La alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, pidió a Turquía que intervenga para detener los crímenes atribuidos a sus aliados en el norte de Siria.
“Pido a las autoridades turcas que respeten el derecho internacional y se aseguren de que cesen las violaciones cometidas por los grupos armados bajo el control efectivo de Turquía”, declaró Bachelet.
En áreas donde se imponen grupos armados pro-Ankara, la oficina de Bachelet “ha observado un patrón alarmante en los últimos meses de violaciones graves, y se han documentado secuestros, traslados ilegales de personas, confiscaciones de tierras y propiedades, y desalojos forzosos”.
Su declaración mencionó las ciudades de Afrin, al noroeste, Ras al Ain, al noreste, y Tel Abyad, en el centro-norte junto a la línea fronteriza turco-siria. Las víctimas “incluyen personas que se perciben como aliadas con partidos opositores o críticas con las acciones de los grupos armados afiliados a Turquía”.
También incluyen a personas consideradas lo suficientemente ricas como para pagar demandas de rescate y, además, “el aumento de las luchas internas entre los diversos grupos armados afiliados a Turquía por el reparto del poder sigue causando víctimas civiles y dañando la infraestructura civil”.
En el norte sirio actúan el ejército turco y grupos aliados; rebeldes que se baten contra el gobierno de Damasco, cuyas fuerzas militares presionan para recuperar el control de la zona; e independentistas kurdos, un pueblo que habita en entre Irán, Iraq, Siria y Turquía y tiene grupos que hacen lucha armada contra Ankara.
La oficina de Bachelet dijo que entre el 1 de enero y el 14 de septiembre de 2020 verificó la muerte de al menos 116 civiles como resultado de artefactos explosivos improvisados utilizados por perpetradores no identificados. Entre los muertos había 15 mujeres, 20 niños y dos niñas, y 463 civiles resultaron heridos.
También documentó el secuestro y desaparición de civiles, incluidas mujeres y niños, entre otras graves violaciones de derechos humanos. Se desconoce la suerte de algunos de estos detenidos y secuestrados.
Agregó que grupos armados pro Turquía también se han apoderado y saqueado casas, tierras y otras propiedades privadas y comerciales de personas sin ninguna necesidad militar aparente, y han ocupado muchas de ellas con sus propias familias.
Las personas cuyos derechos fueron violados “tienen derecho a protección y reparación. En este sentido, insto a Turquía a que inicie de inmediato una investigación imparcial, transparente e independiente sobre los incidentes que hemos verificado”, dijo Bachelet.
“Recuerdo a todas las partes en el conflicto de Siria que la protección de la vida civil sigue siendo primordial en todas las circunstancias. El flagrante desprecio por la seguridad de los civiles va en contra de los derechos humanos y las obligaciones del derecho internacional humanitario”, agregó Bachelet.
También expresó preocupación porque las partes en el conflicto en Siria utilizan como arma servicios esenciales, como el agua y la electricidad.
Es el caso de grupos pro Turquía que interrumpen el suministro de agua hasta a un millón de habitantes en la ciudad de Al Hassakeh, y en contrapartida las Fuerzas Democráticas Sirias, lideradas por los kurdos, cortan el servicio de electricidad a las estaciones de bombeo.
“Impedir el acceso al agua, el saneamiento y la electricidad pone en peligro la vida de un gran número de personas, un peligro que se vuelve aún más grave en medio de la lucha contra una pandemia mundial”, afirmó Bachelet.
Por eso, insistió en llamar a todas las partes que actúan en ese conflicto “para que se aseguren de que las personas civiles y los bienes e infraestructura civiles estén protegidos de los ataques y los efectos de las hostilidades”.
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