Unos pocos países en desarrollo muestran una mayor capacidad para utilizar, adoptar y adaptar las tecnologías de vanguardia de lo que sugiere su producto bruto por persona, pero la mayoría están rezagados, indicó el Informe sobre Tecnología e Innovación 2021 de la Unctad, publicado este jueves 25.
Esas tecnologías de vanguardia o frontera “están redefiniendo nuestro mundo, especialmente nuestro futuro post-pandémico”, dijo, en alusión a la crisis de la covid-19, Shamika Sirimanne, directora de tecnología en la Unctad (Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo).
Las tecnologías de frontera son aquellas que aprovechan la digitalización y la conectividad. Incluyen la inteligencia artificial (IA), el internet de las cosas, los macrodatos (big data), las cadenas de bloques (blockchain), la telefonía de quinta generación (5G) y la impresión 3D (impresión tridimensional).
Igualmente, se incluyen la robótica, los drones, la edición de genes, la nanotecnología y la energía solar fotovoltaica.[pullquote]3[/pullquote]
Todas esas tecnologías ya representan un mercado de 350 000 millones de dólares, y para 2025 podría crecer hasta superar 3,2 billones (millones de millones) de dólares, estimó la Unctad.
El informe proporciona un “índice de preparación de los países”, que evalúa el progreso de las 158 naciones examinadas en el uso de las tecnologías de vanguardia, teniendo en cuenta sus capacidades nacionales relacionadas con la inversión física, el capital humano y el esfuerzo tecnológico.
Califica a los países en función de su preparación para las tecnologías de vanguardia sobre la base de cinco elementos: despliegue de las TIC (tecnologías de información y comunicación), competencias, investigación y desarrollo (I+D), actividad industrial y acceso a la financiación.
El índice destaca a los países en desarrollo que obtienen mejores resultados en las tecnologías de vanguardia de lo que sugiere su PIB per cápita. El “exceso de rendimiento” o sobreposición se mide como la diferencia entre la clasificación real del índice y la clasificación estimada en función de la renta per cápita.
El país que más supera su posición estimada es India, cuya clasificación real en el índice fue de 43, mientras que la estimada en función de la renta per cápita fue de 108. Por lo tanto, obtuvo un exceso de rendimiento de 65 posiciones en la tabla.
Le sigue Filipinas, que obtuvo un rendimiento superior en 57 posiciones, seguida a su vez por Ucrania (47), Vietnam (45), China (40), Jordania (34), Brasil y Moldavia (33) y Sudáfrica y Túnez, con 29 posiciones de “exceso” en el índice con relación a su PIB ppor habitante.
El lugar destacado de Filipinas refleja los altos niveles de inversión extranjera directa en la fabricación de alta tecnología, sobre todo en la electrónica. “Las empresas multinacionales se sienten atraídas por las fuertes cadenas de suministro del país y la sólida base de fabricación de piezas”, según la Unctad.
También por sus políticas favorables a las empresas, junto con una mano de obra calificada y bien formada, y una red de zonas económicas.
China e India obtienen buenos resultados por sus inversiones en investigación y desarrollo, lo que se refleja en abundante oferta de recursos humanos calificados y altamente capacitados, disponibles a un costo comparativamente bajo, y porque son grandes mercados locales, atractivos para la inversión empresarial.
Según el índice, Estados Unidos, Suiza y Reino Unido son los países mejor preparados para las tecnologías de vanguardia, y la mayoría de los otros mejores son de Europa, más Corea, Singapur y Rusia, considerada economía en transición.
Isabellle Durant, secretaria general en funciones de la Unctad, dijo que “es fundamental que los países en desarrollo no pierdan la ola de las tecnologías de vanguardia, pues de lo contrario se profundizarán aún más las desigualdades”.
“Por ello, las sociedades y los sectores productivos deben estar bien preparados y crear las capacidades necesarias”, agregó la responsable.
La Unctad recomienda a los países en desarrollo adoptar tecnologías de vanguardia y diversificar sus bases de producción mediante el dominio de muchas tecnologías existentes, reforzando sus sistemas de innovación.
Sirimanne dijo que también deberían alinear sus políticas de ciencia, tecnología e innovación con las políticas industriales, pues “las nuevas tecnologías pueden revitalizar los sectores productivos tradicionales y acelerar la industrialización y la transformación estructural de la economía”.
A-E/HM