Cuando a una niña pokot, un grupo étnico de Kenia, la someten a la práctica de la mutilación genital femenina, su padre permanece en guardia, con una lanza en la mano, para asegurarse de que el ritual salga según lo planeado. La circuncisión femenina fue prohibida en Kenia en 2011, pero todavía se practica entre comunidades de pastores y otras del área rural. Crédito: Miriam Gathigah / IPS

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