El uso exagerado del plástico durante la pandemia covid-19 afecta de manera desproporcionada a personas, grupos y pueblos en situaciones vulnerables, y pone en riesgo sus derechos básicos, salud y bienestar, planteó el Pnuma en un informe divulgado este miércoles 31.
Se trata de “un aumento asombroso” en el uso de desechables como mascarillas y protectores faciales, guantes, trajes médicos protectores, kits de prueba, botellas y recipientes de comida o empaques de entrega, entre otros, indicó el informe del Pnuma (Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente).
Por ejemplo, las ventas globales de mascarillas desechables podrían haber alcanzado unos 166 000 millones de dólares en 2020, un aumento de 200 veces en comparación con 2019, cuando se vendieron 800 millones de dólares.
Si la población mundial usara la misma cantidad de mascarillas y guantes que se usaron en Italia en la primavera boreal de 2020, se consumirían 129 000 millones de mascarillas y 65 000 millones de guantes mensualmente en todo el planeta, fue otro ejemplo del informe difundido desde esta capital.
En Singapur, durante un cierre de ocho semanas, se generaron 1470 toneladas adicionales de desechos plásticos solo a partir de envases para llevar. En Teherán los desechos médicos de los hospitales aumentaron de entre 52 y 74 toneladas diarias a entre 80 y 110 toneladas cada día, durante los primeros meses de pandemia.
En Wuhan, en China, los desechos médicos aumentaron seis veces, a 240 toneladas por día durante la pandemia, sobrecargando la capacidad de incineración de la ciudad, de 49 toneladas diarias. Un solo hospital en Jordania multiplicó por 10 sus desechos médicos diarios, atendiendo solo 95 pacientes por covid.
Por otro lado, las medidas de confinamiento redujeron la demanda de petróleo, empujando sus precios a mínimos históricos. Como resultado, el costo de producir plásticos vírgenes puede ser menor que el de los materiales reciclados, y ya hay empresas de reciclaje en apuros en varios países.
Si las cifras históricas indican el futuro, menos de 10 por ciento de los plásticos utilizados durante la pandemia se reciclarán alguna vez, y más del 70 por ciento llegarán a los vertederos o al ambiente, con el agravante de que el coronavirus puede sobrevivir en superficies plásticas hasta tres días.
De 1950 a 2015, se produjeron 8300 millones de toneladas métricas de nuevos plásticos, y si estas tendencias continúan, para 2025, habrá suficiente plástico para cubrir cada metro de costa en todo el mundo con 100 bolsas.
La contaminación plástica impacta el ambiente marino y las comunidades humanas. En particular, las comunidades vulnerables soportan de manera desproporcionada las consecuencias de la degradación ambiental causada por la contaminación por plásticos, desde la producción hasta los desechos, insistió el Pnuma.
Los plásticos, que se componen principalmente de monómeros derivados de hidrocarburos fósiles, no son biodegradables. Cuando se desechan, no se descomponen ni se asimilan mediante procesos biológicos, y aún divididos en pedazos cada vez más pequeños conservan muchas de sus propiedades originales.
Desde la extracción de petróleo hasta la eliminación de plástico, existen tres impactos externos principales: degradación del ecosistema debido a fugas, especialmente en el medio marino, emisiones de sustancias tóxicas en la producción y la incineración de materiales, e impactos en la salud y ambiente.
El informe resaltó que el empleo “omnipresente” de plásticos de un solo uso es un tema de justicia ambiental, pues perjudica a los más vulnerables, y “planteará obstáculos sustanciales para cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible”.
Se afectan en particular los ODS 1 y 2, erradicación de la pobreza y hambre cero, el 14, protección d ecosistemas marinos, y el 16, sobre acceso a la justicia para todos, así como la vida de los ecosistemas terrestres y los espacios urbanos.
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