Las autoridades cubanas desplegaron una inusual visibilidad en medios de comunicación y hasta en las redes sociales sobre su respuesta a la violencia machista, durante los 16 días de activismo mundial contra este problema agravado en 2020, como consecuencia de la covid.
El aislamiento en la mayor parte del año por la pandemia provocó un incremento global de los casos de maltrato de género, sobre todo el que sucede dentro de los hogares. Incluso en la isla caribeña estimaciones de la sociedad civil indican este efecto aunque hasta el momento no hay cifras oficiales públicas al respecto.
“Tenemos que eliminar cualquier vestigio que quede en nuestra sociedad de violencia o de discriminación hacia las mujeres”, aseguró el presidente Miguel Díaz-Canel en la primera postal publicada en las redes sociales por la Campaña Junt@s por la No Violencia, iniciativa de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC).
La campaña, primera de su tipo presentada por el mecanismo nacional para el adelanto de las mujeres, se anuncia como la primera fase de un esfuerzo mucho más amplio que, con el mensaje de Tolerancia Cero, acompañará la Estrategia Integral Cubana de Prevención y Atención a la Violencia de Género e Intrafamiliar.
Las acciones suceden a la aprobación en 2019 de una nueva Constitución que reconoce la responsabilidad del Estado en la protección de todas las personas “de la violencia de género en cualquiera de sus manifestaciones y espacios” y en la creación de los mecanismos institucionales y legales para ello.
“En pandemia y en medio del confinamiento, se ha disparado el número de mujeres que han sido víctimas de maltrato”, dijo a IPS la activista feminista Mariana Camejo. “Por eso estos 16 días de activismo tienen una importancia mucho más grande: es necesario que se luche más contra este problema”, sostuvo, en un diálogo en esta capital.
“Luchar contra la violencia de género en Cuba es ir contra un enemigo invisible, pero existente”, indicó por su parte Jessica Sabina, que es profesora universitaria en la ciudad de Santa Clara, en la región del centro cubano. “La mujer en Cuba sigue siendo considerada un sujeto en segundo plano, con estereotipos enraizados”, evaluó.
En tanto, la campaña por la no violencia hacia mujeres Evoluciona, coordinada por el no gubernamental Centro Oscar Arnulfo Romero, dedicó su programa por los 16 días de activismo a reforzar las acciones en la nueva normalidad poscovid para la prevención y atención de este problema.
Un creciente activismo desde 2019, el efecto de la pandemia y la visibilización de hechos violentos por un mayor acceso a Internet en la isla caribeña, componen un coctel al que se suma más divulgación en medios de prensa estatales y redes sociales de las acciones realizadas desde la FMC e instituciones de gobierno.
En noviembre fue presentado en diferentes espacios los objetivos del Programa Nacional para el Adelanto de las Mujeres (PAM), que actualiza el Programa Nacional de Seguimiento a la Plataforma de Acción de Beijing (1997). Aprobado por el Consejo de Ministros, el documento se publicará en la Gaceta Oficial como decreto presidencial.
“Este programa constituye la piedra angular para las políticas públicas para la mujer en Cuba”, indicó Teresa Amarelle, secretaria general de FMC, sobre el documento que incluye de forma horizontal la prevención y atención a la violencia machista.
Amarelle habló en la inauguración de la VIII Conferencia Mujer, Género y Derecho, que se desarrolló del 25 al 27 de noviembre en La Habana, como cada año, aunque por primera vez en esta edición incluyó algunas transmisiones en vivo por redes sociales del encuentro presencial que se realizó para un reducido grupo.
La funcionaria informó que se trabaja en cómo incluir cuestiones de género, en especial la violencia, en normas jurídicas a reformar en el calendario legislativo hasta 2022 como el Código de las Familias, Código Penal, Ley de Procedimiento Penal y Ley de Salud Pública.
Trascendió que el PAM se enfoca a siete áreas: empoderamiento económico de las mujeres, los medios de comunicación; la educación, prevención y trabajo social; el acceso a la toma de decisiones; legislación y derecho, salud sexual y reproductiva y, por último, a generar estadísticas e investigaciones.
Una de las cuestiones más esperadas del PAM es conocer cómo la reforma legislativa para implementar la nueva Constitución de 2019 incluirá la violencia de género, una interrogante que cobró fuerza entre la ciudanía cuando, en noviembre del pasado año, 40 ciudadanas presentaron al parlamento una petición de ley integral.
“Sabemos que estamos inmersos en un cronograma legislativo, en el que se evalúa la modificación de un grupo de normativas donde este tema está en agenda”, dijo la vicefiscala general Alina Montesino, en la edición del 26 de noviembre del programa televisivo Mesa Redonda Informativa.
“Ese cronograma es flexible y podría determinarse si sale esa ley que algunos reclaman”, indicó la jurista, quien enfatizó en la capacitación en género que harán para decisores y funcionarios, algo establecido en varios países latinoamericanos para evitar la revictimización y hasta violencia institucional hacia las mujeres que piden ayuda.[related_articles]
Montesino reveló que, en 2019, la fiscalía atendió más de 150.000 ciudadanos, de los cuales 29 por ciento eran mujeres. De ellas, siete por ciento reclamaba temas de derechos, entre ellos problemas de maltratos. No obstante, se desconocen los efectos en ese sentido del confinamiento por la covid.
En un hecho sin precedentes en la historia de las últimas décadas, el gobierno de Cuba reconoció en su primer Informe Nacional sobre la implementación de la Agenda 2030 la incidencia en 2016 de 0,99 feminicidios por 100 000 adolescentes y mujeres cubanas de 15 y más años.
El Anuario Estadístico de Salud publica anualmente la cifra de muertes violentas, pero no identifica cuántas corresponden a violencia de género.
A partir de información aparecida en las redes sociales y de medios independientes, la corresponsalía de IPS en Cuba ha confirmado la existencia de 29 presuntos feminicidios durante 2020, incluidas tres niñas vinculadas con esos asesinatos por razón de género. Del total, al menos 12 de estos crímenes ocurrieron en condiciones de aislamiento social por la covid.
Temas que con anterioridad se abordaban apenas en círculos especializados y a puertas cerradas se han colocado en la agenda pública como la necesidad o no de una ley integral contra la violencia de género en Cuba, la urgencia de refugios temporales para mujeres y sus descendientes, y de sistemas integrales de atención, entre otros.
ED: EG