Las inversiones para afrontar el cambio climático aumentaron constantemente desde 2012, cuando se situaron en 360.000 millones de dólares, hasta la actualidad, cuando se sitúan en 600.000 millones. Se trata de una buena noticia, pero muy insuficiente respecto al monto que la emergencia requiere.
Eso porque la tendencia al alza está más que lejos de alcanzar siquiera la mitad los tres billones (millones de millones) de dólares que se requieren cada año hasta 2030 para cumplir dos metas cruciales para ese año: alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y limitar el calentamiento planetario en 1,5 grados centígrados.
Ese es el panorama general que surgió en la Segunda Conferencia sobre Inversión Privada para el Clima, organizada por el Fondo Verde para el Clima (FVC) e iniciada el lunes 7 en la ciudad de Incheon, en Corea del Sur, con la participación de 600 inversores privados, funcionarios gubernamentales y expertos en finanzas internacionales de sectores muy diversos.
Durante la apertura de la Conferencia de tres días, el director ejecutivo del FVC, Yannick Glemarec, dijo que el mundo necesitaba aumentar drásticamente los esfuerzos de adaptación y mitigación y que ambos tenían enormes oportunidades de inversión.
La Conferencia, recordó a los asistentes, fue diseñada para actuar como un mercado de ideas para explorar cómo redirigir la gran cantidad de fondos en poder de los grandes bancos e instituciones de inversión para impulsar la acción climática en los países del Sur en desarrollo.
«Las oportunidades de inversión del sector privado en energía solo en los países en desarrollo se estiman en más 23 billones de dólares desde ahora hasta 2030. Actualmente, el sector privado administra más de 210 billones en activos pero invierte solo una cantidad muy limitada en financiamiento climático, por las severas barreras del mercado «, destacó Glemarec.
En la conferencia los participantes deberían «reflexionar sobre estas barreras y proporcionar algunas soluciones viables», dijo el máximo responsable del FVC, también conocido como GCF, su sigla en inglés, el mecanismo constituido por la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC)para ayudar a los paises del Sur a financiar proyectos de mitigación y adaptación climática.
La brecha entre mitigación y adaptación
La mayoría de las inversiones privadas actuales están en sectores de mitigación climática, como el transporte eléctrico y las energías renovables, mientras que los proyectos de adaptación, como los vinculados a la actividad agrícola y pecuaria y al uso de la tierra, aún no logran atraer esas inversiones, en una brecha negativa para afrontar la crisis climática.
«A nivel mundial, la inversión privada está fuertemente inclinada hacia la mitigación y se mantiene baja en adaptación», dijo Barbara Buchner, directora ejecutiva del programa de Finanzas Climáticas de la Iniciativa de Política Climática (CPI, en inglés), un laboratorio internacional de pensamiento sobre medidas para contener el impacto del cambio climático.
Buchner explicó en un diálogo con IPS que la CPI rastrea la inversión privada en el clima desde 2011 y ha constatado que desde el comienzo los inversionistas privilegian proyectos que reduzcan las emisiones de gases de efecto invernadero, en lugar de aquellos que busquen adaptar las actividades humanas a las alteraciones climáticas.
En 2016, el financiamiento climático total en proyectos de adaptación climática a nivel mundial fue de 22.000 millones de dólares, mientras que en proyectos de mitigación se canalizaron 436.000 millones, y la brecha prosigue actualmente en paralelo al crecimiento total, reveló Buchner.
Las razones, argumentó, son muchas: falta de conciencia y conocimiento de los riesgos climáticos y la necesidad de adaptarse a ellos, políticas y regulaciones nacionales que privilegian la mitigación, falta de acceso al mercado, la complejidad de invertir en proyectos de adaptación en agricultura, agua y tierra y la falta de comprensión sobre cómo estos proyectos pueden generar ganancias.
«Los proyectos de mitigación, adicionalmente, están más listos para la inversión ya que la tecnología ya está disponible y, por lo tanto, uno puede ir e invertir. El impacto de las inversiones también es más directo y visible», explicó.
El liderazgo importa
Romper la barrera de la poca atracción que despiertan los proyectos de adaptación en los inversionistas privados, requiere de un alto liderazgo político, opinaron los especialistas durante los dos primeros días de la Conferencia, que concluye el miércoles 9.
Por ejemplo, África necesita fondos de infraestructura estimados entre 130.000 y 170.000 millones de dólares anuales, pero los fondos públicos y gubernamentales por sí solos no serán suficientes para alcanzar este objetivo.
Entonces, el continente necesita atraer a la inversión privada. Pero la realidad actual es que hay pocas oportunidades para que la inversión privada participe, aseguró Koffi Klaousse, director de desarrollo de proyectos de África 50, un fondo de infraestructura.
«Tenemos numerosos proyectos, pero muy pocos de ellos ofrecieron un espacio para la inversión real y una oportunidad para el sector privado», dijo Klausse, antes de enfatizar que el liderazgo político a nivel nacional podría cambiar este escenario y ayudar a que la inversión privada juegue un papel importante en materia climática.
Andrew Holness, primer ministro de Jamaica, compartió un ejemplo de liderazgo positivo, en un país que ha atraído una inversión privada de casi 1.000 millones de dólares para proyectos que combaten el cambio climático.
El único gobernante presente en la Conferencia explicó que su gobierno ha propiciado un enfoque que trata de mostrar las amenazas climáticas como una gran oportunidad para la inversión privada. «Para nosotros, el cambio climático es un desastre. Pero si aceptamos el desafío, también podría significar una oportunidad «, resumió Holness.
«Si el clima va a ser más severo, entonces debemos construir una infraestructura más resistente y climáticamente inteligente y movilizar más recursos públicos y privados para apoyar el esfuerzo», dijo el primer ministro.
Holness también explico que dentro de la estrategia, Jamaica también se preocupa de mantenerse como un país «fiscalmente responsable» y seguir reduciendo la carga de su deuda para ser más atractivo a la inversión.
Solo en la última década, ese país insular caribeño pudo reducir su carga de la deuda a 60 por ciento del producto interno bruto, desde más de 100 por ciento, mientras se encamina a alcanzar la meta de que la mitad de la energía la generen fuentes renovables.
Entre los demás debates de la segunda Conferencia sobre la Inversión Privada para el Clima, se incluyen el de cómo crear sinergias con las instituciones oficiales que manejan fondos billonarios, cómo aprovechar los bonos climáticos y cómo aumentar la innovación financiera, para que se perciba el atractivo de participar en proyectos de adaptación, en infraestructura, agricultura o uso de la tierra, incluida la protección de los bosques.
T: MF