, de modo que los costos de conservación no sean asumidos por la población local mientras que otros disfruten de sus beneficios.
“Esto es clave para construir redes de conservación que cuenten con el apoyo y la participación de todas las personas en todas partes”, concluyó el reporte.
A-E/HM