América Latina y el Caribe no tiene más alternativa, para mitigar los efectos sociales y económicos de la covid-19, que avanzar hacia un modelo de desarrollo más sostenible y con mayor integración, advirtió este viernes 3 un informe de la Cepal.
La economía de la región se contraerá este año, al menos -1,8 por ciento, como consecuencia de la pandemia causada por el coronavirus, pero no se descarta una recesión de tres o cuatro puntos porcentuales, según el reporte de la Cepal (Comisión Económica para América Latina y el Caribe, de las Naciones Unidas).
Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Cepal, dijo al presentar el informe que “el mundo se encuentra ante una crisis humanitaria y sanitaria sin precedentes en el último siglo en un contexto económico ya adverso. A diferencia de la de 2008, esta no es una crisis financiera sino de personas, producción y bienestar”.
El informe indicó que la crisis impactará directamente en las tasas de mortalidad y en los sistemas de salud de la región, débiles, fragmentados y con infraestructura insuficiente para garantizar el acceso universal a la salud que se necesita para hacer frente a la pandemia.
La presión sobre los sistemas de salud impactará significativamente a las mujeres, pues son 72,8 por ciento del total de personas ocupadas en este sector.
Los efectos indirectos se materializarán por el lado de la oferta y la demanda en la economía, y ya se sienten en la región a través de cinco canales externos de transmisión del impacto de la crisis, según señaló Bárcena.
En primer lugar, la disminución de la actividad económica en los principales socios comerciales y sus efectos sobre los productos que exporta la región.
Al disminuir la actividad en los principales mercados, caen los precios de los productos primarios que la región exporta, lo que implica merma de ingresos. Se prevé que el valor de las exportaciones regionales caerá 10,7 por ciento este año.
En tercer lugar, se interrumpen las cadenas globales de valor, afectando la actividad comercial y la provisión de insumos y materiales para la producción regional.
La parálisis que afecta la vida diaria de miles de millones de personas se traducirá en menos demanda de servicios de turismo, actividad central para países como los del Caribe, y, finalmente, se intensificará la aversión al riesgo, con merma de inversiones y empeoramiento de las condiciones financieras internacionales.
Ante la emergencia sanitaria “es imperativo aplicar inmediatamente y de manera eficiente las medidas de contención sugeridas por la Organización Mundial de la Salud, fortalecer los sistemas de salud y garantizar acceso universal a pruebas, medicamentos y curas”, asentó el informe.
Para abordar la emergencia social “son necesarias medidas de protección de los ingresos para los grupos más vulnerables, medidas de protección del empleo, como los subsidios de desempleo e ingreso básico de emergencia, y medidas de apoyo a las pequeñas y medias empresas y a los trabajadores por cuenta propia”.
En los casos particulares de Cuba y Venezuela, la Cepal pidió levantar las sanciones impuestas “para permitir su acceso a alimentos, suministros médicos y pruebas de covid-19 y asistencia médica. Es tiempo de solidaridad, no de exclusión”.
En el campo económico, en materia fiscal se deben reorganizar los presupuestos, con paquetes de estímulo fin fortalecer los sistemas de salud, proteger los ingresos y minimizar la contracción de la economía.
En el área monetaria “hay que procurar la estabilización de los tipos de cambio y preservar la solvencia y el funcionamiento del mercado bancario”.
También se necesita cooperación financiera internacional, reconsiderando las políticas de préstamos concesionales, facilitar créditos con bajo interés y postergar el servicio de la deuda de los países en desarrollo, incluidos los de renta media.
Bárcena dijo que “dadas las asimetrías entre los países desarrollados y en desarrollo, el papel de la ONU, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial será esencial para garantizar el acceso al financiamiento y sostener el gasto social y la actividad económica con medidas innovadoras”.
La Cepal defiende con énfasis que “la integración es crucial para enfrentar la crisis”: los países de la región tienen capacidades productivas poco sofisticadas y fragmentadas, por lo que se requiere escalar las capacidades nacionales y regionales, principalmente en la producción y provisión de bienes de primera necesidad.
“La única opción estratégica en el mediano plazo para mitigar los efectos de la covid-19 en la región es avanzar hacia un nuevo modelo de desarrollo, más sostenible, a través de una mayor integración”, subrayó el organismo de la ONU.
Finalmente, se anunció que la Cepal ha puesto en marcho un observatorio de covid-19, para presentar información actualizada de las políticas que adopte cada país en el marco de la actual pandemia.
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