LA HAYA – Un tribunal de Países Bajos dictaminó que la trasnacional de hidrocarburos Shell es una causante del cambio climático y le ordenó reducir drásticamente sus emisiones de dióxido de carbono (CO2), en una sentencia pionera que dio la razón a la organización ecologista demandante, Amigos de la Tierra.
Donald Pols, director de Amigos de la Tierra Países Bajos (Milieudefensie), dijo que “esta es una victoria de dimensiones colosales para nuestro planeta y para nuestros hijos e hijas, es un hito inigualable para lograr un futuro habitable”.
“El tribunal no ha dejado lugar a dudas: Shell es causante del cambio climático y debe poner fin de forma a inmediata a su comportamiento destructivo”, agregó.
Amigos de la Tierra Países Bajos, con el respaldo de 17 379 codemandantes neerlandeses, se querelló ante el tribunal contra Shell argumentando que esa corporación violaba su deber de cuidar el derecho a la vida y el debido al respeto de la vida privada y familiar.
Esas normas están recogidas en el Convenio Europeo para la Protección de los Derechos Humanos y de las Libertades Fundamentales, que data de 1950.
La organización ecologista acusó a Shell de violar los derechos humanos al “socavar conscientemente” las posibilidades de que el planeta permanezca con una temperatura no mayor de 1,5 grados centígrados por encima de los niveles de la era preindustrial, anterior al año 1900.
Esa meta fue fijada para 2050 por 195 naciones que suscribieron en 2015 el Acuerdo de París para la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero.
El CO2, inherente a la industria de hidrocarburos, es uno de los mayores causantes de ese efecto que se traduce en calentamiento global.
Shell, de capital británico y neerlandés, “es una de las 10 empresas más contaminantes del mundo y desde hace más de 30 años es consciente de su contribución al cambio climático”, según Milieudefensie.
A pesar de eso, según la querella, la compañía continuó extrayendo petróleo y gas, e “invirtiendo miles de millones de dólares en la búsqueda y desarrollo de nuevos combustibles fósiles contaminantes. Tan solo en dos años, Shell ha invertido entre 23 000 y 29 000 millones de dólares en energías sucias”.
El tribunal neerlandés que ventiló el litigio dictaminó que Shell es culpable y debe reducir sus emisiones de CO2 en 45 por ciento en un pazo de 10 años.
La petrolera también es considerada responsable de las emisiones de CO2 de sus clientes y proveedores.
Como “la política climática actual de la empresa no es lo suficientemente concreta”, se estableció al difundir el fallo el 26 de mayo que Shell debe comenzar a cumplir la sentencia de inmediato.
El fallo dejó a la compañía una puerta abierta para atenuar sus obligaciones, si compensa sus daños con proyectos que ayuden a la absorción de CO2.
“Esta es una victoria arrolladora para la justicia climática. Ojalá dé lugar a más litigios climáticos contra las grandes empresas causantes del cambio climático y las obligue a dejar de extraer y quemar combustibles fósiles”, dijo Sara Shaw, de Amigos de la Tierra Internacional.
Consideró que también se trata de “una victoria de los pueblos del Sur global que ya están haciendo frente a impactos climáticos devastadores”.
Roger Cox, abogado de los querellantes, opinó que se trata de “un punto de inflexión en la historia. Esta demanda es única porque es la primera vez que un tribunal obliga a una gran empresa contaminante a cumplir con el Acuerdo de París, y tendrá consecuencias para otras grandes empresas contaminadoras”.
Hay precedentes de que los tribunales neerlandeses respalden causas ecologistas. Una corte falló en enero contra una filial de Shell en Nigeria, obligándola a compensar económicamente a agricultores afectados por vertidos de petróleo ocurridos en 2004 y 2005.
En 2019 el Tribunal Supremo confirmó, a pedido de la fundación ecologista Urgenda, sentencias previas que ordenaban al gobierno reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero al menos 25 por ciento respecto de los niveles de 1990.
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