Hidroelectricidad comunitaria ilumina caseríos salvadoreños

Neftalí Membreño (D), encargado del cuarto de máquinas, revisa el funcionamiento de la turbina y el generador de la minicentral hidroeléctrica del caserío Potrerillos, en el municipio de Carolina, en el departamento de San Miguel, en el este de El Salvador. Esta pequeña comunidad rural, donde viven unas 24 familias, logró en 2006 instalar una pequeña presa para autoabastecerse de electricidad y a bajo costo. Foto: Edgardo Ayala/IPS - Hidroelectricidad comunitaria ilumina caseríos salvadoreños
Neftalí Membreño (D), encargado del cuarto de máquinas, revisa el funcionamiento de la turbina y el generador de la minicentral hidroeléctrica del caserío Potrerillos, en el municipio de Carolina, en el departamento de San Miguel, en el este de El Salvador. Esta pequeña comunidad rural, donde viven unas 24 familias, logró en 2006 instalar una pequeña presa para autoabastecerse de electricidad y a bajo costo. Foto: Edgardo Ayala/IPS

Los habitantes de Potrerillos, un caserío localizado en el noreste de El Salvador, trabajaron duro para lograr algo que muchos dudaban podían realizar: aprovechar las aguas del río Carolina para instalar una minicentral hidroeléctrica comunitaria, que les abastece de energía barata y en forma sostenible.

El proyecto llegó en 2005 a esa aldea del municipio de Carolina, en el oriental departamento de San Miguel, y comenzó a funcionar en 2006. Beneficia a 40 familias no solo de esa comunidad sino también del caserío Los Lobos, del pueblo vecino de San Antonio del Mosco.

Para que el proyecto se materializara, se contó con la asistencia de la asociación Saneamiento Básico, Educación Sanitaria y Energías Alternativas (Sabes). El financiamiento de la obra lo aportó el gobierno de la comunidad autónoma de Navarra, de España, y el del equipo electromecánico, la Alianza en Energía y Ambiente con Centroamérica.

El costo total de la pequeña planta es de 120 000 dólares.

El diseño incluyó un aspecto de sostenibilidad ambiental: el agua que mueve la turbina regresa al río, de modo que su caudal no se ve afectado por el funcionamiento de la minicentral.

Los habitantes de Potrerillos, la mayoría campesinos dedicados a la agricultura de subsistencia, han visto una mejoría en sus vidas con la llegada de la electricidad.

Atrás han quedado los días en que las noches eran iluminadas con velas y candiles, y ahora pueden disfrutar de las ventajas que da la energía: un programa de televisión, un refresco bien frío o cargar sus teléfonos celulares en casa, sin necesidad de ir a Carolina, como antes.

Una ventaja importante es el costo de la energía: un hogar paga entre 2 y 5 dólares al mes, mientras que en los pueblos vecinos la factura mensual ronda los 25 dólares.

Lo cuentan los protagonistas a IPS los y las protagonistas de este esfuerzo colectivo, que han visto como una miniplanta eléctrica mejoró su vida cotidiana y su economía, en el noreste de este país centroamericano de 6,8 millones de personas.

(Puede encontrar mayor información en este articulo de IPS)

ED: EG 

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