Millones de personas refugiadas o desplazadas por las crisis en África están entre los grupos más vulnerables ante el avance de la covid-19, y la agencia de la ONU para los refugiados, Acnur, comenzó un programa de prevención y ayuda en los campamentos y áreas urbanas donde se concentran.
Nuevos refugios, distribución de agua y jabón, entrega de materiales de higiene a personal de salud y ayuda logística y con información para facilitar el distanciamiento social y físico son las tareas emprendidas, indicó la oficina del alto comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur).
África subsahariana tiene unos 18 millones de personas refugiadas o desplazadas, 26 por ciento del total mundial de 70,8 millones, principalmente por los conflictos armados y plagas agrícolas que han asolado a la región durante años.
Acnur aún no reporta casos de covid-19 en los campamentos de refugiados, pero a la región llegó la pandemia hace siete semanas y ya infectó a 10 000 personas, con 487 muertes. Solo en tres de los 54 países, Comoras, Lesotho y Santo Tomé y Príncipe, aún no ha ingresado el nuevo coronavirus.
La alarma ha cundido porque la mayoría de las personas refugiadas y desplazadas viven dentro de un cuadro general de mucha pobreza, en condiciones de hacinamiento y con precariedad en su seguridad alimentaria y medios de vida, lo que les hace especialmente vulnerables frente al virus.
En muchos campamentos de refugiados, por ejemplo, las raciones de alimentos que se entregan se han reducido más de la mitad, por escasez de recursos, y personas refugiadas o desplazadas que trabajan como jornaleros en ciudades y campos pierden su fuente de ingreso al cerrar los centros de labor por la covid-19.
Adicionalmente, las escuelas están cerradas, lo que afecta a un millón de refugiados estudiantes, en su mayoría sin recursos para proseguir estudios a distancia.
Varios países de África oriental han sido azotados ya por otras epidemias, como tuberculosis, VIH-sida y malaria, o por plagas como los millones de langostas que avanzan devorando cultivos desde la península arábiga hacia el centro del continente.
Todos los países en la región han puesto en marcha medidas estrictas en materia de movilidad, desde el cierre de fronteras hasta confinamientos y toques de queda.
Acnur dijo que busca respaldo de los gobiernos para que incluyan a los refugiados y desplazados, muchas veces ubicados en áreas de difícil control y acceso, en los planes nacionales de respuesta a la pandemia.
En lo inmediato, esa agencia de la ONU auxilió con bidones y tanques para, jabón y otros artículos de higiene, a refugiados en campamentos de Etiopía, Kenia, Sudán, Tanzania y Uganda.
En Yibutí se han proporcionado nuevos refugios a 4.500 refugiados, que huyen principalmente de la guerra civil en Yemen, para tratar de mejorar las condiciones de distanciamiento físico impuestas por las autoridades de salud, y Acnur intenta hacer otro tanto en Somalia.
En Kenia y Uganda, además der distribuir productos esenciales a los refugiados, se han entregado materiales a centros de salud de referencia ante la pandemia.
Acnur está solicitando a los gobiernos donantes 277 millones de dólares para completar su programa de emergencia, iniciado con 15 millones, en los 11 países de África oriental y el Cuerno de África.
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