Las solicitudes de asilo en el sur de México, principalmente de personas que huyen de la violencia en América Central, están alcanzando niveles récord en lo que va de año, informó este martes13 un reporte de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur).
La mayoría de las solicitudes “están relacionadas con la violencia que afecta a cientos de miles de personas en ciertos lugares de América Central, incluidas amenazas, reclutamiento forzado, extorsión, violencia sexual y asesinatos”, indicó Acnur desde su sede central en esta ciudad suiza.
En el primer trimestre de 2021, la gubernamental Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) registró 22 606 nuevas solicitudes de asilo, 31 por ciento más que en el primer trimestre de 2020 y un aumento de 77 por ciento con respecto al mismo período en 2019.
Marzo de 2021 marcó un máximo histórico para las solicitudes de asilo mensuales, ya que llegaron a 9076.
Este aumento refleja la tendencia ascendente previa a la pandemia covid-19, la cual comenzó en 2014 y continúa mientras el país expande su capacidad para procesar las solicitudes de asilo e integrar a las personas refugiadas.
Entre 2014 y 2019, el número de solicitudes de asilo registradas en México aumentó de 2137 a 70 302, un incremento de más de 3000 por ciento.
El año pasado hubo una pausa en los incrementos, por las restricciones de movimiento y cierre de fronteras relacionadas con la covid, pero a medida que los países flexibilizaron restricciones las solicitudes reanudaron la tendencia ascendente.
Josep Herreros, oficial de protección de Acnur, dijo en México que los solicitantes provenientes de América Central huyen principalmente de la violencia generada por las maras, las grandes pandillas que actúan en El Salvador, Honduras y Guatemala, y de la limitada capacidad de los Estados para proveerles protección.
Por ejemplo, “muchos de los hondureños son personas de la economía informal, taxistas, conductores de camionetas, a quienes las pandillas de los barrios en los que trabajan les obligan a pagar extorsiones. Al final no pueden mantener sus trabajos, dejan de pagar, la pandilla les amenaza y terminan huyendo”, dijo Herreros.
“Son familias que tienen hijos adolescentes, chicos jóvenes, que la pandilla quiere reclutar forzadamente; también tienen niñas adolescentes víctimas de violencia sexual y acoso por parte de las pandillas”, agregó el responsable.
La Acnur dijo que el aumento de solicitudes “también muestra los importantes esfuerzos que está haciendo México para ofrecer protección a quienes huyen para salvar sus vidas”, y pidió más respaldo para las tareas de la Comar.
La agencia ha ayudado a impulsar la capacidad de la Comar para el registro y procesamiento de casos, ampliado sus propios programas para asistir a los solicitantes, y apoyado a quienes son refugiados para que se integren en sus comunidades de acogida.
También contribuyó a incrementar la capacidad de más de 30 albergues de la sociedad civil, completó la construcción de uno con 300 camas en la ciudad de Tapachula, en el sudoriental estado de Chiapas, y construye otros dos, uno en Chiapas y otro en la norteña ciudad de Monterrey.
Más de 70 por ciento de las solicitudes de asilo en México se realizan en el sur, especialmente en Chiapas, fronterizo con Guatemala.
El reporte de Acnur observó que aunque México alguna vez fue considerado un país de tránsito para muchas de quienes huían de América Central, el aumento en las solicitudes de asilo confirma que también se ha convertido en un lugar donde muchas personas refugiadas pueden encontrar protección y empezar de nuevo sus vidas.
Después de los centroamericanos, la mayoría de los solicitantes de asilo en México son cubanos, haitianos y venezolanos.
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