Disparos de artillería sobre zonas pobladas, ataques deliberados contra civiles, ejecuciones extrajudiciales y saqueos generalizados componen el cuadro de la guerra civil en Tigray, la región norte de Etiopía, denunció este martes 22 la alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet.
“Hemos recibido denuncias sobre violaciones de los derechos humanos y del derecho internacional humanitario, incluidos ataques de artillería en zonas pobladas, ataques deliberados contra civiles, ejecuciones extrajudiciales y saqueos generalizados”, declaró Bachelet desde su oficina en esta ciudad suiza.
Decenas de miles de civiles han huido precipitadamente al vecino occidental, Sudán, desde que se iniciaron las hostilidades la primera semana de noviembre, y en la región de Tigray peligra la situación de unos 96 000 refugiados de conflictos en otro vecino, Eritrea, la mayoría de ellos concentrados en cuatro campamentos.[pullquote]3[/pullquote]
Las agencias de la ONU tratan de asistir a los refugiados que llegan a suelo sudanés mientras demandan a los beligerantes, en particular al gobierno central etíope que cortó los servicios de comunicaciones con Tigray, que permitan el ingreso de ayuda humanitaria y excluyan a los civiles de la confrontación.
“Si bien acogemos con beneplácito la declaración del gobierno etíope de que habrá un acceso humanitario sin obstáculos, según el acuerdo con la ONU firmado el 29 de noviembre, esto debe ser en todas las áreas de Tigray donde los civiles se han visto afectados por los combates”, dijo Bachelet.
El lunes 21 pudieron ingresar a Tigray misiones de evaluación humanitaria, pero la Cruz Roja, la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) y otras entidades humanitarias quieren que se facilite su acceso a toda la región, de 50 000 kilómetros cuadrados y 5,4 millones de habitantes.
Debido a las restricciones actuales, la oficina de Bachelet “no está en condiciones de verificar los informes sobre el terreno, pero ha recibido información coherente que apunta a violaciones de derechos humanos y del derecho internacional humanitario por todas las partes en el conflicto”.
Protagonizan los choques el Frente Popular de Liberación de Tigray, que mantuvo el gobierno regional durante años, contra el ejército nacional etíope, con órdenes de liquidar la rebelión impartidas por el primer ministro Abiy Ahmed, quien recibió en 2019 el Premio Nobel de la Paz, tras poner fin a la guerra con Eritrea.
Pero en las zonas de conflicto también actúan milicias que han protagonizado masacres, saqueos e incendios contra poblaciones civiles de etnias diferentes.
La oficina de derechos humanos de la ONU recogió testimonios que describieron ataques con artillería en la ciudad de Humera, en la frontera con Eritrea, entre el 9 y 11 de noviembre, y la toma de la ciudad por el ejército etíope, presuntamente matando a civiles y saqueando el hospital, bancos, negocios y viviendas.
Otro informe recogió que en la ciudad de Adigrat los ataques de artillería obligaron a muchas familias a huir a las montañas, donde quedaron atrapadas en intensos combates entre el 20 y el 24 de noviembre y muchas personas perecieron.
El tercero y más impactante incidente ha sido el presunto asesinato en masa de varios cientos de personas, en su mayoría de la etnia amhara, el 9 de noviembre en Mai Kadra, en el oeste de Tigray.
Mientras, algunos informes responsabilizan a la milicia amhara “Fano” de asesinar civiles y protagonizar saqueos, y también informan la presencia de fuerzas de Eritrea en Tigray, participando en hostilidades y en violaciones del derecho internacional.
Según la oficina de Bachelet, es probable que estas denuncias reportadas sean solo la punta del iceberg con respecto al alcance y la gravedad de las violaciones del derecho internacional humanitario y demás derechos humanos.
“Si una parte o partes en el conflicto mataran deliberadamente a civiles, estos homicidios equivaldrían a crímenes de guerra y son necesarias investigaciones independientes, imparciales, exhaustivas y transparentes para establecer la rendición de cuentas y garantizar la justicia”, dijo Bachelet.
Lo que ha sucedido en Tigray durante las últimas siete semanas “es tan desgarrador como espantoso. A pesar de los esfuerzos iniciales del gobierno de Etiopía para brindar ayuda humanitaria en algunas áreas, es vital que se brinde asistencia para salvar vidas a todas las poblaciones civiles”, concluyó la responsable de la ONU.
A-E/HM