Mujeres y hombres adultos mayores salen cada día a las calles de Cuba sobre todo para comprar medicinas y alimentos, en este segundo país más envejecido de América Latina y que desde el día 11 reporta casos de coronavirus.
“Están diciendo que las personas mayores se queden en casa pero la comida y todo lo venden en horario laboral… los viejos están cubriendo esos problemas de la familia y están expuestos”, dijo a IPS la jubilada María Mercedes Álvarez, de 64 años, que también sale pero en su caso porque vive sola en el barrio habanero de Nuevo Vedado.
“Necesito comprar pollo, que es una de las pocas cosas que puedo comer, y para eso hay que hacer cola (fila). Lo que he hecho es no ir, espaciar las salidas… pero apenas tengo comida guardada aunque tengo dinero para comprarla. Llevamos meses de desabastecimiento en las tiendas: no tengo reservas”, contó Álvarez.
Esta jubilada espera que las medidas anunciadas el lunes 23 por las autoridades para abastecer los comercios barriales e incluir algunos alimentos en la cartilla de racionamiento que cubre hasta ahora un tercio del mes, entre otras, faciliten que ella y otros mayores se recluyan en casa para evitar la covid-19.
En parte por el empuje de voces ciudadanas que se hacen sentir en las redes sociales, el gobierno cubano arreció varias de las medidas de su Plan para la Prevención y Control de la covid-19 como el cierre de escuelas, cese de transportación interprovincial, aumento del control policial y focalizó al grupo de la tercera edad.
El primer ministro cubano, Manuel Marrero, pidió en específico a las personas mayores a permanecer en sus hogares, en una nación con 2,2 millones de habitantes de 60 años y más, en una comparecencia especial junto a otros ministros en la emisión del programa televisivo Mesa Redonda Informativa.
La pandemia tuvo los primeros casos confirmados en Cuba el 11 de marzo, en un país que cuenta con fortalezas para enfrentarlo como un sistema sanitario público de amplio alcance pero también con vulnerabilidades como la fuerte recaída económica y con 20,4 por ciento de adultos mayores en sus 11,2 millones de habitantes.
De hecho, las masivas filas para comprar alimentos, sobre todo por la deficitaria carne de pollo, fueron reconocidas por las autoridades junto al transporte público como la principal causa de aglomeraciones, que pueden disparar los casos cuando las autoridades sanitarias reportan, hasta este martes 24, 48 positivos y 1229 hospitalizadas bajo vigilancia.
Varios adultos mayores de diferentes provincias consultados por IPS indican que son fuente de aglomeraciones otras actividades usuales en su vida cotidiana cubana como los días de pago de las pensiones mensuales en los bancos y cada semana cuando llegan medicamentos a las desabastecidas farmacias barriales.
“Hay factores condicionantes desfavorables y en base a eso tenemos que extremar el autocuidado y la responsabilidad de la familia”, dijo en conferencia de prensa el mismo lunes 23 Francisco Durán, el director nacional de epidemiología del Ministerio de Salud Pública y a cargo de las conferencias de prensa diarias sobre la pandemia.
El médico insistió que “tener más de 60 años, pero sobretodo más de 70 años de edad” y padecer enfermedades previas atentan contra la evolución favorable ante la covid-19.
Aunque se estudia el nuevo coronavirus presente en 164 países, la Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que todas las personas están en riesgo aunque aumentan las complicaciones y probabilidades de muerte para los adultos mayores con diabetes, hipertensión, cardiopatías, cáncer y enfermedades respiratorias crónicas.
Una situación mucho más vulnerable la presentan los 221 425 adultos mayores que viven solos como Álvarez y enfrentan limitaciones para aislarse de forma voluntaria o reducir la exposición pública.
De 67 años, la otrora enfermera Rosario Tió intenta estar en su apartamento del municipio habanero del Cerro, pero le preocupa una posible cuarentena. “No tengo jubilación y dependo de salir a recoger la remesa mensual que manda mi hija… Mi presupuesto no da para comprar comida para tantos días”, dijo a IPS.
Tió padece de asma, vive sola y sus familiares residen fuera de Cuba, por ello toma precauciones. Sin embargo, enumera que cada día debe salir como mínimo una vez a comprar el pan diario a precio subsidiado, además de otras para realizar las compras de la semana, que es para lo que alcanza la remesa.
Las autoridades informaron que los más de 6000 trabajadores sociales asistirán a este segmento vulnerable, en especial a los que viven solos, como parte de las medidas del plan gubernamental, que hasta el momento implementa el control sanitario, aseguramiento hospitalario, distanciamiento y aislamiento social voluntario, entre otros.
También revelaron las medidas higiénicas y de control tomadas en las 294 Casas del Abuelo (centros estatales de día) y las 155 residencias para esta población. Incluso revelaron que reciben comida en casa algunos de los mayores dependientes de comedores sociales.
Y redes de personas solidarias, proyectos comunitarios como AfroAtenas, en la ciudad de Matanzas, en el oeste de Cuba e iglesias y oenegés religiosas prestan ayuda con algunas entregas de alimentos y productos de aseo, realización de compras para ancianos que viven solos y confección y entrega de mascarillas de tela.
Cuba dispone de varios datos que revelan los factores de riesgos sociales, económicos y de salud de este segmento, gracias a la Encuesta Nacional de Envejecimiento de la Población 2017 publicada en enero último por la estatal Oficina Nacional de Estadísticas e Información.
Actualmente, 21 por ciento de todas las personas de 60 años y más en Cuba integran la fuerza de trabajo, pues la edad de la jubilación para las mujeres es de 60 años y de los hombres de 65, y sin distinción de género pueden recontratarse luego de ese límite, según el estudio.
Además, 65,8 por ciento de las personas de 60 años y más son los máximos responsables de sus hogares.
Y 38,9 por ciento de los adultos mayores viven en hogares extensos, lo que llama a extremar la prevención por parte de jóvenes y niños de sus familias que pueden transmitirles el virus sin sentir síntomas de la covid-19, aunque el informe sostiene que la mayoría “no presentan situaciones de hacinamiento”.[related_articles]
En tanto, 58,1 por ciento de la franja envejecida padece hipertensión arterial y las enfermedades del corazón alcanzan al 19 por ciento. Y 50 por ciento de la población de 60 años y más tiene por lo menos dos enfermedades crónicas, según los resultados de la encuentra aplicada entre 2017 y 2018.
Aunque reside con dos de sus tres hijos, la jubilada María Caridad Brínguez se encarga cada día de las compras y gestiones de su hogar en la ciudad de Holguín, en el oriente cubano. “Mi hija tiene un problema de salud y no puede hacer colas, y mi hijo trabaja todo el día”, explicó la mujer de 67 años, que fue operadora telefónica.
“Cuando salgo trato de apartarme de las personas, no saludo con besos ni abrazos, me lavo frecuentemente las manos y no me toco la cara… pero voy a aislarme en último caso porque salgo a la calle por necesidad, para ir a la panadería, si viene algo a la carnicería y a comprar el hipoclorito de sodio que vendieron para prevenir”, indicó.
En América Latina, países como Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, El Salvador, Perú y Venezuela, ya decretaron la cuarentena nacional, mientras aplican medidas graduales Brasil, Costa Rica, Cuba, Haití, Honduras y México, contra la pandemia.
E: EG