Madres y niños pueden morir, y no por covid, en América Latina

Madres con sus bebés dejan de acudir a consultas de salud por cierre de algunos de esos servicios, dificultades de transporte o miedo al coronavirus, lo que incrementa el riesgo de contraer enfermedades y morir. Foto: BM
Madres con sus bebés dejan de acudir a consultas de salud por cierre de algunos de esos servicios, dificultades de transporte o miedo al coronavirus, lo que incrementa el riesgo de contraer enfermedades y morir. Foto: BM

La suspensión o el cierre de servicios esenciales de salud, y no la infección con el virus de la covid-19, puede causar la muerte en América Latina y el Caribe de hasta 28 000 madres y 168 000 recién nacidos, proyectó un estudio publicado este martes 29 con auspicio de agencias del sistema de Naciones Unidas.

Ese riesgo obedece a “la suspensión parcial o total de los servicios de salud sexual, reproductiva y pediátrica; las dificultades de acceso por la falta de transporte público; el miedo a exponerse al coronavirus; y al aumento de la malnutrición causada por la pobreza”, señaló la autora del informe, Arachu Castro.

De manera que “miles de mujeres, niños, niñas y adolescentes corren el riesgo de morir por falta de atención en salud, y no por covid-19”, dijo Castro, investigadora de la estadounidense Universidad de Tulane y experta en salud pública.

Ese panorama revertiría avances de años en reducción de la mortalidad de mujeres y niños en la región, apuntó el estudio auspiciado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).[pullquote]3[/pullquote]

Castro recordó que “la mayoría de los países había logrado disminuir la mortalidad causada por el embarazo, parto y postparto y la de menores de 5 años a los niveles recomendados por los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)”.

En el ODS 3, “Garantizar una vida sana y promover el bienestar para todas las edades”, la meta 3.2. planteó hacia el año 2030 colocar la muerte de recién nacidos en menos de 12 por 1000, y la de menores de cinco años en menos de 25 por 1000.

En esta región donde cada año nacen 10,5 millones de niños, la muerte de casi 200 000 personas entre madres y recién nacidos puede presentarse por ejemplo con la reducción de 10 por ciento en servicios esenciales materno-infantiles.

Castro llamó la atención acerca de que de esos 30 000 niños que nacen cada día en la región, 4800 son de madres adolescentes.

Sostuvo que el aumento del hambre en medio de la pandemia lleva a la malnutrición de las embarazadas y los niños, causando el posible retraso del crecimiento intrauterino, así como la desnutrición aguda y crónica durante la niñez, e  incrementando el riesgo de muerte por enfermedades infecciosas.

Además, hasta junio de 2020 se redujo a la mitad la demanda de servicios de vacunación en los 38 países de la región, y al menos 18 reportaron dificultades en la obtención de inmunizaciones, e insumos como jeringuillas, por dificultades en el transporte y el cierre de fronteras.

En algunas semanas, el exceso de muertes con respecto a los promedios se estimó en 185 por ciento en Perú, 219 por ciento en México y 242 por ciento en Ecuador, debidas tanto a la covid como a causas indirectas por la disminución de provisiones de salud y de la utilización de esos servicios.

Otra cara del problema es que más personas con síntomas buscando atención colapsan los establecimientos de salud, en particular si requieren atención crítica. Las camas de cuidados intensivos han sido insuficientes en Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Panamá o Perú.

Algunos países designaron hospitales exclusivos para personas con covid, interrumpieron otros programas de salud y reubicaron a una parte de los trabajadores del área en los hospitales más sobrecargados, lo que ha desabastecido de personal e insumos a otros establecimientos.

El informe subraya la necesidad de restablecer lo antes posible los servicios esenciales de salud, reforzar la estrategia de atención primaria e incrementar el gasto público en salud más allá del inmediato para enfrentar la pandemia.

Según Castro, han sido países como Costa Rica, Cuba y Uruguay, que antes de la pandemia priorizaron la inversión en salud pública y atención primaria, los mejor preparados para prevenir más muertes por causas distintas a la covid.

Finalmente, recomendó a los países que las políticas públicas se establezcan con perspectiva de género para que tengan prioridad las mujeres, quienes en su mayoría se encargan de cuidar a los niños, así como las personas mayores, las personas con discapacidad y aquellas que sufren violencia por parte de sus parejas.

A-E/HM

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